"Nada habrá tenido lugar sino el lugar"
Stéphane Mallarmé
Solo queda el lugar. La arena lamida por el agua y el agua chupada por la arena. El agua lava la sangre que tiñó la arena y la arena se impregna de sangre que se disolverá en el mar. No es la playa lo que queda, porque nunca se llega a ver toda la playa. Es el recorte de una zona en combate donde el ruido trepanaba el cerebro y el silencio, también. El hueco de una cara boca abajo, que no se enterará si hay boca arriba.
Queda tu cama. El colchón hundido del lado donde durmió tu cuerpo. La sábana revuelta por el terror del sueño, la mancha de café sobre la sábana. El hueco de un perfil sobre la almohada y el hueco inexistente del perfil restante, expuesto al colmillo codicioso del vampiro o a la mirada amorosa del ángel de la guarda. Ninguno de los dos existe pero da igual. Mientras dormís te muerden o te besan la garganta.
Francois Truffaut
Queda un plano detalle del lugar. La madera que buscó tu pie, el picaporte que te aferró la mano, la pared que sostuvo tu espalda. La silla que sentó tu cuerpo y la mesa que apoyó tus codos para que sujetaras la cabeza entre las manos. La ventana cerrada que recibió la lluvia y el ángulo que a veces recogía el sol. Los objetos actúan y respiran fuera del tiempo. Es el sujeto quien está de paso. El lugar no se mueve. El sujeto está en tránsito.
Thomas Struth, South Dearborn Street, Chicago
Un día nombré la arquitectura que rodea esta calle, en orden cronológico de construcción. Nombré a sus constructores. Estábamos de pie bajo el Flamingo metálico gigante de Alexander Calder. Teníamos los gorros cubiertos de nieve. Te reías porque yo nombraba, a pesar de que el frío me congelaba impiadosamente la mandíbula.
¿Nos ves? ¿Ves a quienes nombré, mi mandíbula, nuestros gorros, tu risa? ¿Ves la nieve? El tiempo los sacó y nos sacó de allí. Nos sacará al extremo de no volver a nombrar, nada. Se llevará impiadoso todos los nombres.
¿Nos ves? ¿Ves a quienes nombré, mi mandíbula, nuestros gorros, tu risa? ¿Ves la nieve? El tiempo los sacó y nos sacó de allí. Nos sacará al extremo de no volver a nombrar, nada. Se llevará impiadoso todos los nombres.
Por eso son tan bellos y tan tristes los lugares vacíos. Por eso tan terribles las demoliciones. Vivir es librar una guerra. Cada lugar es un pedazo de las playas de Normandía.
No sólo cuidas las palabras, sino que la imágenes las escoges con una seguridad que dicen de un conocimiento muy antiguo.
ResponderEliminarMe encanta lo que escribes, y mucho más cómo lo acompañas.
Soy de las que cree que una imagen no vale más de mil palabras más que para los que las tienen en la cabeza.
Más que mil imágenes tienen tus palabras.
Un beso
te traigo un nuevo regalo, para que lo coloques en la cocina, aquí se ha acabado el verano y muchas cosas ya no caben en los armarios:
ResponderEliminarhttp://www.museodelprado.es/uploads/pics/3.Felipe-Ram__rez_-Bodeg__n-con-cardo_-francol__n_-uvas-y-lirios_01.jpg
un beso.
El otro día, apenas esbocé un comentario sobre la muerte, era un poema de Bukowski. Tu post era, precisamente sobre la muerte de "alguien". Pero no me atreví a más, porque desconocía del muerto, no era mio.
ResponderEliminarPero ahora leo esta maravilla, esa analogía de la playa y la cama, vacías, la ausencia del sujeto, y vuelvo a recordar el poema. La terrible sensación de que mientras estamos muertos el mundo sigue andando y los lugares están todavía ahí, sin nosotros.
cuando pienso en mi muerte
pienso en automóviles estacionados ...
pienso en sartenes ...
pienso que alguien te hace el amor
cuando no estoy ...
tengo problemas para respirar ...
pienso en toda la gente que espera morir ...
pienso que no podré tomar agua nunca más ...
cuando pienso en mi muerte
el aire se vuelve completamente blanco
las cucarachas en mi cocina
tiemblan
y pienso que alguien tendrá que tirar
mi ropa interior limpia y sucia
muy lejos...
