Duerme con una jirafa liberada de una caja de Mc'Donalds en la mano izquierda. Se la pongo en la mano izquierda mientras se queda dormida cuando viene a casa. La jirafa la quise hace un tiempo para mí y pedí una "cajita feliz". "Con la jirafa, porque el resto de los animalitos ya los tiene". ¿Quién? Un niño que me inventé. La abrazo (a ella que duerme), con la mirada perdida en sus medias de lana de colores. Flores y rayas. Me enternecen sus medias.
En unas horas me cortaré las uñas de los pies, que crecen inútilmente. Probablemente tome las tijeras y me corte también el pelo, que crece (como las uñas) solo para que me lo corte. Lo que crece corta el corazón, excepto lo que nace para ser cortado. En la madrugada hace un frío tan bello que corta el aliento. Si siento que estoy en Buenos Aires, voy ligera. Si pienso que estoy, así, sin más, al peso insoportable del mundo solo puedo oponerle este frío lisérgico y los tres platos metálicos de los que comen mis perros moviendo el rabo.
Está aprendiendo las letras del abecedario. La jota es el mango de un paraguas. No le queda claro por qué los pies de cada letra deben apoyarse en el renglón. A mí tampoco. Me pregunta cuándo debe dejar un espacio en blanco. "Entre cada palabra", digo. Para nadar en un brevísimo silencio y encaramarse luego a la geometría de la palabra sucesiva. "La 'efe' es la 'ffffff" de 'fe'". "¿Y 'fe' que quiere decir?". "Creer en algo". "Entonces es como el alma", afirma concentrada en sus dibujos, sin alzar la vista.
Está aprendiendo las letras del abecedario. La jota es el mango de un paraguas. No le queda claro por qué los pies de cada letra deben apoyarse en el renglón. A mí tampoco. Me pregunta cuándo debe dejar un espacio en blanco. "Entre cada palabra", digo. Para nadar en un brevísimo silencio y encaramarse luego a la geometría de la palabra sucesiva. "La 'efe' es la 'ffffff" de 'fe'". "¿Y 'fe' que quiere decir?". "Creer en algo". "Entonces es como el alma", afirma concentrada en sus dibujos, sin alzar la vista.
Sí, pienso, como todo lo que existe pero no se ve. "No necesito ver Constantinopla para saber que existe", dijo un rey. Ella tampoco lo necesita. Canto Cinema Verité. Me escucha atentamente. La primera vez canto sola. La segunda vez, juntas. El único verbo con el que tropieza, cuando canta Cinema Verité, es "compaginar". Me muestra orgullosa sus dibujos concluidos y los palotes desbarrancados: "Había una vez una princesa. Y tenía un reino". Yo estoy con la máquina de mirar, justo en el paraíso, para filmar.
La extraordinaria contundencia de lo invisible me estremece. El aire de la noche abre las piernas y caen al piso mis pulmones, palpitantes, convulsos y recién nacidos. Me los pongo con mucho cuidado, porque no quiero perdérmelos. A todos aquellos que ella dibuja y son así. Realmente. Otros no y eso (el reverso de Constantinopla, las uñas y el cabello largo) lo aprenderá más tarde. Los demás son así, todo lo demás es así, relámpagos impresionantes como sus medias.
Música: Cinema Verité, Seru Girán, álbum Peperina, 1981
Canta: Fabi Cantilo, 2009
Dibujos: Delfi
"Lo que crece corta el corazón, excepto lo que crece para ser cortado". No, no.
ResponderEliminarA mi me crecen las ideas cuando te leo y no quiero cortarlas. Oí una y otra vez la canción hasta que fuí capaz de hacerle una segunda voz, para cantarla juntas...
Y (ah, mi pragmática cabeza) las uñas de los pies y el pelo crecen para decirnos que estamos sanos: cuánto más crecen, más sanos ( y menos poéticos).
Te he encontrado ahora, que sé cómo buscarte. Me gustó lo que vi.
y las plumas del pavo real oscurecen hasta el sol.
ResponderEliminarEstos dias escucho Seru Giran en el coche, son los gestos que uso para sentirme mas cerca de Buenos Aires
ah... la banalidad del aprendizaje formal
(A vuelo de pajaro encontre mucha similitud en tu interes pictorico)
hermoso momento pelos, unas, medias, colores
Mariel: me gusta muchísimo esta entrada. Has captado todo el encanto y el movimiento. Y el amor.Y la inocencia. Y la inteligencia tierna, casi recién nacida. Gracias por haberlo escrito para nosotros.
