La hermana
Ella incendia los pianos. Ella se ríe.
Ella se burla de los buenos modales.
No se arrodilla ante los mercaderes.
No retrocede frente a los mercenarios.
Ella comulga con el cabaret y las sirenas.
Guarda bengalas en los relicarios.
Hace estampitas con la cara de Jesusa.
No reverencia a Jesús crucificado.
No trepida en clavarse sus propias flechas,
antes de que otros le claven flechas por encargo.
Sabe que está marcada.
Por la desdicha y la dicha de los sublevados.
No distingue las cosas por su nombre,
sino por el destino que les ha sido dado.
No se entrega al destino porque sabe
que lo que existe puede ser modificado.
Ella resiste.
Desde el deseo,
que es igual a la urgencia de la necesidad.
Desde el reclamo,
que no es sino el deseo desatado.
Ella persiste.
En la alegría y la temeridad.
En el sagrado estrépito de los mercados callejeros,
en las benditas voces de los pregoneros,
que recoge y custodia y reivindica.
Porque ésos son sus santos.
Los ambulantes, los extraviados, los heridos
por señores de específico apellido.
Que ella escupe, con asco.
Mientras le brillan esos ojos rasgados,
como navajas verdes que te pueden liquidar.
Con su radiante filo desquiciado,
que sólo pocos poseen y saben afilar.
Para quien corresponda.
Ella se corta el pelo como un hombre
y le estallan los labios.
Reverencia el sexo que lleva entre las piernas
y la lengua con la que lame los rosarios
ocultos en el sexo inabarcable de otra mujer.
De su adorable mujer.
Ella se apropia.
De lo que no se debe dejar pasar.
Ella se toca.
Vuelca las letras del alfabeto y las trastoca.
Quien pudiera escucharla cantar, cada mañana.
Para que se ilumine el día que amaneció nublado.
Y cada noche.
Para que no se acaben los cielos estrellados.
Ella maldice. Ella no perdona.
Hábito singular y extraordinario.
Como El Hábito que organizó,
sin habilitación y sin permiso,
para abrirle la puerta a los excomulgados.
Ella adora a las ovejas negras
y conspira con los descarrilados.
Se toma el vino consagrado de la misa
y se confiesa sin reservas en la cama.
Ella se muere, de risa.
Dispara balas y mariposas con la boca.
Ella es tan bella. Tan contundentemente bella
que al verla se te acaban las palabras.
Sin rimmel y sin rouge,
con su trapecio, su elixir y su revólver.
Su soberana voluntad de vivir.
Quien supiera pecar así.
Trepándose a los árboles
para desordenar el Monte de los Olivos.
Rescatando a los muertos de los olvidos,
haciendo la tarea.
La imagino soñar y me enternece su fragilidad.
El mundo puede martirizar tus sueños.
A veces la imagino imaginar.
Una pared,
una última mirada, un movimiento.
Ella tuvo una hermana.
Ella no pudo velarla.
Ella no pudo enterrarla.
Ella busca y pregunta dónde está.
Su hermana.
La escucho cantar, llorar, rugir.
Asisto al milagro de la continuidad.
Alguien se la llevó, alguien se la quitó.
Alguien la arrancó del lugar en el que estaba.
Pero la hermana que no está se escapa cada día
para resucitar en todo lo que ella es.
Perdura y persevera.
Sigue la pista del perfume del deseo.
La hermana habita cada gesto de Liliana.
(incluido en Rehenes, inédito)
...La gente que es capaz de incendiar los pianos se lo merece todo (también se le perdona todo, claro)...
ResponderEliminar...Abrazos y besos a malsalva, chère Mariel...
Superb: real poe-tree (and other sauces)
ResponderEliminarIt gives me the thrill...
Hola, he leído que te llamas Mariel. Disculpa por salirme del tema, voy al grano: he leído esto de una chica argentina en un blog amigo de España, desde donde escribo:
ResponderEliminar"Hace unas semanas atrás hubo un muerto en una manifestación de gremios, alguien disparó y alguien murió; rápidamente se buscó un culpable, se identificó a una persona, salieron los carteles de "se busca a..." con foto y todo. Todos (me incluyo) pusimos su foto en nuestros perfiles, fue una cacería humana. Él se entregó y está confirmado que él no disparó. Hubo una cadena de errores horribles. Me sentí muy mal luego. La máxima "es inocente hasta que se demuestre lo contrario" la hemos olvidado. Lo peor para mí fue esta participación ciega-sorda y muda que tuvimos como sociedad. Espero no volver a cometer ese error nunca más. Y volver a creer y confiar en la justicia. Los medios de comunicación se están equivocando y enferman a la sociedad".
Buscando más información de esto, que en España no me he enterado y leo toda la prensa nacional en su edición digital, me han enviado a tu entrada de los niños bobos de izquierda.
Me ha gustado tu forma de exponer las cosas y el criterio político, o apolítico, que atisbo en tu entrada. Quisiera hacer una entrada en mi blog sobre esta cacería del inocente desatada por los medios de comunicación. Me interesa sobre todo, no la versión oficial de los diarios, la versión real de el "Se busca"y los ciudadanos creyendo actuar bien, colaborar en la cacería. ¿Puedes darme información, enlaces o tu opinión al respecto? Ya sé que "no hemos sido presentados", pero mejor no perder el tiempo con protocolos.
Si puedes y quieres, mi dirección es:
desclasado@yahoo.es
O puedes decirme en los comentarios de la última entrada de mi mail tal y como yo he hecho en el tuyo.
En cualquier caso gracias por atenderme.
Saludos desde España.
¡Rayos! Mi dirección correcta es: eldesclasado@yahoo.es
ResponderEliminarPerdón por el error.