Esa era la idea. Beso
Sobrecogida, nuevamente. Estremecida.
ResponderEliminarY con el bello en pie: como soldados.
Hermosa cartografía aunque no creas en el ángel de la guarda. Él, sin duda, sí cree en ti y en él, y en el hueco que deja en el mapa la tierra incógnita y la atravesada por las autopistas y las líneas de ferrocarril.El ángel da vida al mapa y convierte el pliego en obsesión de futuros viajeros. Tu ángel custodio llega al otro ( a mi que soy ya tu tú) como obsesión de tesoro, de belleza ( o sombra de lo siniestro que podemos devorar). Mi cartografía se llena de huecos, de huellas, huellas en las zapatillas viejas bajo la cama, huella de zapatos campesino de Van Gogh. Es curioso - o religioso o interesante - que las letras escritas en el sujeto en tránsito lleguen hoy hasta mis zapatillas y mis zapatillas sean sus (tus) zapatillas o el hueco de la (su, tu) almohada se asiente en mi almohada (¿no es eso el platonismo que desprecias, Pájaro Chino?.
ResponderEliminar"Los objetos actúan y respiran fuera del tiempo", sí, suscribo y copio, pero actúan con nuestras manos y respiran con nuestros pulmones EPOC (y eso no sé si es antiplatonismo).
Odio las demoliciones. Ya han demolido al menos dos casas de mi memoria - la fábrica en la que nací y la casita chiquita de la abuela. O no, mejor, no las han demolido de mi memoria pero su perfil es ahora fino, como un mero apunte.
Somos últimos mohicanos de nosotros mismos que respiramos las cosas y sus huecos con nuestros obstruidos bronquios. Nos queda la fuerza del color, el esfumato y el juego de las líneas de diversos grosores.
lo que más me gusta de las arquitecturas
ResponderEliminarson los tornillos sobrantes
o se quedan por ahí tirados, cogiendo
óxido y borra
o sisas alguno y te lo insertas
nunca se tienen de más
Pájaro querido, sujétate a la soga del blog, tira de ella y llega al mío. Allí hay un post para ti. Porque te quiero.
ResponderEliminarEs tan bonito verlo así. Tan vital, aunque pueda parecer descorazonador... No conozco Chicago, y mira que tengo familia viviendo allí, y me han invitado mil veces. Me atrae la ciudad, esas sorpresas urbanas que tanto nos atrapan. Ahora más, después de imaginarte con tu gorro bajo la nieve. Sí, la vida son lugares. Y los lugares no son incontaminados.
ResponderEliminarTampoco los colores, como bien sabes y mejor retratas en tu anterior entrada. Mariel, me apodero de tu padrenuestro que se aviene genial a todo cuanto escribes. Porque es pura ideología de la lucha, como las playas de Normandía. El poema del grado cero me gustó hasta no poder decir basta. Hasta decir más, siempre. Es un texto muy grande.
Gracias por esas emociones que me mecen inesperadamente, por esa mano custodiada, por sentir tanto y contarlo tan bonito. No cejes nunca.
Como era ley para Mallarme, cada palabra no podía ser reemplazada por otra para que sea considerado poesía. Así de hermoso viene su blog. Y los comentarios son casi posts en sí mismos.
ResponderEliminarY la imagen de Truffaut, otro que murió demasiado joven, pero dejó demasiado talento. Dos de los pocos franceses que me conmueven.
salir de plano es más difícil que entrar en plano. porque los ojos ya nos atesoran, firmes y húmedos. cuando todavía no es el tic tac tiempo sino del tacto. y cuando estalla la bomba y vacía, poner a alguien como tú en la escena abolida, como la más anciana que vio nacer al barco en el astillero y le hizo la botadura y la alegría hasta que mucho más acá, al hacer gluglú, sigas nombrando la mácula que dejamos.