ResponderEliminarcrece. crecer paralelo a algo que queremos. que amamos. de vez en cuando jugárnosla a la intersección. sigue creciendo. haciendo dibujos. las uñas y el cabello, bueno, lo otro, la otra, el otro y yo, yo en lo otro...
ResponderEliminarla jirafa, la niña, mariel...
cantar...
ok, crecí. sigo creciendo.
no dije nada, no. sólo asistí. no es poco eh.
besos,
ò.
Es una prosa preciosa. LLena de alma, de esa que no se puede ver pero se siente. Llena de sentimiento, llena de vida.
ResponderEliminarMe gusta mucho.
Un abrazo Mariel.
Tu mejor post, lejos.
ResponderEliminarHasta la palabra de verificación que me pide para publicar el comentario es hermosa.
El pájaro se alimenta de nuestras palabras y nosotros de las tuyas. Todo, tus palabras, la canción, se aleja del pavor que suelen causarme esos locos bajitos. Tan bonito, Mariel.
ResponderEliminarHay frases en que abres espacios increîbles, ranuras por donde estamos obligados a ver el mundo de otra forma. Seguro se me escapan muchas cosas de este universo sui generis que creas y que, a todas luces, no para de crecer.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por tu lectura en tajalapiz.
...Dejé antes un comentario pero creo que no se salvó...
ResponderEliminar...En él decía que la entrada era preciosa y te preguntaba por quién era ella...
...Te contaba también una anécdota que me has hecho recordar: cuando era pequeño pensaba que el alma era un órgano como el corazón o los riñones. Mi madre solía decir a menudo "me duele el alma" y yo me apresuraba a decirle que me señalaba dónde le dolía exactamente...
...Un abrazo (por segunda vez, aunque el primero era invisible)...
Si se puede dibujar una catedral sin poder verla, se puede crear, se puede creer y se puede caer.
ResponderEliminarUna ternura así basta para invalidar todas nuestras ficciones y el mismo infierno en que vivimos.
ResponderEliminarEsa ternura: el arma masiva.
Gracias
Uhm, podría decir que no entendí nada...pero la verdad es que lo entendí todo y me supo a fresa y cava. Fantástico! me quedó con la ó.
ResponderEliminarAntes yo quería escribir cosas de niños, de niños que no necesariamente sean "niños" en el sentido estricto que le damos. Ya se sabe que la niñez no es propiedad e nadie.
ResponderEliminarDespués me dí cuenta que era un desastre, a mis niños no le divertían mis cosas, excepto las escatológicas o las que hablaban de cosas totalmente absurdas. Quizá sea, porque son niños de veras y no inventado como el tuyo.
Yo no puedo inventarme un niño, pero conozco a Santi que juega con amigos niñitos que el inventa. Eso si, le da vergüenza cuando alguien lo descubre jugando con alguien que sólo el ve. Esto es muy bello. Besito
Mariel ¡Qué sorpresa que me encontré!
ResponderEliminarGracias por avisame.
Buena tema para leer/escuchar el texto. Luego me tomaré el tiempo para leer tus demás entradas.
Saludos desde la ciudad del frío lisérgico.
(pd. Y que Cappa agarre ahora, mejor)
Querda Mariel, yo también vine el otro dia y leí esta entrada y me fui silenciosa a mi casa sin saberte muy bien qué decir. Porque creo que, como el aire que no se ve pero es contundente, este texto se lee solo, ligero, te lleva, incluso te empuja, y cuando llegas al final sientes todo su peso de golpe, y digo peso en el buen sentido, no como carga, sino como huella, como marca, como algo que se va a quedar en algún lugar de mi memoria para siempre y que es esta historia que se vive invisible, también como el aire, de quien se inventó un niño para crecer a su lado. Me ha depertado cierta tristeza, no sé, y mucha ternura. Y todas estas palabras, en realidad, no dan fe de lo mucho que me ha gustado, porque hay cosas que, cuando algo me llega ahí, ahí (yo siempre digo ahí, ahí) no sé decirlas todavía.
ResponderEliminarUn dulce beso (siempre, para vosotros siempre).
P.D. He terminado de escribirte y he tenido que revisarlo todo porque hoy mi teclado está gandul y se había comido la mitad de las letras. O a lo mejor no está gandul y está como yo, que no puede, que no sabe, pero quiere decir.
Estoy tratando de ponerme al día de tus entradas. Sigo impresionándome una y otra vez. Pero este post es uno de los más "pájaros" que te he leído. Qué extraordinaria habilidad para acercarte al mundo con tu sensibilidad, transformarlo, tomar lo mejor, devolverlo crecido... créeme, estoy segura de que con entradas como ésta haces que el mundo sea mucho mejor.
