Rodolfo Walsh (1927-desaparecido desde el 25 de marzo de 1977)
Para EmeyGriega, que me recordó estas palabras de Kafka y además cree en ellas y las practica: "un libro debe ser un hacha que rasgue el mar helado que habita dentro nuestro"
Casi todos gestamos un mar helado. Hay algo que no hemos sentido, algo que no hemos tocado, algo que no aprendimos a ver. Algo que olvidamos desaprender. Algo que olvidamos. Giramos la cabeza para no ver o la inclinamos para la sujeción. Nos faltó coraje o nos sobró cobardía. No encendimos el fuego y el agua se congeló, en un instante brutal o con el correr inconsciente de los días. Hicimos bien las cuentas y nos guardamos el vuelto. Yo no sé, yo no fui, dijimos. Yo no vi nada, no soy testigo. Negamos el testimonio y le dimos a los demonios la llave que nos correspondía. Para que ellos abrieran las puertas del desastre íntimo o la catástrofe impar. Las catástrofes nunca son colectivas. Alguien se salva, invariablemente. Los demás, no. Los demás se ahogan en el mar helado. Traigan un hacha que rasgue esta superficie frígida.
Algunos nacen ya con el pedazo de hielo incrustado en los intestinos. Al crecer se les despliega como una estepa rusa y es todo lo que detectan alterados los escáners. El mar helado desborda las placas radiográficas. Es como un coma irreversible. Los anegados no advierten que lo tienen. No pueden renegar de lo que ignoran. No es que no tengan perdón. Es que no lo piden. El hacha es innecesaria porque es inútil. No los apremia necesidad alguna, salvo la de salir a matar de frío.
Otros, excepcionales, son arrojados al mundo sin mar helado. Marcan la diferencia. Son manta y hacen pan. Derogan con su fulgor el relativismo. Actúan con el instinto de los animales y hablan con el lenguaje del polen, ese polvo dorado que alimenta a las abejas obreras de la colmena. No necesitan el hacha. En ciertas ocasiones hasta son el hacha. No hay que traerles nada. Vinieron para dar y poner el cuerpo.
El problema no son los libros sino la temperatura del mar de sus escritores.
Los que nacen sin mar helado pero lo escupen y tragan pueden parir un hacha módica, de inciertos resultados. Los náufragos deciden, según su grado de desesperación o de exigencia.
De los de mar congénito solo sale mugre. El hielo engendra veneno y, en el mejor de los casos, un basural con moscas incluidas. El hacha pudre el corazón de sus admiradores. Tiene poco trabajo. La podredumbre era un estado previo.
De los que nunca tuvieron un mar helado surge el hacha que podrá rasgarlo. Rasgar casi todos los mares helados de este mundo. Digo "casi" porque no sé si concederles a los mares congénitos una oportunidad. Liquidarían con su esterilidad glacial cualquier intento de rescate.
De hecho, un hombre sin mar helado que era hacha les escribió una carta y lo desaparecieron un día después de haberla escrito.
No era solo esa carta. Son también sus libros. Fue igual adentro y afuera de sus páginas. Porque no había cruce de frontera. No había mar que marcara una línea del horizonte. Como se vive se escribe, rasgando las cortinas sádicas de la noche. Y así también se muere, supongo.
La política argentina me resulta una cosa extraña que nunca he logrado comprender. No entiendo el peronismo, ni entendí lo de los montoneros, ni a la señora presidenta, ni a las evitas e isabelitas. Los militares ni te cuento. Y no pongo en los mismos niveles morales sino en la carpeta de las incomprensiones. Después, la llegada de los exiliados me maravillaba: qué locura de lenguaje, qué chispa y gracia, que inteligencia callejera... Por eso, el personaje de Walsh se me escapa.
ResponderEliminarLo de no mirar o no saber mirar o mirar hacia otro lado es fenómeno y experiencia universal. ¿Hay gente dotada de ángel, nacida con ese genio de la mirada que evita la congelación de los mares? Posiblemente. Pero, ¿podemos violentar nuestra (mi) cobarde mirada para que el hielo se resquebraje? ¿Hay esperanza para los encerrados en el mar de hielo congénito? Joder, siempre lo mismo: la escritura como terapia y la conciencia de su extrema debilidad.
oh, que la fuerza te acompañe pájaro sonámbulo de la conciencia.
Si, bicefalina, sí, al final regresamos siempre a la escritura. Pero para Walsh era intervención y transformación de la realidad, en todos los sentidos. La Carta Abierta a la Junta Militar y la Carta a su hija Vicky están publicadas en la web. También algunos de sus cuentos. En todas partes es el mismo hombre.