ResponderEliminarno sé qué acabo de escribir, me ocurre con frecuencia. eso es cuando lo que me viene de cara me atiza vida. bien, pues en tu pájaro de china (nuestro, de todos), me das tortazos todo el rato. y sigo, bobo y rojo, aquí.
besos,
òscar.
se siente como un dedo pasando por tu columna vertebral cuando en un texto ajeno encuentras palabras que expresan algunos pensamientos propios.
ResponderEliminarestuve en chicago el año pasado, viendo edificios (me encanta pasear recreandome en la arquitectura que no se clonea a si misma)y pase por esa calle y (sin nombrarlos) me pare ante las esculturas que enseñas y nombras, y me sente a disfrutarlas en un dia del soleado verano de la ciudad del viento.
y la misma sensacion de aproximacion a otra persona me llega cuando cierras el circulo y nos recuerdas que todos tenemos ausencias, que todos tenemos una parte de las playas de normandia en nuestros recuerdos.
me atrapas.
que lindo!! yo no soy escritora pero disfruto mucho de todos ustedes....soy como una niña que extasiada mira...y siente todas sus palabras.
ResponderEliminarMuchas gracias por tanta belleza
Partisana, sí, las imágenes no son casuales. No las veo por primera vez. Las recuerdo y las busco o las atesoro en un "almacén de imágenes" que se entrelazan con mis días. Ninguna es nueva, ninguna fue descubierta ayer. Todas están gastadas por el uso de vivirlas y quererlas, están ajadas y lamidas por el ojo. Es entrañable que lo hayas notado. Con tu ojo partisano. Aparto todas las piezas del tablero de ajedrez y te beso.
ResponderEliminarRaúl: Tu gesto y tu regalo (que son sinónimos) son ... preciosos. Mastico esas uvas y todos mis sentidos se ponen de pie. Es mi fruta preferida, de verdad. Mi abuelo me traía racimos inmensos a casa cuando era chica. Ahora me los trajiste vos. Besos agradecidos.
Darío: Sí, es como cuando perdés a alguien querido. Lo terrible no es el momento exacto de la pérdida. Es salir a la calle el día después y ver que los semáforos siguen funcionando y la gente cruza la calle y hay calles y suenan las radios. Es tan hermoso lo que escribiste que voy a subirlo a la entrada. Beso enfurecido (por las pérdidas, entre tantas cosas).
María, sí, como soldados, custodiando y cuidando y viviendo los lugares por los que pasamos. Ya tiré de la soga (me encanta que estemos anudadas a la misma). El cerco del cero ya es mío, para siempre. Un abrazo muy fuerte.
Bicéfala: ¿Podrás creer que mientras escribía esto pensaba en las zapatos del labriego que pintó Van Gogh? En los zapatos que estaban y el labriego ausente. Sí, posiblemente mi yo ya sea tu tú y tu tú sea mi yo y así. Y qué bien que eso pase. Qué bien que hace y qué hermoso es. Es verdad que los lugares actúan con nuestras manos y respieran con nuestros pulmones EPOC (ah, sí, esto ya no es muy platónico) pero nuestros pulmones y nuestras manos son fungibles para esos lugares que los sobrevivirán sin recordarlos.
ResponderEliminarYo también odio las demoliciones. Nunca había pensado que somos nuestros últimos mohicanos, pero es así ... y nos queda el color y la línea. Y la palabra. Me viene a la mente algo escrito por Cortázar: esperemos y peleemos.
Beso tus inagotables cabezas (dos, como si una no bastara ... ¿será bicéfala la tortuga o una hidra, en realidad?).
La Judith (Loba): Sí, lo mejor es lo que sobra, porque nunca alcanza. Respiro tus sobacos.
Ramón querido, te encantaría Chicago porque tiene tantas ciudades dentro de ella y podés pararte horas frente a La Isla de la Grande Jatte, de Seurat, y mirar el monito y después ir a escuchar blues a la madrugada o, si es invierno, hundirte en la nieve y entrar y salir de los bares tomando café caliente. No cejemos, porque esto es Normandía, y no dejes de acunarme.
