Sigue escuchando el rumor de las olas.
Ya lo sabe. El cuero se pudre. El metal se oxida.
Los órganos no se sobresaltan. Se dejan comer.
Nada quedará de todo esto.
Otros escuchan, también, el rumor de las olas.
Ya lo saben. No tengo las fotografías ni los nombres.
El peso de sus órganos toca el límite de la arena.
La arena no lo sabe. Los órganos, ya descosidos,
se inclinan a escuchar.
Están sosteniendo las olas.
El mar cumple sus ciclos entre mis parietales.
El mar no puede tocar los órganos.
Toca los bordes de formas que se escapan,
la estela de este nervio, un temblor.
En el extremo de la soledad
los cuerpos se entregan al agua.
El agua hace de los cuerpos su lugar.
PÁJARO DE CHINA
domingo, 30 de mayo de 2010
DENNIS HOPPER MANTIENE LOS OJOS CERRADOS
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Comparto y agradezco tu homenaje a Hopper. Tú pones la letra. Yo la memoria. Su muerte no es ninguna traba para mi. No debe serlo para nadie. Su obra paralela, la que nosotros conocemos, está ahí. Suficiente.
ResponderEliminarUn beso.
El rumor de las olas que atraviesa el pecho... y se convierte en ondas sonoras...
ResponderEliminarCon nuestras vendas en la herida del tiempo, "nos inclinamos a escuchar" y notamos nuestros bordes, "el extremo de la soledad", mojado por el mar...
"El cuero se pudre. El metal se oxida."
Un abrazo
Muy merecido homenaje al que me uno de algún modo recordando los buenos momentos que me ha dado.
ResponderEliminarAhora ese mar del que hablas y en que él estuvo habitando, ahora le acoge definitivamente.
Un abrazo.
Merecido homenaje.
ResponderEliminarGracias por tus palabras cuando estuve con ñañas.
Baci
Irá, con su sonrisa incrédula y su ojos de metal, a cruzar en moto el río de los muertos, allá donde se pone el sol. Algún amigo americano lo acompañará, mientras las olas lo bañan, dulcemente, pero a quemarropa.
ResponderEliminarCuando conocimos el mar, nos sobresaltamos, los niños se pusieron como locos, porque el ruido del mar es ruido divino. Nadie deja de conocer el mar...
ResponderEliminarMentira que se murió.
ResponderEliminarLo han visto bebiendo Black & White en blanco y negro junto a Rusty James y el Motorcycle Boy. Las nubes corren como ovejas enloquecidas y su reloj perdió las agujas para siempre.
Una de estas noches paso por ahí.
Mierda, recién me vengo a enterar.
ResponderEliminarUn gran loco.
Buen y merecido homenaje!
ResponderEliminarPufffffff.
ResponderEliminarSe mete al mar, buscando el viento...
El agua hace de los cuerpos su lugar.
ResponderEliminarabrazo
Me quedé en el mar meciéndome con tus palabras.
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