PÁJARO DE CHINA

viernes, 22 de julio de 2011

SOCIALISMO - (IV)



IV.

 


Pablo aumenta la velocidad, gira súbitamente en el aire y apresa al pájaro por la cabeza. El procedimiento de captura y deglución es transparente y rápido. El pájaro se desespera, reduce progresivamente su nivel de agitación y es finalmente pura materia digerible. Pablo desgarra  el cuerpo inerte utilizando los pulgares y lo mastica con fruición. Las sobras caen de la rama. Serán la única huella de Pablo cuando la colonia migre. Fotografío las sobras y anoto el número de la fotografía en el cuaderno, bajo la descripción "sobras del pájaro atrapado por Pablo". En la colonia no se han construido horcas ni hogueras, doncellas de hierro ni collares de púas. Nidos, tampoco. En la colonia se usa lo que existe. Se transforma en hogar provisorio la grieta en el campanario de la catedral. Fuera de la colonia, la lucha de clases es en principio la lucha por la carne de un pájaro vivo y, luego, por las plumas irisadas de un pájaro metálico. Pablo se alimenta para no morir, en base a estrategias de cortísimo plazo desprovistas del horror inherente a cualquier mecanismo a cuerda. 

Las vísceras del pájaro permitirán a Pablo el cortejo sexual, el descanso prolongado en el sitio de percha y la acrobacia inútil y exquisita. La cosa, física y brutal, es la llave del goce. Pablo la devora pero no la posee. "Nuestra lucha es, por el contrario, una lucha a muerte", escribo mientras las nubes pasan sobre el metal del equipo de visión infrarroja. En la colonia no hay bibliotecas, sótanos ni cementerios. La huella de Pablo es una sobra aleatoria.

Al jugador de ajedrez le roban una pieza con forma de carne de pájaro. Deberá ser bello en su perseverancia. El rostro de las flores busca el sol débil de cada día. Es la pedagogía espontánea del heliotropismo, que mece y serena a los mortificados. El tejido vegetal turgente puja para elongar el segmento sombrío. Abjura de cualquier metáfora ridícula acerca de la luz, diferida y degradada en toda metáfora. "Tu reino no vendrá a nosotros". Al jugador de ajedrez lo distraen con pájaros de retina de vidrio. Deberá ser astuto en el templo de los fariseos. Atesorar bajo su mesa la horrible escena del martirio doblemente asfixiada, por el verbo inconexo del teórico y la mano que estrangula sin soltar, y la escena prohibida del desvío que aún no puede mostrarse. "Béseme él con los besos de su boca, aunque él no sea mío, aunque yo no sea suya. Me he desnudado de mi ropa, he ensuciado mis pies; hemos mordido los anillos de oro con nuestro sexo duplicado".

Te doy mi abrigo de lana. En las proximidades del acantilado se iniciará la migración. El frío se apoya, como un peso en la silla, sobre el peso y el paso de cada frío precedente. Como una bota en la huella del cazador insomne que una noche pasó. La silla cede al oficio de la nieve. Ceden las sogas secretas que enlazan las sillas. "Fue nuestro el don de la profecía y descubrimos los misterios. De nada servirá haberse querido si esta ira no asedia la ciudad helada".

Caen las heces de Pablo y se mezclan con las sobras de su almuerzo. Esta es, para los hijos que no bautizará y la posteridad que ignora, la calidad extraordinaria de su herencia.


2 comentarios:

  1. Confieso que leí rápido y en diagonal, pero no me gustó nada, menos ese final escatológico.

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  2. el otro día cerca de casa vi un montón de best-seller en la basura...esos libros que muchosss sí pueden leer en horizontal...letra por letra, atrapan por sus manidas y apasionantes historias...al instante pasaron los traperos que los venden a peso para luego convertirlos en pasta de papel.

    "Fue nuestro el don de la profecía y descubrimos los misterios. De nada servirá haberse querido si esta ira no asedia la ciudad helada"

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