PÁJARO DE CHINA

viernes, 19 de junio de 2009

BOCA SELLADA

Es fácil: si uno se calla y sigue la corriente, no le pasa nada malo y hasta puede llegar a Presidente. Te invitan a todas partes y no te declaran la guerra. Vas por la vida como quien se desliza sobre las cintas eléctricas que transportan los equipajes. Sin fricciones ni sobresaltos. Sin situaciones imprevistas ni complicaciones. Imaginate una valija que salta y se abre y muestra su contenido, con la gente mirando hasta tus calzones. Te calzás el traje y los zapatos y salís a la calle sin temor. Te confundís entre la multitud y nadie te molesta. Pertenecés a la franja que responde "no sabe/no contesta" y no revelás tus intenciones. Porque si arriesgás, cualquiera sea el terreno, empiezan los problemas. Das la mano y te toman el codo, abrís el corazón y te lo desgarran sin anestesia y si te anestesian te despertás y duele. Digamos que soy de centro, centro-moderado. Le digo que la quiero pero no me desespero si se va. Me dice que me quiere pero me reservo la sospecha. No voto a partidos políticos, voto a personas, digo. Pero el voto es secreto y de ciertas cosas no se habla. Política, religión y sexo son temas de maleducados en la mesa. Cumplo con el protocolo y no violo el ceremonial. Es como si no envejeciera. Me acomodo sin quejas en el lugar que me quieran asignar y sé que si hago las cosas bien tengo mi puesto asegurado. Y si pierdo el puesto por culpa de una crisis global, por ejemplo, seré de los primeros en conseguir otro. Hay ciertos verbos que no pronuncio porque son peligrosos. Ciertas zonas por las que no transito porque me puedo resbalar. Nunca un grito, nunca una palabra arrojada en esa parte honda donde no se hace pie. No sé por qué entonces esta molestia en la boca. Es como si le hubieran colgado un candado. Como si me hubieran sellado los labios con pegamento. Eso hacen con los muertos, dicen.

6 comentarios:

  1. Ahí está el mover los labios, en abrir la maleta y dejar que la vida se te caiga en la calle, con o sin anestesia, para la caída de la que ninguna mano formara parte si no es para arrojarte al vacío presupuesto.
    Hablar de lo que quema revienta la apariencia pero revitaliza la idea.
    Hay que caminar pisando con fuerza sabiendo del miedo que atenaza los tendones por si algún día se tropieza; aunque sea difícil despegar los labios, no dejarse matar por uno mismo, el precio está en no llevar el candado puesto.
    Me encanta tu reivindicación de la Boca, Mariel.

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  2. Y a mí me encantan tus reflexiones, Portinari, que completan y cierran y al mismo tiempo abren lo escrito. "Abrir la maleta y dejar que la vida se te caiga en la calle, con o sin anestesia" ... "El precio está no llevar el candado puesto". De la prosa hiciste poesía. Abrazo sin anestesia.

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  3. Mariel:

    a cada entrada se reafirma tu talento de narradora capaz de explorar las fisuras, demorarse en los intersticios y dinamitar los instantes larvados de la expectativa. Otro texto insólito, singular, único.

    Digo narradora pero el texto se lee como poesía. Evidentemente, no creo en los géneros, porque esto es esas dos cosas y mucho más. En realidad me voy dando cuenta de que es el género Mariel ni más ni menos. Inclasificable y delicioso.

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  4. Stalker, ¡qué caricia para el alma! Ay, escribiría solo para vos. Abrazo muy fuerte de la bufalita al Búfalo Mayor.

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  5. Rubén, dado que género es sinónimo de retal o pedazo de tela, me doy por hecha con ser una sábana usada. Besos generosos.

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