PÁJARO DE CHINA

miércoles, 3 de junio de 2009

DOBLE EXTRANJERÍA

Canalla turistero. Edición 2009
No solo el derecho a la huelga y el derecho a la sedición, garantizados constitucionalmente, son el último recurso de los oprimidos. También el repudio social, que puede ir desde el insulto y el sopapo hasta la retirada en masa de un lugar público cuando el repudiado hace su aparición. En la antigüedad clásica, el exilio era un castigo impuesto con carácter de pena máxima para graves delitos. El repudio social generalizado equivale a un exilio interno. Si todos insultáramos, sopapéaramos o le hiciéramos ostensiblemente el vacío a ciertos canallas, los convertiríamos en extranjeros en su propia patria. Existe asimismo un castigo al cubo, que podría denominarse la doble extranjería. Ser extranjero de tu propia patria aun cuando estás en el extranjero. Vendría a ser un repudio social reloaded. Hete aquí al canalla en cuestión, con sus invisibles labios de perfidia y sus ojos de Siberian Husky, acompañado de su señora esposa-cómplice. Según reporta la prensa local, todavía le queda resto (y mucho) para turistear por Europa y, en este caso, costearse una visita guiada al Coliseo romano. Hete aquí que el canalla no se suma a una visita en español sino que elige deliberadamente una guía angloparlante, para camuflarse entre norteamericanos y europeos varios por temor al escrache de algún connacional. Muchos compatriotas no dudarían en alquilar por hora un par de leones y aderezar la excursión con un patético revival de Gladiator, en el que el canalla oficiara de almuerzo de las fieras. Quizá esto sea más justo. Esconderse hasta el fin de sus días, vaya donde vaya, para evitar el escupitajo en plena cara.

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