ResponderEliminarPablo: Sí, los comentarios son entradas y salidas y entradas otra vez y algo voy a hacer con ellos. Voy a trenzarlos y ponerlos en el anverso, para dar vuelta el guante. ¿Cuál es el otro francés? ¿Bresson? ¿Godard? ¿Gainbourg? estoy intrigada ... Besos que se preguntan.
oscar, me quedo sin palabras ante las tuyas. no podría explicar lo que escribiste, pero siento de qué va. de estar hasta la médula, con el tic-tac-del-tacto, desde el principio al fin donde se hace gluglú. "cuando lo que me viene de cara me atiza vida" es ... hermoso. los tortazos son de crema, como los de Buster Keaton. te abrazo.
ResponderEliminarSin reglas/Sin reservas: lo que escribiste me atrapa a mí (y no me suelta y tampoco dejaría que lo haga). El dedo que te recorre la columna vertebral, la parte que nos corresponde de las playas de Normandía e imaginarte en el verano soleado de la ciudad del viento (que yo siempre pisé en invierno y era bella, también). Caracoles y tesoros enterrados en tu arena.
Nanu (me gustaría llamarme así ... bueno, me lo puedo poner, un Nanu por un rato ...): Sí que sos escritora. Leés y escribís todo el tiempo (eso lo sabe oscar y lo cuenta como solo él puede hacerlo, en el video acá en el pajarito, a la derecha). Un abrazo muy fuerte.
bastante original tu narrativa, me gusta
ResponderEliminarMuchas gracias, querida Poppins. ¿Me puedo meter en tu bolso sin fondo? Un batir de alas.
ResponderEliminar¡Cuántas asociaciones en este texto! De las playas de Normandía a las demoliciones de Chicago! Puentes que tienden las palabras. El palimpsesto de las imágenes (toda imagen esconde o recuerda otra imagen, leía hoy en Mangel). La demolición urbanística tiende a suprimmir esas viejas imágenes de la ciudad que quedan en nosotros y con nuestra muerte muere, de alguna forma, una ciudad sólo de nosotros conocida.
ResponderEliminarRegalos de inteligencia colman tu blog.
Saludo
las veces que quieras
ResponderEliminarbusque y revuelva
saludos
Leonardo, bienvenido seas a esta casa (se torna más intensa la constelación). Cada imagen esconde o muestra otra imagen, sí. Niega, oculta o conduce a otra. Lo que decís acerca del mundo solo por nosotros conocido es muy bello ... Un mundo intransferible de imágenes, que esconden y muestran otras y así ad infinitum, como un juego de cajas chinas ...
ResponderEliminarBesos agradecidos por tu aterrizaje.
Dear Poppins, pasaré y revolveré y dejaré todo muy desordenado, como corresponde. El pájaro me dice que te diga que ahí va un batido de alas.
ResponderEliminarHola Pájaro:
ResponderEliminarMuchas gracias por la invitación a entrar a tu casa. He quedado, en estos últimos tiempos muy sorprendido:
.-Mujeres que escriben sobre deportes con autoridad y solvencia.
.-Unos poetes de Barcelona que te inundan de literatura de la buena.
.-Y ahora tu blog, ¡oh my God, is too much for me! ¿Están todos loc@s, no se enteraron que estamos en el siglo XXI?¿Qué les pasa?
¡Aguante la rebeldía y el inconformismo!
¡Aguante las minas que piensan y escriben mucho y bien!
¡Qué belio es tu post chica!y tus lectores no se quedan atrás, algunos comments son verdaderos post. ¡Qué nivel loco!
Espero estar a la altura de las circunstancias. Quiero que sepas que llevo mi ignorancia supina y mi estupidez genética con mucha dignidad, hasta con orgullo diría(para estar a tono con mi generación, ¿visteS?)
AMENAZA 2: Cuidado. Seguiré a este blog.
(La 1 se la dejé a los poetes)
Te mando un beso y un abrazo
PD -me gusta mucho el nombre que le pusiste al blog, no sé bien porqué, pero me gusta.
Luis Eugenio, acá estabas ... Vos me guiaste. ya estamos enlazados. Un abrazo.
ResponderEliminar