ResponderEliminarLa política argentina ... daría para varias charlas pero siempre habría una constante: está atravesada por el peronismo. Hasta hoy. A diferencia de otros movimientos populares de origen simultáneo en América Latina. Peronismo de izquierda, de "centro" (¿qué es eso?), de derecha. La figura incandescente e inefable de Eva. Los irresistibles argentinos exiliados y los irresistibles y despreciables argentinos. Buenos Aires-París y los enanos nutricionales. Ahora que lo pienso ¿y si decimos la escritura como resistencia? ¿la palabra como instrumento de resistencia? Besos resistentes, bicefalina.
Qué desgracia todo lo que habéis tenido que pasar.
ResponderEliminarLUG asegura no entender la política argentina. ¿Es posible entender la española?
¿Es posible que las próximas elecciones, tal como van las cosas, las vaya a ganar un energúmeno ignorante, hipócrita, fascista y cuya única virtud es el rencor y una casi infinita capacidad para el insulto más burdo? Escoltado, además, por un tropa de vergonzantes bandoleros. Dentro de tres años nos vamos a reír mucho y vamos a echar de menos lo que ahora tenemos: un gobierno que tal vez improvisa y ha perdido el norte, pero del que no se puede afirmar que sean unos burros caciquiles que inventan cualquier mentira y utilizan a la gente sin ningún escrúpulo.
No, no todos son iguales. Frente a la escoria humana, frente a lo insoportable, mejor nos quedamos como estamos. Y no soy socialista ni pretendo serlo. Pero es que como se cumplan los peores pronósticos, lo que se avecina va a traer cola.
Se me ha ido la brújula, creo...
abrazones
Stalker querido, no, no se te fue la brújula para nada. Creo que vivimos situaciones en cierto modo semejantes. Nos une el espanto ante la oposición al gobierno en funciones. Te aseguro que le empata o le gana a la española. Además es de una moralina hipócrita que revuelve el estómago. Y aburrida. Por los menos Berlusconi organiza bacanales con paparazzi incluidos en Villa Certosa ... (va en broma, sí, sí). Besones.
ResponderEliminarhay dos perros y, digamos, cuatrocientas ovejas. también está el pastor. y el jefe del pastor. ah, casi me olvido, y el beneficio.
ResponderEliminarentonces es cuando la matemática debería ayudarnos. y aquí, en la casa de mariel, ya se está haciendo.
o lo que es lo mismo:
el atracador atraca pero alguna vez le pondrá la punta de su navaja a un tipo o a una tipa que no reaccionará como de costumbre y le romperá el cráneo al asaltante como si fuese un loco-cuatrocientos.
bien.
gracias,
besos,
òscar.
oscar, sí, digamos que los perros son dos y las ovejas, cuatrocientas o cuatrocientas mil o ya. el pastor no puede faltar y su jefe, mucho menos. y todos atados al beneficio. y la matemática viene y dice "buenos días, yo soy la matemática, ¿cómo estáis?". "como el rosquete", grita una oveja, para espanto del pastor y de su jefe, y de los perros, claro. y acto seguido la oveja (negra) le parte el cráneo al perro o al jefe del pastor (grandes atracadores) y corre sangre tan roja que ni el rosquete de un mono papión culi-rojo.
ResponderEliminarbien, sí. más que bien. mucho mejor.
gracias a vos, oscar.
que así sea.
tu M.
Siguiendo con el símil, no habrá ocasión de roturas de cráneos mientras haya tantas ovejas que creen que son mejores porque aprendieron a ladrar. Ése es el terrible problema, que se olvidaron de ser ovejas, y se revuelven contra sus hermanas, criticándoles que tengan lana o que pasten. Mientras sigan creyéndose amas de ladridos sin sentido, los carnívoros perros seguirán comiéndose pedacitos de oveja casi inadvertidamente.
ResponderEliminarOvejita que rasga el hielo, negra como tu noche, y más larga que las invernales que ocupas, creo que casi lo deshaces con tus entradas. Terca insubordinada adorable... Besos ovejeros que se niegan a ladrar y a atarse.
Debo decir que los hachazos de Kafka pudrieron mi corazón, y más allá de la deshonestidad de Brod, uno jamás podrá dejar de agradecerle ese acto ...infame???
ResponderEliminarTambién los hachazos de Bergman, esa increible capacidad de abrirnos una herida y permitirnos sentir a nosotros también que algo está pasando.
Tenemos hachadores en nuestro tiempo?
Aunque no he podido entrar totalmente en el texto por falta de tiempo (estoy en un ciber casi sin tiempo), cómo me ha gustado. Buenísima la frase de Kafka y buenísimo tu comentario. Esa es la intención: rasgar los mares tan nocivos. Gracias Mariel, que por cierto el otro día te busqué en google y me pregunto cómo conseguir cierto libro de poemas... ja parlarem. Y muchos besos.
