que este desorden en la pared te pertenezca.
es una transición hacia el parque polar
donde no hay niño que llore ni que crezca
ni antigua imagen que implosione hasta quemar
el pecho. este trazo es un tacto.
no supe escribirme, no me pude leer,
muevo la boca y dibujo, como quien cumple un pacto,
tu nombre que se inclina a sostener
esta anarquía. es un impulso, un gesto,
un diminuto vuelo agotador, lo que está abajo
se entrega para hacer este collar de restos.
que deshacerlo sea tu trabajo.
esta hora mía tiene su cepillo de plata.
y es de lata mi pie, tu tierno y oxidado pie de lata.
Imagen: Liliana Porter
Sin título, con cepillo de plata, 2010.
pájaro, el cepillo que peina tus ideas está hecho de metales nobles, muy nobles y recubierto de acero corten trabajado por Richard Serra.
ResponderEliminarUn abrazo con troozos de plumas de nido.
[pleno de infinito, o verso que se acontece onde se sabe como corpo de palavra, de palavra que se prende na pele e sabe como se ler]
ResponderEliminarum abraço,
Leonardo B.
Veo alas, como si fuesen partes de una cruz. Beso, furioso.
ResponderEliminar"El sentimiento es sólo un tránsito", eso es lo que me ha sugerido el poema(claro que este pensamiento se ha disgregado en mi mente, pero no voy a reproducir en tu espacio ese caos...) Besos.
ResponderEliminarP.S.: Como siempre tu palabra se queda en mi saliva.
Ese cepillito de Lilliana me vuelve loca...estoy en lo tuyo, te sé ocupada. Te quiero con alas.
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