PÁJARO DE CHINA
lunes, 27 de septiembre de 2010
XVII.
Mi amor es el cachorro Nº 103.
Cruella de Vil lo observa enfurecida.
Su larga uña, rígida y laqueada,
no sabe secuestrarlo.
Sobre la carne desgarrada
en las persecuciones de la última guerra
se obstina en renacer
la antigua forma de tu mancha infantil.
Mi amor se cose los pedazos de su hueso;
extiende sus huesos, cosidos, hacia mí.
Mientras se cose, se cura y se reinventa.
El amor es lo que hacemos mientras.
En un determinado lugar,
con nuestras módicas y terrestres herramientas,
es un proceso de transformación.
Borramos esa parte del amor que ya hemos hecho,
desaparecemos sin dejar señales.
Nos desplazamos para habitar, en otra zona,
la fase sucesiva de este mientras.
Bien sé que de esto no quedará nada.
Pero se trata de un mientras formidable
donde crezco y me educo
al cuidarte así.
Tiro y empujo de mi amor para salir.
Hay una puerta hacia ciertos tesoros
que los niños acopian bajo la arena.
Es el departamento de recursos humanos.
Mi cachorro olfatea, reconoce y excava.
Su hueso es la manija de esa puerta.
No cabe el hueso ni la manija ni la puerta
en la cabeza de Cruella de Vil.
El amor es juntar los pedazos del piso.
Elegir el color de los hilos.
Ella no puede entender de qué se trata.
Foto: Chema Madoz.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
En los cielos hay cachorros excavando para enseñarle a Cruella de Vil por donde se entra hacia el amor. En los corredores de la vida hay determinados lugares donde están impresas las transformaciones.
ResponderEliminar"El amor es lo que hacemos mientras"
"Nos desplazamos para habitar, en otra zona,
la fase sucesiva de este mientras"
Cuando excavamos sacamos los desplazamientos para juntar los pezados.
Elegimos "el color de los hilos".
Sí el amor es cruel y a veces nos deja en los huesos, pero el amor es vivir y eso mata. No ví el anterior del acamioncito, pero te digo que posiblemente los autores no vean ninguna de esas mil palabras que tú tienes en tu corazón y cabeza.
ResponderEliminarEl hueso transformado en parte de tigre, hecho de piel somos todos nosostros caminendo por ésta selva.
Te mando besos, no te humedezcas demasiado, aquí sol preciosos otoñal.
Te admiro, y te quiero desde la distancia blogera.
Y tus chicos...?
Leerte es abrir una ventana a lo oscuro de uno mismo.
ResponderEliminarA veces me ausento pero siempre vuelvo a buscar rincones donde existe la aquella poesía, esa que nos conmueve.
Tu poema emociona moviliza.
Un abrazo,
María
Al final, siempre estamos en el mientras. Y los cachorros se seguirán multiplicando, para suerte de tu amor.
ResponderEliminarUn huesito dulce!
ResponderEliminarBienaventurados quienes logran juntar esos pedazos y vivir en ese "mientras formidable" :)
ResponderEliminar"El amor es juntar los pedazos del piso"
ResponderEliminarguau, guau, guau.
creo que soy un perro.