PÁJARO DE CHINA

domingo, 27 de marzo de 2011

CINDY SHERMAN: LA REVOLUCIÓN TIENE NOMBRE DE MUJER





Cindy Sherman susurra: no los perdones; siempre han sabido lo que hacen. 

Un susurro como un bajo continuo, en The Chelsea Papers.



2 comentarios:

  1. Es lo mejorcito que leí nunca sobre SHE-rman, un beso y un abrazo de los que saben qué hacer.

    ResponderEliminar
  2. Las críticas de Marturet, no sólo nos explican el porqué, y el qué de la obra de arte, sino que mira y nos hace mirar alrededor. Porque es desde ahí, desde donde se comienza a comprender y extraer toda la realidad existente de ésta, lo que pretendía ser, hasta el recorrido público que la obra vive. Una obra de arte que busca ser revolucionaria o denunciativa y entra a formar parte del mercado del arte, deja de ser lo que era para ser otra cosa. Cuando lo revolucionario se vende al poder o a las instituciones, sólo sirve para que estos poderes neutralicen, inmovilicen, cualquier denuncia que la obra en origen pudiese contener. Será, ya, algo sujetado, sin contenido, sin materia, sin vida. Es lo que el poder pretende. Y consigue.

    Me encanta que acabes así. Agitación del pensamiento subversivo para abrir reflexiones nuevas y necesarias. Porque la revolución de la mujer, con la "ayuda" de dichos poderes, quedó varada hace mucho, mucho tiempo.

    “Es decir: Sherman desplegó su obra en un espacio físico ideado en el contexto de la transformación geográfica de París que demolió los barrios obreros y abrió enormes boulevares que permitieran el avance de las fuerzas leales contra las barricadas revolucionarias del S. XIX.

    Si a estas pequeñas batallas han quedado reducidas las aspiraciones de las vanguardias críticas de principios del S. XX, pagadas con exilio, suicidio y sangre, o si éste es el modo de resistencia, insular y con forma de Caballo de Troya, donde se juega la estrategia de resistencia del S. XXI, es tema ya de otro debate.”

    ResponderEliminar