De vez en cuando los desharrapados toman por asalto el Palacio de Invierno. El viejo atrapa al tiburón y el Capitán Ahab, a Moby Dick. Los pobres ven a los Reyes Magos y no se caen del andamio ni se les suelta el arnés. A la hermana postergada la asedia un amante y al resignado, una esperanza. De vez en cuando deja de llover sobre los náufragos. El perro abandonado encuentra un amo sensible y el amo deja de blandir el látigo. El soldado raso no muere en el frente y el coronel descubre el coraje de los soldados rasos. No arde el sol en el Trópico y se entibian los mares polares. Se saca la sortija y la figurita que completa el álbum. De vez en cuando se escucha a los locos, de cuya boca sale la verdad. Y son recompensados los artistas, de cuyas manos salen los milagros. Las prostitutas reciben la hostia de la comunión y los hipócritas son excomulgados. El ciruja encuentra en invierno una frazada y los niños comparten sus posesiones. El fuego no quema a los herejes y los olvidados pisan el paraíso. De vez en cuando, a los ricos y famosos les toca sufrir. Por ejemplo, un impecable y justiciero 4 a cero, en el pasto plebeyo del Ducó.
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