PÁJARO DE CHINA

lunes, 26 de septiembre de 2011

XXIV.





                                                                       a angélica liddell


pon a dormir tus ojos en la época
en la que practiqué deporte.
pulían mi pierna en Sèvres,
la enviaban por correo, la lamía,
mi lengua la lustraba con delectación,
mi voluntad la soltaba a correr
en la arena viscosa del Circo Massimo.
yo era antigua, sagaz, andaba erecta
mi pierna tutelar ajustada a su músculo.
pon a dormir tus ojos en mi época lisa,
perfumada de azahar en su envoltorio plástico.
cómo encajaba esa pierna con mi tajo de niña virgen.
cómo se me enfundaba mi pierna en su estatura,
con su estupendo modo de marcar la pista,
adentrarse en el aro,
arrastrar el juguete con la punta del pie
hasta la caja, guardada en la cuna,
donde se acumulaba, rígida, su condición de pierna.
ponte a llorar en mí, ahora, en la lisiada.
pulían el arma en las escuelas, la probaban
en el sótano blindado de los bancos,
yo la compraba en cuotas de infancia prolongada
con expresión de idiota.
qué delicia la boca florida del revólver
coqueteándole al tajo de la alumna.
(la alumna coqueteaba entre los muertos)
ponte a soñar en mi edad húmeda.
yo me dejaba hacer y ellos me hacían un tajo,
la pierna con honores de una criatura humana.
subía a los autobuses, se colgaba a su taco de aguja,
se exhibía en su media de seda, tenía hambre.
cómo sorbía la leche materna, la anestesia, el suplemento
proteico, las vacunas. toda mi pierna untada.
frotaban el gatillo entre sus piernas pensando en mí.
tuve la dicha de ser colonizada con esmero,
me cuidaron para que no les arruinara la tarea,
para que empujara, embistiera y pisoteara
la nuca sin tatuajes de los cachorros,
me dieron un pan y me asignaron
los gastos del día.
mis uñas afilaban las monedas,
pintadas de rojo carmesí.
me dijeron que sí, me dieron padres.
fui maquillada para que me excitaran los espejos.
fui entrenada por las secretarias.
esta es la historia de mi violación larguísima.
relájate en la pierna olímpica de mi pasado.
ponte a gritar en mí, en la despierta.
quien encuentre mi pierna gritará,
la verá hundida en el barro,
censada y seccionada,
incorregible en su mal gusto de parecer viva.
trago el pan que contuvo la hemorragia,
me acaricio las vendas. ya no pido sedantes
aunque el incendio arrase mi cabeza.
unos mis restos con hilos de lana.
en el muñón veo mi pierna más que en mi pierna entera,
estoy enamorándome de una mujer cortada.
ponte a brillar donde dije el nombre de la herida,
acúnate en la silla en la que solté mi trauma.
desencadena tu ira que dice no al desastre.
soy una de las frágiles.
y es éste mi pie ausente, sublevado,
el que dibuja en la arena
tu esplendor.



                                                                                             
                                                    Buenos Aires, 26 de septiembre, 2011.

5 comentarios:

  1. Me alegra volver a tus palabras y encontrarte diciéndome mi no decir. ¡Qué difícil son siempre los poemas! ¡Nada más duro que ser lector de imágenes! (Ese es al menos mi problema). Supongo que cuando una imagen dice a las voces que, por impericia o afonía, nada dicen y sólo callan como almas fantasmas, se alcanza el rigor del género, del modo poético. Almas fantasmas que duelen como si estuvieran ahí tiradas a lo largo, como el pie ausente y el tajo que simula labios susurrantes (el susurro de las mil historias y emociones que se callaron). Hay mil tajos que ni siquiera puede narrar su ortopedia de pistola. Hay mil hojas en blanco en la que encontramos trazos de lápiz borrados a la carrera con miga de pan y con el grafito destilado por la presión del niño que hace palotes. No sé si envidiar que la voz tuviera su pasado de taco de aguja momificador de nucas. No sé si será preciso pasar por el pecado para alcanzar gracia y por las piernas de Sèvres para que se haga la luz del miembro amputado sin fantasmas.

    Un beso con alas: toma el polvo de mi desgarro y házmelo magia de poema.

    L

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  2. “esta es la historia de mi violación larguísima” “con mi tajo de niña virgen”

    noche tras noche fue su puño y letra, hilo ensangrentado. estoy sola con su regalo. una pila de cuadernos y una almohadilla de garabatos de nuestra Sociedad de los Traumas y las Perdiciones. se trata de huellas arte-cuerpo-dañado. soledad y desesperadas formas de sobrevivir. ¿dónde está el refugio?


    un día hace años fui a ver una obra de angélica lidell, Perro muerto en tintorería: los fuertes, alguna gente se marchó a medio de la función. tanto grito, tanta interpelación, tanta furia y tanta crítica social...al año siguiente la vi recogiendo el premio Valle Inclán de teatro, 50.000 euros, que concede uno de los periódicos más conservadores de españa, El Mundo, allí estaba su director Pedro J. Ramirez y Luis María Ansón, de manos de quién recogió el premio, personaje también de la derecha española, tan repugnante como los que ella abomina en sus obras, me quedé noqueada, flipada. Ni a Pasolini, ni a Artaud, ni a Dostoievski, ni Sade, ni Bataille, de los que dice ser devota, me los imagino en ese papel. en la obra, entre otras cosas, habla de la farsa que es el teatro y también la vida...

    en los márgenes existenciales vive gente sintiendo-gritando eso que ella recoge en su dramaturgia, por eso determinadas acciones no se comprenden. entonces una tiene la sensación que lo que se cuenta es pose, no vida. y que el pozo donde se saca la sangre es de los que antes la derramaron cruzando fervientemente por los campos minados del amor y del dolor a corazón abierto, dando el alma y la existencia.

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  3. Angélica vive su vida desde las gradas del Circo Massimo,
    pero ahí abajo, hay seres que se desangran realmente,
    esos seres no tienen ni fuerzas ni ganas de escribir su pasión,
    la escribirían con su propia sangre arrastrándose en la arena,
    no por alcanzar un premio, sino por redimir a sus semejantes,
    del dolor, de la humillación, de la ignominia,
    y todos callarían.

    Besos

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  4. la viste...?
    no me olvido de escrito por tus ojos, ojos que ven, ojos que laten y sienten el arte, que es el único lugar políticamente incorrecto.
    estoy enamorándome de una mujer cortada.
    ponte a brillar donde dije el nombre de la herida,
    acúnate en la silla en la que solté mi trauma.
    desencadena tu ira que dice no al desastre.
    soy una de las frágiles.
    y es éste mi pie ausente, sublevado,
    el que dibuja en la arena
    tu esplendor.
    Por haber parido ese párrafo daría algo que me fuera muy valiosos.
    Un abrazo inmenso

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