Para Betts
Descubrí cuán simple es una canción de Regina Spektor cuando quise cantar una de sus canciones. Me enredaba, me enroscaba, me quedaba demasiado arriba o demasiado abajo y buscaba la posición corporal donde mejor se acomodara mi garganta. La escuchaba una y otra vez para atrapar los tonos. Me concentraba y pensaba en el asalto a la próxima línea. Pensaba. Es decir: erraba brutalmente y amontonaba restos de pensamiento en el aire de la habitación, hasta abarrotarla y ahogarme en esos restos que nadie me había demandado, excepto yo. Teorizaba el sexo.
Me di por vencida. Apagué la luz, me descalcé y canté Fidelity sin pensarla, mientras la bailaba. Y me acoplé con Regina hasta en sus agudos inalcanzables. Esa noche había olvidado el principio elemental: para cantar hay que dejar la razón a un lado. Hay que entregarse sin reflexionar. Hay que hacerlo simple.
El pensamiento, el lenguaje y la reflexión vienen después. El acto sencillo puede esconder una insondable complejidad. Pero después. Después de haberlo ejecutado disfrutándolo sin álgebras ni algoritmos, ecuaciones y fórmulas ancladas en la historia personal y la tradición histórica. No nombrar. No definir. No calificar. Sentir.
Parece idiota. Pero es todo un trabajo quitarse las mochilas cargadas de piedras, los zapatos cubiertos de polvo, la ropa con huellas de moda y la cabeza envenenada por las enciclopedias y los mandatos. Desnudarse y frotarse la mugre del manual. Desandar, desaprender y nadar en la fisicidad elemental de los objetos.
Una canción de Regina puede, también, parecer idiota. No te engañes. Lleva toda una vida dibujar como un niño y más de una muerte mirar con ojos limpios. Los campesinos saben lo que ignoran los filósofos y las bibliotecas se rinden ante un pájaro. Aprendimos que "esto no es una pipa" pero quizá no sabremos qué carajo es una pipa, jamás.
En ciertas ocasiones conviene ser analfabeto y guiarse por el instinto. Seguir la señal de los latidos. El beat. El eet, eet, eet (iiiiiiit, iiiiiiit, iiiiiiit). It. La simplicidad contundente de las cosas. Regina puebla un páramo de notas musicales que resbalan del papel de su máquina de escribir, en la que teclea como una titiritera (titiritera tiene dos "it" al derecho y dos "it" al revés y un montón de "it" que pueden armarse aleatoriamente) y reconstruye la letra de una canción olvidada a partir de una sola tecla en la que vive el fragmento de una palabra. Un núcleo. El "eet". It. Los rollos de papel de la máquina-piano se transforman en gasas inasibles de colores. Se vuelven música.
Podría decirse que Regina tiene métodos. Ha leído mucho. Ha procesado lo que ha leído. Pero uno se da cuenta de esos métodos cuando comienza a "pensar" la música de Regina y la gramática visual de sus videos. Probablemente ella misma los ignore.
Quisiera caminar atravesando el viento. Viajar ligera. No tener nada que declarar en la oficina de Aduana, más que un "eet".
Regina Spektor, Eet, incluido en Far (2009).
...Ha sucedido algo alucinante...
ResponderEliminar...Estaba escuchando "La quiete dopo un'addio" de Battiato, de un video de Youtube, éste: http://www.youtube.com/watch?v=WWcWjqkE83o&feature=PlayList&p=1352586954754709&playnext=1&playnext_from=PL&index=11
mientras leía tu comentario, entonces ha empezado a sonar la primera de las canciones que tienes en la music-box, entonces se ha creado un contrapunto extraño de voces de Battiato que me ha desconcertado...
...Entonces me he acordado de que tu blog tiene música y he ido a ver: Battiato cantando Brel...
...No sé, es una casualidad muy "grossa", ¿no?...
...Casuales besos...
Mariel, qué delicia! No podría estar más de acuerdo. Desaprender, desandar, descaminar, desleer, desnadar y todos los des que impiden que nos acerquemos al arte en bruto como tú. Dejarse inundar, sin más, para alcanzar la voz de Regina, para gritar sus agudos con ella. Bailar también, sin técnicas ni coreografía: moverse según el cuerpo se adapte a las cadencias.
ResponderEliminarMariel, creo que acabas de describir cómo se sienten las células-planta cuando escuchan a Regina. Eres adorable!
Un beso, como tu inteligencia cuando se desmentaliza...
Ay, Dios santo (considérese la expresión de asombro de una hereje). Migue, ya voy a esa canción de Battiato y me pongo el contrapunto. Battiato es capaz de conducirnos a cualquier parte, le tengo una fe ciega. Sí ... vos subiste a Brel hace unos días y yo esta noche tuve un estado de necesidad y urgencia de Battiato ... cantando a Brel. Pero no busqué la canción pensando en Brel. Necesitaba "esa" canción.
ResponderEliminarEs muuuuy grosso. Pero no nos hemos encontrado por azar. Dios nos arrojó al mundo y nosotros nos amontonamos, los que instintivamente buscamos una forma de recorrerlo y de mirarlo. Nos reunimos alrededor de nuestro propio fuego en el desierto.
Besos maravillados.