ResponderEliminarUna delicia. Un beso enorme!!
María: Tus ideas (que anudan la cabeza y el corazón) sí que llegan hasta el cielo, como las copas de algunos árboles. Uñas y pelos como signo de vida, es verdad ... uñas y pelos fuertes y sanos, uñas y pelos de animal salvaje, liberado, suelto. Es hermoso pensarlo así ...
ResponderEliminarDear Poppins, sí, y el sol se retira avergonzado. Esas canciones sí que inducen a la reconciliación. Que sigan sonando en tu auto, en tu mente, en el aire adentro y alrededor.
Blanca, "la inteligencia tierna, casi recién nacida", en movimiento, es una inteligencia libre de culpa, sin restricciones ni reservas. Por eso pinta los pelos de color violeta, porque a veces se ponen así aunque muchos no se den cuenta. Y hay perros amarillos y vacas naranjas y así ...
oscar, sí, crecer en paralelo a lo amado y jugarse a la intersección. el resto no tiene importancia. vos lo dijiste y mi jirafa se estira y se estira para abrazarte (lo tuyo no es asistir, es provocar estados y ponerlo todo en tres palabras).
ResponderEliminarLolette, todo lo que no se ve pero se siente merece nuestra atención, ¿no?, atención de criatura libelu-loleante, que sale a libelu-lolear ...
Pablo, jamás te preguntaré la palabra de verificación. Es precioso imaginársela sin preguntar.
Ramón, a mí también me causan pavor y me desarman y vuelven a causarme pavor y después a desarmarme y así ...
Leonardo, es el mundo el que está lleno de fisuras refulgentes, hay que dejarse ir por ellas (quién supiera hacerlo, cada día). Precioso tu mundo-tajalápiz.
ResponderEliminarMigue, qué hermoso lo que contás... El alma debe estar en algún lugar, pero seguro que es un lugar nómade y no queda en el centro de nuestro mapa, sino en los bordes, en el margen (como el alma de los violines, que no está en el centro del instrumento, sino desplazada). ¿Así empezaste a viajar, no? Pidiéndole a tu mamá que te señalara con el dedo esa ciudad en tránsito ...
Canilla, bienvenido y qué fuerte tu aterrizaje ... no creas que no pensé en tus palabras en estos días, especialmente en el "se puede caer". Los que necesitan ver para dibujar no se caen, no. Siempre tienen la evidencia y la confirmación, caminan sobre tierra firme y sus zapatos no se despegan del suelo, no se resbalan ni cierran los ojos aunque los tengan abiertos, para imaginar ... Me guardo tus palabras, me las robo, y espero que vuelvás con más. Pasaré por tu casa.
Stalker, es la ternura que cicatriza y repara. La que te protege también. La que no retrocede ni se esfuma. La que ilumina y hace más tolerables los infiernos. Más potente que el amor, sospecho, porque es más chiquita y es constante (no necesita devoluciones ni espejos).
Elisa, bienvenida, estoy leyéndote y demorándome en tus sabores. Si hubo fresa y cava por acá estuvo muy bien, muy bien ... la raíz terca de tu ojo conecta con mis fibras cuando mis ojos se comen tus entradas (siento que sí escribiste un poema sobre la pérdida de una perdida, lo sentí poema cuando lo leí ...)
ResponderEliminarDarío, ¡diste en el centro del asunto! Es la caca y el disparate, sí, ahí hay plantarse para regresar al paraíso perdido y ver a los amigos invisibles de Santi. Es un asunto de besitos, sí, no de besos. Por eso, un besito. Mejor, dos.
Si Argentina: ¡qué sorpresa la de los soperos! sus sorpresas siempre son maravillosas, así. Y Cinema Verité es inoxidable, ¿no? Vivimos en una ciudad de pobres corazones, la ciudad de la furia que es también la ciudad del frío lisérgico, a ver, a ver, quien anda por ahí para escribir la canción ...
*), adoro tu teclado gandul, adoro lo que sale de ahí, ahí. De esos dedos, de esa cabeza, de ese corazón que rasga el aire y ve a través de la niebla. Cada día miro a ver si hay algo nuevo detrás de tu otoño y tus migas de pan, para leerlo y hamacarme en tus palabras.
ResponderEliminarSusú, pienso que deberíamos alistarnos naturalmente como un pequeño ejército, todos nosotros, organizarnos y empezar a disparar ...