Es unos de esos días en los que el mundo transpira y conspira contra vos. Simplemente, tenés ganas de pelear. Tenés ganas de romper todo. Como decía aquel viejo tema, no sabés si cortarte las venas, o dejártelas largas. Te subirías al auto, pondrías quinta y que nadie te encuentre. Nadie te encontraría: irías en cualquier dirección. Por la ruta más despejada, la que te permita arrojar el freno por la ventanilla. No te estrelles contra un árbol. Ellos se encargan de pasarte por encima como un Scania y dejarte sedado, liso, como nuevo. No les pidas, por el momento, solos virtuosos ni letras elaboradas. Hay un Red Hot en la bata (Chad Smith), un Van Halen como frontman (Sammy Hagar), otro en el bajo (Michael Anthony) y la viola de Joe Satriani plegándose a una banda. Son cuadrados y duros. Es solo rock 'n' roll. Y nos gusta. Para comérselos con la mano. Después de todo, se llaman pata de pollo: Chickenfoot.
Me gustan tus infalibles recursos terapéuticos. A veces conviene pegar un alarido, desbocarnos contra el mundo... luego advendrá la calma, el temblor de la espera, hasta el próximo estallido. Ascensiones y descensos, furia siempre. Conviene no perder la cólera, esa cólera que propicia el vuelco en lo otro, contra la injusticia y la servidumbre, alma-contra, grito-contra...
ResponderEliminarabrazos
Sí, Stalker, a veces hay que desbocarse y olvidarse de la razón. Ser puro nervio y fibra descosida, comiéndose una vulgar y volcánica pata de pollo con la mano. En mis momentos más difíciles, nunca puedo escuchar mucha clásica. Schubert, por ejemplo, que es quizá uno de los ejemplos más altos y más bellos, me guiaría la mano con el caño de la pistola derechito a la boca. Tengo que subir el volumen, abolir el pensamiento y rockanrolear. Sí, después ese abandono primario cede y subsisten las furias razonadas contra las mierdas del mundo. Qué dicha que estés ahí, Stalker.
ResponderEliminarSi alguna vez sientes la tentación de que Schubert guíe tu mano, aquí estamos para lo que quieras, de verdad. Incluso para recibir el tiro en tu lugar, si hace falta.
ResponderEliminarAbrazos
Dios Santo, Stalker, ni se te ocurre. ¿Que haría yo entonces sin ustedes? Prefiero una sobredosis de Schubert para mí.
ResponderEliminarGracias al Titiritero las guitarras y los golpes de baqueta tapan las gritos del pensamientos. Que no nos oiga ni nuestra propia cabeza!
ResponderEliminarTe dejo una canción con la que voy rompiendo la calle cuando las furias me comen por dentro (sólo es la introducción, luego aquello deja de ser catártico).
http://www.youtube.com/watch?v=61bBOS4JLro
Es como un choque frontal con la ingravidez, y durante ese minuto 30", el vértigo deja de arrancarme las rodillas.
Realmente a nadie le gusta esta canción; espero que esto te haga evitar la sobredosis de Schubert. Déjate deborar por esas guitarras, tan caóticas, tan mías, y tan tuyas cuando las escuches.
Portinari, me encantó, mil gracias por presentarme a los Alexis on Fire, no los conocía. Te imaginé rompiendo las calles, escuchándola. Y qué decir de tu comentario ... supera la canción. "La furia que te come por dentro .. el vértigo que te arranca las rodillas ... que no me oiga ni mi propia cabeza" (ya casi tenés ahí un poema). Ay, Portinari, sos una carta de amor, Calibre 44. Sobredosis de besos.
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