PÁJARO DE CHINA

jueves, 1 de octubre de 2009

LA PERSISTENCIA DE TU CALIGRAFÍA

Pierre Soulages, Peinture 23 mai 1969 (1969)

Lo que no tiene razón de existir es lo que queda. Porque no lucha contra el tiempo. No le ofrece combate. No opone resistencia y por eso resiste. No batalla desde un tiempo diverso. Está fuera del tiempo y el tiempo jamás podrá tocarlo y arrancármelo.

Es el soporte y el signo. No es el amor declarado y ofrecido en la carta de amor. Es tu caligrafía en la carta. Tu caligrafía no es el vehículo de tu mensaje, no es su medio. Es el núcleo refulgente y autónomo de un orden cuyas reglas intento descifrar, lo que queda después de haber renunciado a todo. Las piedras de Stonehenge. Un menhir.

"¿Qué es envejecer?", me preguntó Stalker hace varios días. "Es empezar a contar muertos", pensé. "Es darse cuenta de que el cuerpo puede sublevarse contra mí y hacerse evidente en sus trastornos". Cuando uno es joven no piensa en el interior alterado del cuerpo: modela y tonifica su superficie, broncea su piel y elonga y ejercita sus articulaciones. Pero no imagina el itinerario implacable de sus venas ni la textura y el pulso de sus órganos. No los piensa ni piensa que el tiempo los degradará hasta extinguirlos por completo.

Envejecer es abrir el cuaderno de pérdidas y es, en el mejor de los casos, aprender a mirar. Convivir con la sombra de lo perdido y depurar la mirada. Acercarse, sumergirse, ir hacia abajo deshaciéndose del equipaje, a la búsqueda del fondo del mar. En el fondo del mar está lo que no cesa, lo que no se pudre ni se esfuma ni se aquieta. Los menhires. Una piedra de Stonehenge. Lo que brilla.

El fuego no consume los huesos. Los huesos hablan pero no atino a explicarte lo que quieren decir. Son como tu caligrafía. Podría reconocerla entre todas las caligrafías de este mundo pero no pidas que te explique lo que me cuenta. Lo que me dicen los huecos y las curvas, la velocidad intuida de su trazo, el temblor entrañable de una línea. Porque no tengo respuesta.

Tu caligrafía evoca algo que no está aquí y es un secreto. Tu caligrafía es un enigma cuyas pistas no me cansaré de perseguir, maravillada. En tu caligrafía se interrumpe y se inmoviliza el tiempo. Recién a esta hora alta y violenta de la madrugada puedo responderle a Stalker. Y atreverme a decir que tu caligrafía no envejecerá. Porque no quise hablar solo de lo que se pierde sino también de la perseverancia infalible y prodigiosa de ciertos signos.

Es como un cuadro de Soulages, ¿lo ves?. El negro activa la luz y la imagen me interpela por contraste. Puedo decir "es un cuadro de Soulages" pero no puedo definir lo que hay adentro.

El cuerpo se acaba, como la música.

El misterio de los huesos y de las piedras, no. Tus manos podrán acabarse un día. Pero los signos nacidos de esas manos persistirán, como pájaros, agitándose en mí.


16 comentarios:

  1. Chapeau dicen los Franceses.
    Yo digo que cojones (mejor ovarios) tienes para sacar a la palabra todo lo que tiene que decir.

    Me siento vieja pero enamorada.

    Oscar estas interesante allí. A ver voy a escucharte.

    Un abrazo.

    C'est moi Lola

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  2. Querida Mariel:

    gracias por responder. Sé que has detenido tu tiempo para hacerlo signo legible, sé que te has vuelto caligrafía menuda antes de exhalar, proyectar, antes de darte como sólo tú sabes hacerlo. No sé lo que quedará después de la hecatombe, pero sí puedo asegurar que quedará, como huella "perseverante e infalible" el calor que emanas. Esas primeras ramitas de tu caligrafía pequeña servirán para el nido o la madriguera, pues son negación de la intemperie y condición de posibilidad de la camada. Al final habitamos esas dulces metáforas usadas: nido, madriguera, pero cómo nos servirán al ser rearticuladas por el calor humano que emana de ti y de tu escritura. Al final todo depende de la energía que se vierte en el signo y del modo en que desalojamos al dios decrépito que se obstina en no abandonar esa morada. Ahí nos posamos, ahora libelu-lolas, y aguardamos el hiato que nos permitirá ingresar en la incógnita flor de latidos.

