Heredó la ambigüedad sexual de su tío. Se tatuó una fila de hormigas en el brazo y bien podría ser la reencarnación visual de David Bowie, en dudosas faldas que Bimba no se pone, porque prefiere plantarse en culotte y con sus minúsculos e intrigantes pechos al aire sobre el escenario, trepada a un par de piernas que no tienen fin. El estilo no se inventa ni se puede copiar. Bimba te come sin hacer esfuerzos. Te desestabiliza con su perfecta geometría a golpe de ángulos, sin accesorios y a cara lavada. Despreocupadamente, absorbe todo lo que exista a su alrededor. No da para chica de calendario sino para especie de un único ejemplar. Bimba dicta cátedra de sexo sin sexo y destila sexo en todas sus variantes. Pantera en pasarela y fórmula de exquisitos elementos, extermina a cualquier personaje en construcción. Nació así y basta.
Y como, honestamente, me pueden (su tío y ella), no puedo evitar rescatar esta auténtica pieza de estilo y música shampoo, maravillosa para la ducha, como soundtrack de los quehaceres domésticos o para esos momentos en los que urge desconectar la cabeza ...
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