PÁJARO DE CHINA

sábado, 19 de septiembre de 2009

FRANCINE

Oskar Kokoschka, La novia del viento, 1914

Papá dijo a la tripulación
que viaja conmigo.
Es verdad.
Papá investiga
los mecanismos de la razón.
Es mentira.
Quiere saber dónde está el alma.
Por eso visita las carnicerías,
vuelve a casa y disecciona
animales muertos.
Papá dice que los animales
no tienen alma.
Pasea solo con Monsieur Grat.
No es un hombre. Es un perro.
Monsieur Grat.
Hay tormenta
sobre el mar de Holanda.
Duermo en el cofre
que papá lleva a todas partes.
Los marineros se preguntan
dónde estoy.
Papá se entrega
al estudio de la matemática.
Duden. Revisen.
Traza las líneas
de la geometría analítica.
Desconfíen. Controlen.
Morí a los cinco años,
con el cuerpo quemado
por la fiebre escarlata.
Entonces papá me construyó,
con piezas de metal.
Con mecanismos de relojería.
Fui su única hija.
Soy su muñeca autómata.
Soy su niña soñada.
El capitán ha entrado al camarote.
Ha visto el cofre.
Me ha visto, horrorizado.
Y me ha arrojado al mar.
Francine vuelve a morir,
ahogada.
El agua enfurecida
arrastra una muñeca
de mi exacta estatura.
Se la traga.
Papá mira mis dedos
aferrándose desesperados
a la espuma.
Lee en mis ojos
la desesperación.
René Descartes naufraga.

22 comentarios:

  1. toda tu, toda alma, toda belleza. El alma en cada letra.

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  2. Fantástico Mariel tu cuento en poema, tu poema en cuento. Me siento un poco identificada con tu escritura. Será que somos parecidas Mariel. A mi me gusta parecerme a ti -o creer que me parezco- porque tú eres apasionada. Niñas soñadas.

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  3. Mariel:

    es sensacional, me ha embriagado un torrente de sentidos. Lo dejo ahí, que bulla, que me alimente y me aniquile. La poesía como corrosión y entrañamiento, de víscera a víscera. Ni res extensa ni res cogitans: res visceralis, puro vértigo de la razón en sus confines, volcada en la entraña. Así tu poesía y el aliento que incrustas en ella.

    abrazones

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  4. laputamadre. mariel. un día de estos, créeme, vamos a dejar de escribir. ¿me puedes hacer un favor?... no podrías ser un pelín más tonta, tú. no ves que cuando te leo siempre suelto un taco...

    miputamadre, lo ha hecho otra vez.

    soy taaan imbécil. estoy hasta las pelotas de recoger con la fregona tanta emoción.

    indignado,

    besos,

    òscar.

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  5. Fantástico el poema, la autómata, el mar, y este Kokoshka que siempre me ha aterrorizado y fascinado. Me ha encantado el colapso de Descartes...

    besos anticartesianos

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  6. Porque el pájaro dice que necesita palabras, las traigo, pero me he quedado sin ellas, Mariel. Muda de asombro, preferiría no hacerlo. Lo más que puedo decir es, con Homero, si no te importa compartir la cita que le dejé también una vez a (*:

    "Así habló; y entonces ellos, quietamente permanecieron todos en silencio,
    y quedaron apresados por el arrobamiento, a lo largo de las umbrosas salas."

    De La Odisea.

    Un abrazo.

    Por cierto, me gustan los nuevos colores de tu pájaro.

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  7. Hace mucho tiempo lo tome por sorpresa. El no estaba preparado para conocerme, pero nos conocimos. Yo no lo planifique, el solo entro en mi casa. El entro en mi casa, y ya no pudo salir.
    Yo no queria que se fuera, pero nunca cerre la puerta. El quiso irse. El lo intento todo. El destierro fisico, el silencio sin eco. Pero no ayudo. La puerta abierta, y el sigue aqui.
    Hace tiempo que convive, aqui, con Descartes. El cree que es su mayor aliado. Ambos me han cortado en tantos pedazos como creen posibles. Me observan. Me "ecuacionan". Pero no me resuelven ni me solucionan.
    Los cortes duelen, pero no me explican.
    El y Descartes naufragan, como vos decis, en el mar del amor.
    Te quiero, porque si, porque si, porque si.
    Vani

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  8. jo Mariel es brillante el poema. Tienes fuerza Mariel en tus palabras.

    El blog esta muy chulo con este color.Es diferente esta muy bien.

