Altar del Pene, en Tailandia
Sosténgame porque a la que está orando la pondría de rodillas, pero de un hondazo en la nuca. Que una pueda construir un altar a un pene, en privado, es un tema aparte. Pero que se levante un Altar del Pene, así, del pene como concepto y Cristo Rey, ofrendándole además profanos y variopintos penes de toda laya y color (me asustan un poco los colorados de la izquierda, confieso) me hace hervir la sangre. Simone de Beauvoir volvería a morirse.
Parece que este santuario es la parada (perdón por el sustantivo, pero pocas veces más al caso) obligada de cientos de parejas deseosas de concebir un hijo que no llega. Sé que la necesidad no consumada de procrear no solo duele, sino que agudiza la imaginación. Pero de ahí a tomarse un avión cargando una verga extra-large para entregarla en ofrenda a la diosa Tuptim, supuesta regidora de la fertilidad, me parece demasiado. En primer lugar no entiendo por qué a una diosa se le ofrendan vergas, salvo que Tuptim sea travesti (comunidad que cuenta con mi soberana admiración, aclaro). En segundo lugar, me imagino al pasajero portador de la sacrosanta verga en cuestión pasando por Aduana, por ejemplo. Está claro que el scanner visualizaría rápidamente la verga metida en la valija y uno debería dar alguna explicación. ¿Qué decir? ¿Me compré un palo de lluvia? ¿Es un tubo y adentro traigo un poster de Van Gogh? ¿Así vienen las nuevas latas de papas fritas Pringles?
No, no vale argumentar que es un chiche traído de Amsterdam, poniendo cara de experto sado-maso, porque la dimensión del objeto conspira contra su propósito. Adviértase que los del fondo de la foto parecen enanos de jardín pero sin barba, champignones hiperdesarrollados de kermesse, pitufos sobrealimentados. ¿Justo conseguí una pata de la mesa como la que se me había roto? Tal vez, el interiorismo da para todo. Hay que tomarse la vida con humor para sortear Migraciones con tamaña poronguex bajo el brazo y dudo de que los fieles de Tuptim posean ese don.
¿Qué hace esa mujer ahí, por Dios? Parece una madre que quiere que el hijo se haga hombre haciéndose padre y la hija, mujer, trayendo un pitufo al mundo. No quisiera prejuzgar, pero da la impresión de que no le ha visto la cara a Dios desde hace un tiempo y no obstante no trepida en rodearse de baguettes con glande para cumplir el imperativo de perpetuar la prole.
El mundo falocéntrico da para todo. Me quedo con los altares privados. Y si es para reverenciar el sexo, alzémoslos en honor al clítoris.
Sosténgame porque a la que está orando la pondría de rodillas, pero de un hondazo en la nuca. Que una pueda construir un altar a un pene, en privado, es un tema aparte. Pero que se levante un Altar del Pene, así, del pene como concepto y Cristo Rey, ofrendándole además profanos y variopintos penes de toda laya y color (me asustan un poco los colorados de la izquierda, confieso) me hace hervir la sangre. Simone de Beauvoir volvería a morirse.
Parece que este santuario es la parada (perdón por el sustantivo, pero pocas veces más al caso) obligada de cientos de parejas deseosas de concebir un hijo que no llega. Sé que la necesidad no consumada de procrear no solo duele, sino que agudiza la imaginación. Pero de ahí a tomarse un avión cargando una verga extra-large para entregarla en ofrenda a la diosa Tuptim, supuesta regidora de la fertilidad, me parece demasiado. En primer lugar no entiendo por qué a una diosa se le ofrendan vergas, salvo que Tuptim sea travesti (comunidad que cuenta con mi soberana admiración, aclaro). En segundo lugar, me imagino al pasajero portador de la sacrosanta verga en cuestión pasando por Aduana, por ejemplo. Está claro que el scanner visualizaría rápidamente la verga metida en la valija y uno debería dar alguna explicación. ¿Qué decir? ¿Me compré un palo de lluvia? ¿Es un tubo y adentro traigo un poster de Van Gogh? ¿Así vienen las nuevas latas de papas fritas Pringles?
No, no vale argumentar que es un chiche traído de Amsterdam, poniendo cara de experto sado-maso, porque la dimensión del objeto conspira contra su propósito. Adviértase que los del fondo de la foto parecen enanos de jardín pero sin barba, champignones hiperdesarrollados de kermesse, pitufos sobrealimentados. ¿Justo conseguí una pata de la mesa como la que se me había roto? Tal vez, el interiorismo da para todo. Hay que tomarse la vida con humor para sortear Migraciones con tamaña poronguex bajo el brazo y dudo de que los fieles de Tuptim posean ese don.
¿Qué hace esa mujer ahí, por Dios? Parece una madre que quiere que el hijo se haga hombre haciéndose padre y la hija, mujer, trayendo un pitufo al mundo. No quisiera prejuzgar, pero da la impresión de que no le ha visto la cara a Dios desde hace un tiempo y no obstante no trepida en rodearse de baguettes con glande para cumplir el imperativo de perpetuar la prole.