Migue, puse las dos canciones desde el principio al mismo volumen y el contrapunto es ... (estoy intentando encontrar el adjetivo) ... ¿exacto?. Fijate que la letras se entrelazan, si ponés por escrito el texto de las dos canciones puede crearse una variación sobre el mismo tema. Y que la música se acompaña y a partir del minuto 3, "La quiete dopo un addio" se deja acompañar por la música instrumental de "La canzone dei vecchi amanti", o al revés. Hemos conjurado y conjugado a Battiato desde dos hemisferios, al mismo tiempo, haciéndolo dialogar consigo mismo. Hemos abolido la geografía y el tiempo. Pura sincronía. El viento atiza el fuego.
ResponderEliminarSusú: ¿No es cierto que Regina es ideal para empezar un lunes, un martes, un miércoles ... todos los días de la semana? ¿Y para rescatarte de esas horas donde todo parece resbalar y no precisamente bailando y para que la escuchen las plantas, Mamá Carni incluida? (Bash está fascinado con Mamá Carni; metiste el mundo paralelo dentro de tu casa) ¿Viste cómo Regina pronuncia la "s" con esos labios rusos de churrasco? Como una "ssshhhhh". Sí, todo "des". Porque sin el "des", la mayoría de las veces todo es contaminación, barricada, ruido, chaleco ajustado, corset. Regina es bien Susú. Te quiero.
ResponderEliminarRegina es impresionante. Me juego las pestañas a que es fabulosa también para acabar un día duro. Es fabulosa. Pero en el Pájaro es puro bálsamo. Como banda sonora mientras te recito (a veces en voz audible; otras veces "sólo" por dentro) es de una adecuación mágica. Parecería que cantase tus palabras. Con sus S anárquicas.
ResponderEliminarEs maravilloso que tengas el don de engrandecer las cosas. Yo también te quiero, mi niña-pájaro...
Susú: Sí, Regina para acabar un día duro también. A mí me arrancó de una noche negra, cantando y bailando Fidelity. El video de esa canción es tan simple y tan bello. A la reina le encantará, si no lo conoce todavía. Yo adoro sus "sssshhhhh". Me hace feliz imaginarte regando tus plantas y escribiendo, escuchándola. Bessssshosssshhhh.
ResponderEliminarEs tan importante siempre ser analfabeto... Bueno, ni que sea por un rato. Ni que sea para apreciar un tono, una voz, un poema, una pagina bien escrita, los colores de un cuadro, las formas de una escultura... A veces desde la ignorancia bien entendida, aquella que consiste en no dejarse contaminar por lo que dijo la cultura, aquella que consiste en bajar a la playa de noche y arrodillarse donde las olas para escucharlas mejor... desde esa ignorancia del intelecto todo se cifra mas justamente. Y mas intensamente.
ResponderEliminarPero para regresar luego a la sapiencia. Porque con conocimiento podemos luego apreciar desde otra orilla lo mismo que nos hizo llorar antes. Yo siempre he necesitado ese apoyo, esa muleta, ni que sea para enriquecer aquello que sentimos. Pero como tu dices en tu entrada, todo eso viene despues. Besos
Ramón, tu imagen de arrodillarse donde las olas para escucharlas mejor y luego, luego, regresar a la orilla donde otros nos enseñan a ampliar el horizonte de la mirada... Es así, exactamente así. Muchos besos, Ramón querido.
ResponderEliminarAntes que nada: Qué bueno haber encontrado este blog! Jamás olvido las palabras que me arrollan y no hay nada que me arrolle más en el arte que la palabra, por ejemplo: "las bibliotecas se rinden ante un pájaro" bellísimo...
ResponderEliminarCreo que la reflexión está antes y después pero nunca durante un acto creativo.
Al principio, Regina me pareció no estúpida, pero sí liviana, me equivoqué.
Saludos desde Mundo Aquilante!
El Pájaro de China sumerge sus alas, agradecido y entusiasmado, en el Mundo Aquilante. Puede pensar (¿pensarán los pájaros?) en la mecánica del vuelo, pero nunca mientras está volando. Así es. Y el Mundo Aquilante queda incorporado a su ruta de vuelo. Crear mundos paralelos para soportar y transformar el que nos toca ... Besos chinos.
ResponderEliminarRegina Spektor."Las bibliotecas se rendirían ante un pájaro". Quiero ser biblioteca de pájaros mudos. Eet.
ResponderEliminarIo voglio essere "it".
Portinari: Tu sei eet, sei "it", anche se non te ne rendi conto. Ascolto la musica di Regina e penso a te. Complessa, irraggiungibile e allo stesso tempo leggera, disegnata nell'aria, come ... il volo del gabbiano.
ResponderEliminarTenía que estudiar entonces me ocupé, rápidamente, en otra cosa, leer antiguas publicaciones. La primera que abro es esta, la leo, lo pienso y determino: es injusto ¿También cantás? ¿Y encima canciones de esta rusa increíble?...
ResponderEliminarBasta!, me voy, rumbo a la puerta a la esquina, a tomar una ginebra con gente...
(Esto no es un comentario)
Después de pasar por entre algunas de tus puestas en escena, llego hasta este "Hacerlo Simple",y a Regina Spektor-Eet...
ResponderEliminarHe leído los comentarios, y te diré que Battiato también es de mis preferidos. Supongo, que la mùsica es como tú dices, ese algo que se siente, y se piensa poco, así que uno a veces se arranca, y canta por òpera mientras prepara el desayuno, y los pájaros se asombran de nuestra garganta al mismo tiempo que no salimos de nuestro asombro...
Como siempre, verdades dices, verdades sientes, verdades comunicas, y verdades nos enmudecen... Hoy, aquí, digo, que me hago tu más humilde seguidora..., allende los pájaros...
Y que querré volar contigo, mucho tiempo, si me lo permites.
Un abrazo cantado