    Un abrazo

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  9. Gracias, Mariel, por haber recorrido mi blog, tan diferente del tuyo... Quisiera poder decir algo sensato de tu poesía... pero solamente me sale que es linda...
    Te mando un abrazo

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  10. De lo poco que sé de pintura, una que me ncanta es el "Cristo muerto" de Holbeim. Vos que sabés capaz me puedas ayudar con el nombre de una, el autor es un alemán que se llama Rainer, no sé si nombre o apellido, es algo así como un palimpsesto, o sea pinto algo y le tiro un baldazo de azul encima. Uno lo mira y trata de descifrar que hay debajo.
    Lo pasé de refilón por Canal A una vez, y nunca supe más nada.
    Si la conocés, chiflame por acá o por mail.

    y te digo, repito lo que dicen más arriba: con estos post, me dá vergüencita seguir publicando mis pálidas ideas! Beso

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  11. Pero hay dos Descartes y no es preciso que colapsen los dos (o tal vez no lo merezca ninguno, oh Olimpia mecánica). Está el cartesio con su máquinita, perrito hecho de ruedas y engranajes. Está el cartesio que se embriaga en su duda y vislumbra luz en la alucinación. Cartesio cálido, caliente, excitado.

    Bello. Triste.

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  12. "Quiere saber dónde está el alma.
    Por eso visita las carnicerías".

    Me he quedado en esa imagen. Luego he seguido. Pero me he quedado sobre todo ahí y ahora no me encuentro las palabras. Es genial, Mariel.

    Un dulce beso.

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  13. Creo que con tu poesía por fin le diste a Fran-cine su verdadera dimensión. La cámara situada en su piel (la despojada). Descartes como el principal no-cartesiano imaginable. Embelleces cualquier parte del mundo que toques, amiga, y los que lo recogemos (argentinos: entendedlo en su acepción menos lúdica) no podemos dejar de sorprendernos, dejar de admirar cómo se ve el mundo con tus ojos. Cada entrada, aunque roces temas como muerte o enfermedad, ha rasgado pedazos de vida en sus uñas: se te ha de leer con las entrañas limpias y con nuestro descartes aletargado.

    Impresionante, una vez más... Sigue creciendo el pájaro. Siguen extendiéndose sus alas e hinchándose las palabras -como globos de niño, de todos los colores-. Gracias por todo este mundo, amiga. Besos que se cobijan bajo su buche.

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  14. Como a Rubén también me aterrorizó siempre Kokoshka. Terror parejo a la fascinación, claro (algo parecido me produce Bacon, aunque desde un punto de vista más terrenal: lo que en Kokoshka es el submundo en Bacon es el mundo y sus circunstancias).

    El tema de la muñera de Descartes ha sido siempre motivo de pesadillas recurrentes. Y es tan fuerte que ahora tú lo conviertas en poema... Maravilloso, te lo aseguro. Dicen las crónicas que la muñeca tenía vida, una vida pequeña, reducida. Sus movimientos eran leves pero constantes. Es por eso que provocaba tanto miedo, porque era esa lentitud la que daba la sensación de no poder acabar con ella. La velocidad, la agresión contundente, provocan un miedo diferente. Con un guantazo, si tienes fuerza, puedes reprimirlo. Pero la suavidad, la lentitud son los que perviven. A la muñeca de Descartes solo era posible matarla en el mar. Que el peso de sus mecanismos la hundiera también lentamente. Así lo hizo el capitán, dicen las crónicas. Tu poema provoca una emoción inmensa porque es la muñeca muerta, la muñeca que tuvo vida, quien lo cuenta. Y lo mejor, el final. Con ella muere también el padre. Perder dos hijas es siempre demasiado. Qué bello poema a partir de un bello cuento.

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  15. María: Yo no sé lo que vale, si es que algo vale. Pero sí sé que está ahí. Un abrazo agradecido por tu compañía constante.

    Esther: Y a mí me gusta parecerme a Esther, que escribe y dibuja muñecas que jamás podrían salir de esta mano torpe. Cuando te leo me digo "me gustaría haberlo escrito", así, sin que nada sobre, sin que nada falte. Niñas soñadas, sí.

    Stalker: Sí que hay vísceras pero sí vos, exactamente vos, podés sentirlas, las que me quedan adentro se estremecen de alegría. Besones estremecidos, entonces.