El mundo falocéntrico da para todo. Me quedo con los altares privados. Y si es para reverenciar el sexo, alzémoslos en honor al clítoris.
Qué bueno, Mariel. Fantástico, de verdad. No he parado de reírme y de cuestionarme cosas a un tiempo. La imagen de la aduana (versión póster de pintor famoso de tournée europea), las baguettes con glande, los enanitos de algún jardín impúdico... Me ha encantado todo!!
ResponderEliminarEn cuanto a qué objetos votivos quisiera yo para mi altar si fuera una diosa, no te garantizo que no fueran de identidad geográfica semejante, pero decidiría como ruego imprescindible la risa, sobre todo la que ha atrapado Mariel, mi profeta.
Gracias por este momento fantástico... Un beso 'glande'
Sí, creo que compartiríamos los objetos votivos de nuestro altar doméstico ... ¡y el beso glande lo patento ya! ¡Un hallazgo! Besos glandísimos.
ResponderEliminarJajajaja. Me recuerda a las escenas que aparecen en Sans Soleil (mi “cosa” favorita) sobre el museo del sexo de Hokkaido.
ResponderEliminar¿Has visto Sans Soleil? Si la respuesta en No… puedes dar gracias a dios, te queda algo bello que hacer en esta vida.
Bash, no la vi. Qué alegría entonces. Espero que no haya altares al pene, porque quemo el dvd. Besos profanos.
ResponderEliminarQué risa me he echado con este altar al pene, aunque no deje de hervir la sangre, no. Siempre me ha parecido curioso que en Roma a Príapo se le adorara especialmente para temas comerciales, quizá es más honesto pedir dinero a una polla que pedirle un hijo, al menos más metafórico y divertido.
ResponderEliminarbesos clitorideos
(comentario compartido con el blog de Migue y el Fabuloso Trompetista Invisible)
ResponderEliminar...Mariel, siempre es una bonita sorpresa encontrarse con alguien que visita tu casa, y me gustan además esas intenciones de quedarse...
...Sí, inclusive en la tuya (ciudad que adoro) he vivido, y sí, el excéntrico Fogwill y el desternillante Mr Capusotto son pequeñas debilidades que se me quedaron de la argentinidad (el mate ya lo traía yo)...
...Bienvenida y un largo abrazo...
Rubén: Entre Susana, Bash y vos hicieron al Altar del Pene la ofrenda votiva que le correspondía. ¡Susana inventó el "te envío un 'beso glande'"! Sí, pídamosle billetes a las pollas, ya que estamos. Glandes besos glandes y qué alegría que hayas vuelto.
ResponderEliminarMiguel: ¿Cómo no iba a entrar y querer quedarme en tu casa si invita a quedarse? Esta noche pienso recorrerla lentamente, como se merece, y meterme en su mar bajo la luna porteña. Tus debilidades son las mías. Podés buscar en YouTube la última joya (esta vez radiofónica) de Diego C., "Lucy en el cielo con Capusottos". De todas formas ahora paso por lo del trompetista y le dejo los links. Un laaaaaargo abrazo para vos.
Tremendo, sencillamente, incomprensible y mezquino. Al menos, al traducir ese fragmento de realidad a través de tu prisma personal...
ResponderEliminarSimpático, además, el dogmático reduccionismo estético de mi hermanito Bash: Adorarás a Marker por encima de todas las cosas. Me gusta.
Abrazos
Querido búfalo: Una pena que el mundo sea de los falos, y las sujetas que los veneran, y no de los búfalos. A mí también me gustan los imperativos categóricos de Bash. Hacen que ya ame Sans Soleil antes de verla. Será que hay criaturas en cuya sensibilidad se puede confiar. Besos de topa revolviendo su infancia.
ResponderEliminarMariel:
ResponderEliminarte certifico eso: en la sensibilidad de Bash puedes confiar con los ojos desmesurados, y saltar a ella sin red.
Sans soleil es una gema. Casi todo Marker lo es, aunque yo me quedo con la parte menos visible de su obra: cosas como "Le mystère Koumiko" siempre me parecieron inolvidables.
Abrazos de topo agradecido de ese revolver la infancia...
Búfalo impenitente, tomo también tu mystere Koumiko y lo buscaré. Bash reescribe los diez mandamientos y yo sigo los suyos, no lo bíblicos, que retroceden impotentes y avergonzados ante los de Bash. Besos sin red.
ResponderEliminarLucifer mío! Morgan, me ves con demasiados buenos ojos. Me apabullan tus palabras...
ResponderEliminar:) Salud.
Bash-Arden: Mis ojos, acompañados por los de Stalker, no se equivocan cuando te ven. Además, tenía que ser tuyo Lucifer, y no Dios, lo que certifica el acierto de mi mirada. Besos certeros.
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