    Abrazones

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  3. es una pasada en lo que te has fijado. la caligrafía, no lo que dice lo escrito. más verdad aun, más intenso ese vivir diciendo en trazas conmovedoras, táctiles.

    conmover pensamientos, mutarlos en sentir puro. hacer alma en la tinta. quedarse ahí.

    la vida ahí nacida, en esos pliegues, caligrafía.

    magnífica declaración de amor.

    insisto en lo afortunado que me siento al leerte, al poder leeros. viviéndoos.

    beso,
    òscar.

    lola,
    me gusta decir en voz lo que siento sin tener conceptos previos. no una revisión. acontecimiento. no sé si pasarte una aspirina. gracias. besos.

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  4. Y la vejez es también (Dios mío, como me atrevo a añadir algo a la perfección. Perdóname), aprender a mirar despacio y desde dentro lo que de jóvenes mirábamos con prisa y desde fuera.
    Seguro ,Mariel, que no me crees, se me están cayendo unas lágrimas como tomates. Y no es la primera vez que me pasa al leerte.

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  5. y lo que queda es el arte...lo que no tiene razon de ser...lo que sale de la s entrañas y se plasma en algo..la caligrafia, las notas musicales, la pintura....el arte
    leerte es siempre un despertar del una hivernada larga, lenta...es despertarse, desperezarse y sonreir!

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  6. Oscar porqué dices lo de la aspirina, porque he recitificado cojones por ovarios????
    Yo también suelo decir lo que me sale del tululú. Y que es tululú pues no sé una palabreja de las mías.

    Si Oscar dame una aspirina a ver si se me pasa el dolor de cabeza. JAJAJA.

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  7. : )
    : (
    yo no sé
    Pero me he quedado a la mitad antes de una lágrima

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  8. Tiene razón Mariajesus esto es la perfección amiga Mariel, este texto verdaderamente lo es y también hay lagrimitas por estos lados.
    Como dice una amiga mía que canta muy bien por cierto: hay canciones que encierran secretos y hay poemas que guardan musicas. Vamos por esos secretos en las canciones, poemas, cuadros, caligrafías ...
    Despacio, lentamente, que ese gesto, esa mirada, eso que nos dicen las letras y que no podemos explicar o repetir nos espera, nos encuentra.

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  9. Como de costumbre leerte duele. Será que somos masoquistas, o será que es el dolor de la conciencia y de la estética (y la ética, que como dijo Valverde, van juntas), y ese es un dolor que compensa. Envejecer es contar muertos. Glups. Qué gran y puta verdad. Recuerdo que un escritor de estas tierras decía siempre, cuando moría alguien cercano, que él acababa de morir también un poco. Porque con cada persona amada que se va, se van también partes del yo recordadas por quien se fue que resultan irrecuperables. Es imposible recuperar sus recuerdos de nosotros. Envejecer no es sólo morir un poco cada día; es también dejar que te maten poco a poco con sus muertes.
    Es que diría más cosas pero tampoco quiero eternizarme. Como decir por ejemplo que la caligrafía del alma es la caricia, o la mirada, o la entrega... Recorto tus palabras y me las llevo conmigo, Mariel, para que me acompañen en el tren, en el café, durante el viernes. Besos

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  10. La intensidad de las emociones que se instalan para quedarse por siempre, no tiene edad ni tiempo, y están en esos trazos que nunca nos cansaremos de mirar (sentir) que nunca olvidaremos.

    Un texto que dilata las púpilas.

