PÁJARO DE CHINA

viernes, 2 de octubre de 2009

(SIN TÍTULO)

Francesca Woodman, Angel Series (Rome, Italy)


Las hormigas son hermosas.
Deberían vivir en el campo.
Antes se construían catedrales
inmensas.
Las esculturas tenían pliegues
de mármol.
Las hormigas no hacen ruido
cuando están
afuera.
Afuera anuncian
que hay líquido
pero mi cabeza se llena
de tierra
(donde las hormigas
van cavando
túneles).
El viento insiste en empujar
las cosas.
Y el sentido está depositado
en un único lugar,
precario.
Un lugar que se mueve
sin mí.
Si tu boca pudiera detener
el agua.
Si pudieran sujetarme
tus ojos.
Si las palabras pudieran tocarse,
aunque dolieran.
Quisiera tener una tarea.
Un pliegue donde recostar
mi espalda.
Una casa donde caer
para vivir.

23 comentarios:

  1. En mi tectónica de placas se insinúa una fisura. La observo estar. Belleza, Mariel.

    Besos-taquión

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  2. Las hormigas hacen ruído cuando están dentro. Y a veces, es música.

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  3. Me dejaste con la duda... ¿A qué te referís con que mute? ¿En qué sentido?

    Saludos Mariel! ¿Tendré que buscar en ese precario lugar?

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  4. Tremendamente bello.
    Mira esto es genial:
    mi cabeza se llena
    de tierra
    (donde las hormigas
    van cavando
    túneles).
    Y esto:El viento insiste en empujar
    las cosas.

    Me encanta Mariel, me encanta. Mariel admiro tu manera de escribir.

    Lola.

    (Ahora me dira vuelva a intentarlo)

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  5. Un lugar que se mueve sin mí?
    Sin tí?
    Lindo el texto. Me encantan las hormigas.
    Besos curiosos e intrigados.

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  6. Belleza absoluta. Si alguien me pregunta, como lo hizo un profesor el otro día, ¿qué es la belleza?, ¿puedo decirle, un poema de Mariel, que no tiene título? Beso

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  7. "Y el sentido está depositado
    en un único lugar,
    precario."
    Casi estos tres versos serían suficientes. Casi. Pero también la belleza del resto es necesaria para certificar la precariedad del lugar.
    Abrazo enorme para este pájaro precioso.

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  8. ..."El universo se me derrumbó por un instante demasiado largo"...
    ...Mi querido pájaro...
    ...Sigo en pie, palpitando, adivinando...
    ...Besos con premeditación y alevosía...

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  9. La precariedad. De pequeño, jugando en un pequeño vertedero (buscába objetos - latas, botes - para convertir en juguetes), sentí una terrible quemazón por todo el cuerpo. Un montón de hormigas me subían por las piernas y me mordían. ¡Yo era tan pequeño! De aquella edad oscura - quizás cuatro o cinco años - recuerdo mi lloro, matriz de otros miles de lamentos posteriores. No me gustan las hormigas pero creo que tengo motivos: A nadie le gusta que le coman vivo. Quizás por influencia daliniana, siempre me imagino a las hormigas como las doctoras negras de la colonoscopia terrestre.

    ¿Qué fue de las esculturas con pliegues de mármol? ¿Dónde están los ángeles custodios cubriendo cunas y sepulturas? Esculturas románticas de los camposantos cubiertas de cenizas de crematorio y fabricadas en serie con resinas sintéticas posiblemente chinas.

    El niño del vertedero, mordido por las hormigas, siente que, sí, todo se mueve al márgen de los mármoles veteados en rosa y ámbar, que el equilibrio es precario y el viento mueve las cosas.Y que la escritura es sucedáneo o metadona del acto (aunque ella sea acto) de ese pliegue en el que recostar la espalda. La escritura es retransmisión en diferido del sueño de la casa donde caer para vivir. Sigo buscando, tantísmos años después, en los vertederos objetos para convertir en juguetes. El placer excitado de la exploración se combina con el terror a las hormigas.

    Querido Pájaro infiel, cuídeme tu letra del terror de las hormigas

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  10. Hormigas. Las queremos. ¿Verdad Morgan?

    Una casa donde caer para vivir. La tendremos amiga.

    SaLuz.

