PÁJARO DE CHINA

jueves, 14 de junio de 2012

DEVENIR KOKORO



Encontré una casa para vivir. Hay topos de Marienbad, mujeres-sirena, búfalos sueltos que aman a los guepardos y a las hienas, puzzles de diarios personales, cachorros tibios. Y lentos. 

Las criaturas de Kokoro hacen acrobacias en el aire con mis crisis de sentido, me dan sentidos subterráneos, al ser. 

Impregnarse de Kokoro hasta hacerse brizna, antiguo caballo de madera o hebillita en el pelo de las niñas náufragas. No dejarla ir. Irse con ella.  





2 comentarios:

  1. Un meteorito del tamaño de una cabeza de un alfiler es visible a más de cien quilómetros. Un cuerpo a cuerpo con esta sustancia, brizna, palabra configura esa reversibilidad que... se sumerje allá y recibo en silencio. Os deseo suerte selvática y errática.

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