    Besos

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  11. Escribís muy bien, Mariel. La vejez y la muerte son dos de mis temas fetiche, junto con el fracaso. Creo que todo lo que he escrito se refiere a esos temas.

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  12. (lola -en voz baja, para no interrumpir todo esto tan bello-. lo de la aspirina era porque escucharme da dolor de cabeza, por nada más. un besazo.

    jolín, qué cosas decís a mariel tan hermosas. es que su texto, este y los demás, son imparables como hierbas. besos. òscar)

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  13. Para ver esas caligrafías vale la pena envejecer, bien lo dices. Siempre le tememos a ese periodo que a todos nos llega, sin pensar en lo que puede aportarnos. Oh, dolores sin duda (pero, ¿cuándo no?), pero así como de jóvenes nos sentimos inmortales, la vejez puede otorgarnos la despreocupación del tiempo. Entonces podemos ver lo que queda de veras, los Soulages, la luz que se ocultaba en el color negro.
    Un saludo

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  14. Lolette, si estás enamorada no vas a envejecer nunca, siempre tendrás un proyecto. Un abrazo (¿verdad que oscar está muy bien y no se necesitan aspirinas? no es solo lo que dice, es su manera única de decirlo ...).

    Stalker, un día de estos haré un poema con líneas de cada uno de tus comentarios. Sí, lo que queda es la energía que se vierte en el signo, haciendo retroceder, espantados, a los dioses decrépitos. Besones, un montón.

    oscar, mutar lentamente el pensamiento el sentimiento y vivir en el pliegue y quedarse ahí, sí. la agradecida soy yo, siempre, siempre. te abrazo.

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  15. María: Es cierto lo que decís y eso faltaba, faltaba. Envejecer es mirar más lentamente y desde adentro lo que antes se miraba con prisa y desde afuera. Exactamente, así. Que no haya lágrimas sino espléndidos y perseverantes tomates, María, que en ellos está todo. Un abrazo muy fuerte.

    Nanu: Lo que queda es lo que en principio es inútil, ¿no?, pero sirve nada menos que para sobrevivir. Mirémoslo juntas.

    Lolette: Patentaremos el tululú, junto al libelu-lolar.

    Ray: Hay mucho en tu "yo no sé". Y yo lo veo. Un beso enorme.

    Mujer de Olé: Sí, vamos por esos secretos que nos rodean y nos esperan. Esperan al ojo que sabe descubrirlos. Un abrazo cazador de secretos.

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  16. Ramón: Es hermoso lo que decís. Me hizo recordar unas líneas de "El cielo protector", la novela de Paul Bowles que llevó al cine Bertolucci con Debra Winger y John Malkovich (no sé por qué menciono el film, los libros nunca deben compararse con las películas, son mundos diferentes). El caso es que en esas líneas Bowles habla del pedazo nuestro que muere con el que se va (como si perdieras un brazo, o una pierna). En realidad el duelo por el otro es un duelo por esa parte íntima que el otro se lleva de nosotros, un duelo por nosotros mismos. Me gusta estar en tu café, en tu tren. Gracias por estar ahí. Un abrazo fuerte.

    Eterna aprendiz: Bienvenida. Es precioso tu nombre. Y sí, la intensidad de la emociones atemporal y se resiste a las cronologías. Está fuera del orden convencional de las cosas. Tus perros son ... bellos. Un beso enorme.

    Pablo: Como dice mi querido Stalker, creo que no hay otros temas. Cualquier que imagines está ligado a estos dos. Stalker les dedicó dos entradas preciosas en Lost in Marienbad, clickeando acá a la derecha ("nuestra república paralela"). Besos, muchos.

    Leonardo: Con la vejez viene la despreocupación del tiempo, para ver más despacio y desde adentro, como dice María Jesús. Para ver Soulages, sí, y la luz que el color negro antes se devoraba y ahora empieza a asomar, a fluir. Un beso tajalápiz (me gusta mucho esa palabra, mucho).

    oscar, ojalá las palabras fueran hierbas y las bestias se las comieran todas y no tuvieran tránsito lento ni dolor de panza. te abrazo.

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