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  11. Las hormigas más hermosas Mariel son las que transitan por las venas. Las subterráneas, las inaudibles hormigas que no quieren ser oídas en el "afuera": pero están ahí, querida amiga, procurando construir una "casa donde caer
    para vivir".
    Gracias por dejarte caer, por seguir cavando túneles y así seguir haciendo imaginable una revuelta invisible.
    Un fuerte abrazo,
    Arturo

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  12. Qué gusto leerte Mariel: cada vez encuentro tu escritura más intensa, más vertiginosa, ganando belleza y precisión.
    Me encantó, de verdad.

    Un abrazo muy fuerte.

    Laura,

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  13. Mariel, qué sorpresa este texto. Yo creo que es el texto más clásico que te he leído. En algunos momentos, no siempre claro, pero sí en algunos momentos me recuerda esos poemas de principios del XX. El final, por ejemplo. Me ha gustado mucho. Tiene verdaderos hallazgos.

    Las hormigas del principio me han provocado una divertida sonrisa. Me han recordado que hace unos años tomaba el café en la máquina del trabajo. Al apurar el café, en el vaso quedaban siempre unos granitos que yo tomé por pedacitos de café molido, y me entretenía en masticar esos pedacitos negros porque el café me gusta mucho. Me sorprendía la acidez extraña de ese café. Una acidez casi ofensiva. Apretaba con los dientes y se resquebrajaba algo, y salía un chorrillo ácido que me sorprendía enormemente. Desagradable. Pero era un ritual. El extraño café del trabajo.

    Descubrieron unas semanas más tarde que las silenciosas hormigas se habían adueñado del azúcar de la máquina de café y que lo que yo tomé por café molido eran en realidad los animalillos que soltaban su chorrillo de ácido fórmico, que efctivamente y como su nombre indica, es más ácido que la madre que lo parió. Sea como fuere, tu pájaro me conmueve siempre y me trae recuerdos absurdos y divertidos. Eso también es función de la literatura, ¿no crees? Besos

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  14. No hay una palabra de más en tu poesía, Mariel. Eso es el verdadero talento.

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  15. Que hayas elegido una fotografía de F. Woodman para tu poema me gusta.
    Lo que escribes transporta a un mundo visual descarnado, íntimo y potente lo mismo que las imágenes de F. Woodman.
    Acabo de ver en Madrid, en la galería La Fábrica una exposición de ella. Así que el impacto al leerte ha sido doble.

    Gracias por añadir a M. Yourcenar a tu república constelación de mujeres.

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  16. De chiquita visité el museo de ciencias naturales de Ginebra y vi, por única vez, un hormiguero por dentro. Me impresionó tanto esa organización extrema, la especialización de cada uno de los miembros, el sacrificio por el bien comunitario... Siempre hay hormigas exploradoras, las que recorren espacios recónditos para encontrar nuevas fuentes de que nutrir a su pequeña sociedad. Las hormigas que excavan túneles en tu cabeza encuentran nuevos espacios desconocidos, imprevistos y nutritivos. Yo (y tantos otros), hormiga obrera y dedicada a alimentar a las pequeñas crías, nos valemos de tus descubrimientos para funcionar. Lo que ven tus ojos, querida amiga, nos sujeta. Tocamos las palabras que duelen porque es pecado entrar y no palpar tus enormes catedrales o tus diminutas ermitas. Hay que caerse en tu casa para vivir. Tu casa excavada, diferente y magnífica, hecha de palabras y túneles pendientes de exploración.

    Gracias, en nombre de todas las hormigas...

    Un beso subterráneo.

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  17. Las hormigas tienen sus tareas y las mujeres pez las suyas. La tuya es nadar en las palabras y elegir las que comés y servís en la mesa, pajarita sirena.
    Nosotros, encantados con el banquete.
    Mil besos.

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  18. Hola pájaro de china.

    ¡A veces, solo a veces se vive sin más…!

    Le Saluda J.M. Ojeda.
    P.D. Me gusto su blog.
    Queda invitada al mío.

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  19. Stalker: Tu tectónica de placas no es del orden de este mundo. O sí, pero del orden subterráneo, oculto, ignorado e imprescindible. Mis abrazos son abrazos-taquión y esfuman el mar entre los dos.

    María: Sí, a veces el ruido es música. Y cuando es música melancólica no hay que dejar que se apodere de nuestros dominios, ¿no?, por más frágiles y pequeños que éstos sean. Un abrazo muy fuerte.