ResponderEliminarSusú: Qué cierto lo que decís. Las ovejas que aprendieron a ladrar. Se aplica a tantos casos y tantas cosas. Y también los perros que han refinado sus métodos digestivos gracias a la ayuda de la economía (que es más sofisticada pero mata tanto o más gente que el método de la cachiporra). Besos idénticos a los tuyos, hermana insubordinada frente a la ley y el orden.
ResponderEliminarDe vierde man: Qué preguntas. ¿Deberíamos tantos agradecerle a Brod la traición a su mejor amigo, la violación de sus deberes de albacea? La ley lo castigaría pero yo siento que Kafka lo hubiera perdonado. ¿Por qué no fue el propio Kafka el que quemó su obra? ¿Había un deseo inconsciente de mantenerlas vivas? Pico della Mirandola quemó por mano propia todos sus libros y ensayos. Sí, yo también amo a Bergman el hachador. Tu pregunta final es un hachazo. Quizá se necesite tiempo para ver quiénes son hachadores contemporáneos. Estoy pensando. Te agradezco tanto que me hagas pensar. Ningún nombre que me viene a la mente le roza los talones a los que mencionaste, lo que no es razón para dejar de buscarlos ni para la desesperanza. Pero tu pregunta es tan inmensa y yo tan chiquita para responderla que posiblemente lo mejor sea que pensemos juntos y que yo pida ayuda para pensar. Voy a preguntarle a Stalker (que fundó una cueva de topos que se llama Lost in Marienbad - la puerta está acá a la derecha) si se le ocurre algún nombre digno de portar un hacha. Si no lo hay o está hachando en las sombras y en todo caso, seamos pequeños e infatigables hachadores, cada uno de nosotros, ¿no? Gracias por tu lucidez. Un abrazo.
Ramón: Gracias, tantas, por acompañarme desde donde estés. Ojalá estés más que bien en Bruselas. ¡Me gusta mucho que me hables en catalán! El libro puedo enviártelo. Besos, muchos, también.
Mariel y los mares de hielo. Creo que no habría otro modo de decirlo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta entrada; quizás porque el hielo acaba quemando cuando aceptas que está dentro comiéndote las tripas y luego va execrando ideas cuando le viene en gana de evaporarse.
Un poco de afán de resistencia, por el tiempo en que las aguas anormales han estado quietas, pues no las han dejado moverse.
Imagino vivir en el mar helado. Cuando se te haya comido por dentro y todo tú seas una idea, ¿cómo será verse hungido entre sus aguas? quasi ahogado, sabiéndose en las últimas de la mortalidad, con un último resquicio de aire para respirar que es tan eterno como el instante. Sí. La salvación puede que esté en dejarse ser todo uno mar helado; evitando el naufragio posterior, creándose en sí géiseres imposibles fruto de la más-turbación del interior del mar helado. Tocar la herida y sacarle la sangre, en un último acto de amor propio. De aquí a allí un paso, y luego, la explosión. Por eso me gustan las estrellas.
Me encanta la entrada Mariel, y seguiría hablando de géiseres y del sentido figurado de la palabra más-turbarse. ;)
Portinari: Por favor, seguí, aunque sea un poco más.
ResponderEliminarEstamos en el cuadro de Galileo Cini, viendo caer a Ícaro, cuando de repente nos vemos en una playa con una taza de café en la mano; vemos una ballena. Y ya te lo estoy contando, otra vez. Porque somos géiseres y nuestras palabras son el agua.
ResponderEliminarAbrazo fuerte.
Portinari: ¿Te das cuenta de la verdad, belleza (en este caso y, como para ciertos griegos, los dos últimos sustantivos son sinónimos) y potencia de todo lo que escribiste? Cualquier palabra mía sobra. Yo lo pondría como texto en tu casa Vértigo a nivel del mar. Es tan profundo y rico ... Abrazo apretado.
ResponderEliminarQué decirte...me elevo en tus alas, veo a Kafka sonriendote. Mar helado dentro mío no he sentido nunca, pero sí el fuego que se enciende cada vez que te leo. Un fuego ardiente de aprender a utilizar las palabras de una forma tan sabia. Nunca un hacha me pareció tan magestuosa y si consigo algún día tocar a alguien con mis letras me sentiré bendecida por ese don maldito que me condena y me libera, que me tira abajo y arriba. Que se ha convertido en mi razón de vivir. Aún en veremos. Hermosa música de fondo. Besos etéreos.
ResponderEliminarMe gusta lo que veo, leo, toco...
ResponderEliminarMe quedo ¿vale?
gracias