    Darío: Está en el ojo y la vibración interna de quien lee (y no es una frase hecha). Furioso abrazo.

    oscar: indignarte me hace feliz. porque te miro, te leo, te escucho y trato de aprender. de verdad. y claro que sí puedo ser más tonta y no un pelín, una peluca entera, larga hasta la cintura. te abrazo.

    Rubén: La muñeca y el mar, y el padre de la muñeca, ya eran en sí mismos el poema. Solo los recordé. Sí, hay terror y fascinación en Kokoschka (que también tenía su muñeca, su réplica alucinada de Alma Mahler). Besos, muchos.

    Bel: El pájaro, con tus palabras, almorzó, cenó y merendó, inclusive. Y batió sus alas, agradecido. Eso me pide que te diga. Y qué bueno que te guste su nuevo color. Y que un beso enorme.

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  16. Sis V.: Hay que saber naufragar. Y sobrevivir al naufragio. Cuando el agua nos nos deja respirar, hay que cerrar la puerta. Fácil decirlo. Quién supiera ... Demasiado Descartes envenena. Hay que soltarlo, hay que dejarlo ir, como el mar que se lleva la muñeca. Yo también te quiero. Y no puedo explicarlo. Es porque sí, porque sí. Sí. Sis M.

    Lolette-que-es-Lola-y-en-Lola-está-todo: Si no estuvieran los ojos que leen, la fuerza se reduciría a la mitad, o menos. ¡Estoy contenta de que te guste el nuevo color del pajarito! Es para cuidar esos ojos, precisamente. Un abrazo muy, muy fuerte.

    Mona: Y eso me alcanza y me sobra para sonreír. No tengo ni idea de qué es la sensatez. Presiento que los insensatos son más bellos que los que llevan a cuestas un diccionario. En la diversidad de las miradas está el encanto que nos une. Y en el hecho de que vayan en la misma dirección. Besos y seguí construyendo (nos).

    Pablo: Qué puntería la tuya. Es Arnulf Rainer y te deja temblando. Tus ideas brillan, brillan de verdad. Por eso el pajarito chino necesita visitar tu casa. Un abrazo potente como un Rainer.

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  17. Bicéfalo: Es bello y triste. Es una tensión constante (¿te suena familiar?) que quizá no sea colapso pero sí una especie de bajo continuo interior, una punzada insidiosa y permanente. Cartesio empeñándose en sacar la cabeza fuera del agua, en lugar de sumergirla para ver qué hay abajo, ese abajo del que nació su muñeca. Beso tus dos cabezas (en constante tensión, reconocida y vuelta escritura, entre otras cosas).

    (*: Primero, que me encantan tus besos, porque invariablemente son dulces. Y segundo, que me quedé de piedra, porque hiciste un poema con dos líneas de algo que no sé bien que es. En esas dos líneas está todo. Son brutales porque las arrancaste del resto y las pusiste a funcionar, solas. El acto de creación, y su impacto, es tuyo. Un abrazo que recoge y se guarda tus besos.

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  18. Susú: Sí, es exactamente Descartes como el no-cartesiano menos pensado. Ves lo que decís porque sos una bendita criatura descartesianada en su punto justo y continuamente ponés más de lo que uno da, embelleciendo lo que toca tus ojos. Y es así, es así, es así y punto. Tu cajón es más seguro que este buche, sin dudas. Un soberano abrazo (hecho de la materia de las Reinas).

    Ramón: Me quedé pensando en lo que decís y siento que es cierto, que en Bacon está el terror de afuera y en Kokoschka, el de adentro. La que viene es una simplificación grosera y por lo tanto injusta, pero es como la diferencia entre Stephen King -que alcanza puntos extraordinarios- y Poe -que es extraordinario por definición. No sabía que la muñeca cartesiana actuaba lentamente. Es mucho más pavoroso, sí ... Y sí que a esa persistencia lenta solo podía tragársela la inmensidad implacable del mar. Gracias por enriquecerlo, todo.

    Bash: Bravo por las muñecas. Hagámoslas hablar.

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  19. Cuando Mariel le responde a Òscar, no utiliza mayúsculas. Hay minúscula tras los puntos. Justo como escribe Òscar.

    Detalle de infinita delicadeza que estalla como géiser en mi noche.

    besones

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  20. Stalker querido, oscar abolió las mayúsculas. ¿para qué sirven? para establecer jerarquías ya desde lo escrito, desde que comenzamos a garabatear palotes. Ay, si me enfermara para siempre de solsonitis. Besones-géiser.

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