    Si Argentina: Digo que tu casa virtual excede largamente su nombre y puede seguir adelante independientemente de lo que pase con los muchachos. ¡Que no se autodestruya! En cuanto a los lugares, sería hermoso encontrar lugares que no fueran precarios ... quién supiera ... quién pudiera ... Besos.

    Lolette: Si el viento sigue insistiendo, nos reunirá. No estaría mal, ¿no? Besos libelu-lolarescos.

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  20. Mujer de Olé: Sin mí, sin ti. Los lugares precarios se mueven sin ninguna de nosotras dos. Nos honran, así. Y nos fuerzan a inventar lugares que nos necesiten. Un abrazo.

    Darío: No me responsabilizo por tu aprobación de la materia. Besos que siempre tendrán un título: Furia.

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  21. Pájaro de China: las mejores notas para mí las has cantado cuando, casi al final del poema, dices:

    "Si tus..." hasta "...aunque doliera"

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  22. Lindas letras.

    Tiene poco que me presentaron el trabajo de Woodman y me gustó mucho. Así que me alegra coincidir en gustos y sentires.

    Gracias por visitarme. Te comparto que el nombre surgió porque una persona importante en mi vida, me presentó las letras de Lispector y Baricco. En honor a esa persona, combiné el seudónimo. Por supuesto, me enamoré terriblemente de la Lispector.

    Me quedo un rato más, leyéndote.

    Salud por la hermosa Amapola de octubre.

    Abrazos.

    Graciela.

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  23. Bel, sospecho que con eso basta. Tu ojo ve mejor que el mío (dones de la lectura). Un abrazo muy fuerte. Y una guirnalda invisible de amapolas, desde esta primavera de octubre en el sur.

    Migue: Palpitar e intuir es tu modo de estar en el mundo. Yo también te beso así. Y que me corran los jueces.

    Bicéfala: Tu comentario es un poema en prosa. Yo sé que el niño mordido por las hormigas sueña y respira doblemente cuando escribe. Y sigue buscando juguetes en los vertederos. Y los encuentra (doy fe). Besos que atizan tu exploración y calman tus terrores.

    Bash: Decime que sí. Porque tengo muchas ganas. De una casa, que arda.

    Querido Arturo: Las hormigas sediciosas e invisibles, que cavan y cavan y colocan silenciosamente la dinamita. Las hormigas irán a la cabeza de la revuelta. Yo todavía creo en eso. Que nos digan lo que quieran, será así. Un abrazo muy fuerte.

    Laura, querida mía, que tus ojos sensibles se hamaquen en estas palabras es un regalo para mí. De verdad. El pajarito sacude sus plumas de alegría.

    Ramón: Sí que es función de la escritura. Si abrevara solo en la melancolía, estamos muertos. ¿O sea que realmente tuviste hormigas, hormigas literales, adentro? Fue tu período surrealista, Ramón. A ver qué otro puede contar uno. Muchos besos.

    Pablo: Yo no sé qué hay. Hay lo que sale, cuando quiere.

    Susú, todos tenemos una arquitectura interior así. A veces tiembla, a veces duele, a veces se estremece de placer. Te imagino con los ojos rotundamente abiertos, de cara al hormiguero en acción. Sonrío. Y me imagino cómo te mirarían, fijamente, las integrantes del hormiguero. Besos subterráneos, también, de otra hormiga obrera.

    Marian, cómo me hubiera gustado estar ahí, con vos, en la galería. Que yo recuerde, Francesca W. todavía no vino a Buenos Aires. ¿Cómo pude olvidarme tanto tiempo de Yourcenar, cuando está tan adentro? Seguramente otras vendrán, para hacerle compañía. Te abrazo.

    Emy, nademos juntas y comámonos todas las palabras que no sirven. Y soltemos como globos las que queremos que no se olviden, nunca.

    J.M.Ojeda: Lo saludo y ya respondí su invitación. ¡Gracias! Ah, quién pudiera y supiera vivir sin más ...

    Blanca: Sí, ahí posiblemente esté el desamparao y el reclamo. Es un lujo contar con tu lectura.

    Clarice B.: Me gusta tu bautismo, te lo dije. Y sus razones. Y la combinación. Cuanto más te quedés, mejor se pondrá esta casa. Besos que dibujan nombres queridos en el aire.

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