PÁJARO DE CHINA

domingo, 7 de junio de 2009

ESCRITO EN EL AGUA

Voy por las ciudades visitando las tumbas de ciertos seres que amo, aunque jamás los haya conocido. No puedo hacerlo con quienes conocí, amé y perdí. Pero sí con los anónimos que siento parte de mí.

En el Cimitero Acattolico de Roma me quedé una tarde sentada al lado de los huesos de John Keats. Me enterneció que hasta en su penúltima estación no deseara estar solo, acompañado como está por los huesos de su amigo John Severn, del pequeño hijo de este último y de los de Percy Shelley. Imaginé a su familia asediada por la misma enfermedad que se lo llevó y lo sentí todavía más cerca. Un padre cuidador de caballos, una madre que se va temprano, cinco huérfanos criados por una abuela, una escuela donde Keats aprende a amar la literatura clásica, un par de tutores empeñados en que se convierta en aprendiz de cirujano, una melena batida por el viento de la Isla de Wight y una chica llamada Fanny Browne, que hace que el corazón se le salga del pecho y le envíe cartas incandescentes que escandalizarán años más tarde a los reprimidos y encorsetados victorianos. Lo imaginé frágil y decidido, abandonando los rigores del clima londinense para salir a la búsqueda del sol de Italia que supuestamente fortalecería su cuerpo. Asomado a la ventana de su departamento sobre Piazza Spagna, mirando la lúdica Fontana della Barcaccia esculpida por los Bernini y los 135 peldaños de la escalinata perfecta que conduce a los campanarios simétricos de la iglesia de Trinita dei Monti. Pensé que fue una lástima que no viviera para tomarse un té con Fanny en los Salones Babington, a unos metros de esa ventana. Y mientras leía las palabras que eligió para su última casa ("aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito en el agua") sentí que, en realidad, al nombre de un muchacho así ni el agua de un temporal podría llevárselo.
Foto: Hernán Marturet.

2 comentarios:

  1. Yo vivo en Roma en estos momentos... y muy a menudo me dejo caer por el Cimitero. Un paseito entre los mansos gatos cebones del refugio, una visita a Keats, una visita a Gramsci...

    Es un lugar de poder. Pronto volvere para despedirme por un tiempo.

    http://img36.imageshack.us/i/dsc01113copia.jpg/
    http://img189.imageshack.us/i/dsc01124copia.jpg/
    http://img5.imageshack.us/i/cortejofunebre.jpg/

    Salud.

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  2. Bash, qué dicha. Roma es la ciudad en la que elegiría vivir si no viviera en Buenos Aires. La ciudad que me proyecto mentalmente cuando me asalta la melancolía y la ciudad en la que pienso cuando estoy feliz. Por ahí en el Cimitero andan también los huesos del escritor argentino John Wilcock. Y, sí, esos gatos. Esta noche te subo la foto del que fue mi preferido. Muchos besos y qué alegría habernos encontrado. Mariel

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