Asilo mariposas en la boca. Son mariposas.
¿Hasta cuándo durará el lago? No lo sé.
Todo orden es cruel. Desaté la biblia lepidóptera.
Las alas púrpuras, azules, lilas, tantas alas
tiñen mi lengua muda, tañen mi lengua absorta,
emancipada de estímulos nerviosos, tributada
como camita de cópulas estáticas.
Mi boca es un mariposario sin efecto causal.
Mis maxilares son la fortaleza
donde cuido a estas parias del mercurio.
Las alas frágiles, rasgadas por la red,
cansadas de temblar los días de caza,
reposan en papilas oxidadas,
haciéndolas brillar salvajemente.
Mi boca es una caja musical.
¿Y si el lago se congela y se parte?
Es un lago.
Mis mariposas trazan el dibujo
sobre la superficie helada.
Son mis hélices, leves.
Avanzo sin pensar.
Son mis hélices.
Avanzo sin hablar,
sujeta al esplendor de su policromía.
La única soberanía que reconocí.
Yo también me rindo ante el esplendor de los colores. Y de tu poema.
ResponderEliminarUn beso
No puede helarse el lago, ni siquiera puede terminar. De tu boca se presienten las mariposas, pero también, unos pájaros indescriptibles capaces de aterrar a los tibios. Hay en tu boca, mucho más que fuego de dragón...estoy seguro.
ResponderEliminarUn abrazazo...
Y cuando tañe tu lengua cuántas cosas se tiñen y de cuántos colores!
ResponderEliminarUn abrazo
Mis mariposas trazan el dibujo
ResponderEliminarsobre la superficie helada.
Son mis hélices, leves.
Avanzo sin pensar.
Son mis hélices.
Avanzo sin hablar,
sujeta al esplendor de su policromía.
La única soberanía que reconocí.
Celebro esas hermosas mariposas que te pueblan.
Me gusta cuando decís "Mi boca es una caja musical", te diría que hasta con voz de niña.Las bocas son quizás, nuestro más íntimo y preciado tesoro. Con ellas hablamos, besamos, rozamos, gritamos, lloramos, moqueamos y gozamos y mucho, mucho más. Te puedo besar mariposa multicolor?
ResponderEliminarMe encanta la poesía leída por sus autores, pero solo por sus autores. No hay ningún actor, por bueno que sea, que lea mejor que quién escribió.
ResponderEliminarGracias.
Besos.
Yo no me rindo, me pido asilo. Acabo de enterarme que tienes un poema que canta Liliana de Felipe, voy corriendo a buscarlo.
ResponderEliminarMala como película checa....tú eres la mejor.
Brillas cómo un cuchillo en el pasillo de un hotel neoyorkino.
Quiero ser una santa radical, sobre cualquier superficie y en cualquier esquina, con un cuadernillo repleto de poemas soberanos.
La soberanía-policromía en el cuerpo de un animal que me provoca miedo. Como la soberanía popular o las esculturas griegas redescritas en sus colores originales. Hay cosas bellas que aterrorizan como mariposas o como catedrales góticas blanqueadas.
ResponderEliminarImagino las mariposas en la boca y sólo consigo mirarte detrás de la cortina, esperando la metamorfosis del color en las notas metálicas y hermosas de la caja musical.
Buenos días desde acá
No es mi linea la poesia, pero me ha gustado lo tuyo.
ResponderEliminarQué bueno, querida Mariel, escuchar tu voz! Es como la imaginaba: clara, potente, hermosa, con ese tono tan reconocible...
ResponderEliminarEn fin, me alegra ponerte voz y así hallar también otro registro de cercanía.
Y no lo podés decir mejor: mariposas en la boca, eso es... Hermoso.
Va un abrazo enorme,
Arturo
Al leer el poema me ha venido a la cabeza el hermosisimo cuento tuyo: "NO VOLVERÉ A LEER A SALINGER", seguramente por la imagen del lago.
ResponderEliminarMuy buena escritura.
Felicidades.
Puedo escuchar ese mariposario de tu boca, puedo sentirlo, imaginarlo, tocarlo. Es liberador y acechante a la vez, como un lago, pero no helado sino de fuego. Fuego puro.
ResponderEliminarAbrazo
Su boca es una caja musical, pero su pluma es una caja de pandora...
ResponderEliminarSaludos desde Mundo Aquilante!
Ah, muy lindo poema. Y su soberanía particular, ideal para quedarse a leer.
ResponderEliminarSaludos al mariposario (siempre me gustaron las mariposas).
Qué agridulce. Qué bonito. Qué hondo. Qué sola estás.
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