Sobre Los Abandonados, de Luis Mey.
Por fin un sujeto de la "nueva narrativa joven" me impide que abandone su libro y me impone que me lo lleve hasta al baño. Por fin alguien escribe corto, claro y al pie, sin perder densidad ni rigor y sin expulsar al lector del mundo de la lectura, sino sumergiéndolo en ella de cabeza. Por fin alguien que no se entrega a insoportables masturbaciones literarias y busca conectar. Y conecta.
Como la derecha de Firpo contra Dempsey, en 1923, en el Polo Ground de Nueva York. La escritura de Luis está sucia y transpira. Sabe de qué esta hablando. Pareciera que si no hablara, se moriría. Que el acto de escribir le resultara una necesidad biológica y que si se cortara, se cortaría su respiración. La de Luis.
Para Firpo, fueron 17 segundos de gloria, con Dempsey arrojado del ring por un puño convertido en catapulta. Los Abandonados tiene el efecto de ese uppercut y su lectura, la tensión insoportable e incandescente de esos 17 segundos.
George Bellows, Dempsey and Firpo, 1924
Qué lindas palabras, de veras. Saque otro libro, carajo, pero esta vez me esperan para enborracharse, mierda.
ResponderEliminarUn beso gigante, cofrades. Luis Mey