PÁJARO DE CHINA

martes, 9 de junio de 2009

BOCA SUCIA

Cuando me hizo esa escenita recurrente de celos, hubiera debido mandarla a la mierda. Voy a terminar buscándome una amante, para que su obsesión se haga realidad y yo soporte sus celos por un buen motivo. También hubiera debido mandarla a la mierda cuando empezó a planificar de antemano unas futuras vacaciones con amigos que no tengo ganas de hacer ni plata para pagar. Y ella lo sabe. Como sabe que detesto que no me presente a sus compañeros de oficina y que se niegue a almorzar conmigo porque surgen reuniones inesperadas. Al dictadorcito también hubiera debido mandarlo a la mierda, porque ya le dije mil veces que no da el presupuesto para una play-station. Insiste, insiste. Porque los compañeritos la tienen. Y a mí qué carajo me importa, hubiera debido decirle. Qué carajo me importan tus compañeritos del colegio privado, al que tu madre rompió las bolas para enviarte porque la educación pública "ya no es lo mismo" y tiene miedo de que en una pública te violen en el baño y pierdas la mitad de los días de clase. Bueno, si los perdés mejor que entiendas que es porque los maestros ganan un sueldo de hambre y existe algo que se llama "reclamo social". En realidad a tu madre hubiera debido mandarla a la mierda antes de casarnos. También a mi jefe, la semana pasada, cuando me humilló en público. Pero me callé porque tengo que mantenerlos a ustedes, porque el sueldo de tu madre se va en tu educación y su psicoanalista. Así de simple. Y encima tengo un hermano que me pide plata, porque la va de bohemio y no se banca las relaciones de dependencia. Y yo que le presto porque me da lástima y me olvido de que en la adolescencia quería ser pintor. A mi hermano también debiera mandarlo a la mierda. Y a mi vieja, que me llama cada santa noche para pasarme el boletín actualizado de sus dolores e inocularme la culpa de no visitarla más seguido. Si tuviera el coraje de mandarlos a todos, a todos, a la mismísima mierda, posiblemente mi vida sería diferente. Pero no lo tengo. Lo que tengo es un sabor a suciedad en la boca, de todas las mierdas que no pude gritar y que me he comido.

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