Hace nueve meses nacía el Pájaro de China. Antes, había escuchado durante nueve meses a Patti Smith cantando China Bird. La escuché para no morirme y con decir esto es suficiente. Esta patria virtual, tan necesaria y entrañable para mí, no podía llevar otro nombre. Mañana será Navidad. En casa no profesamos religión. En casa vivo con un hombre, desde la noche que lo conocí. Hace siete años, hace siete siglos, hace siete minutos, desde que el mundo fue mundo para mí.
Y veo amanecer este parque entre lápices y cuadernos. Y este balcón trasero, al que salgo a pararme en la oscuridad, a escuchar la música que suena en mi cabeza.
Nos custodian tres perros, nuestros mejores pedagogos y terapeutas. Plantas amigas de los perros. Durante un año fuimos pasajeros en tránsito, hasta que encontramos este lugar que pintamos de colores y poblamos de objetos que respiran y tienen una historia. Aquí nos quedaremos hasta el penúltimo día, porque no existe el último. Esta madrugada diluvia en Buenos Aires. Con Hernán hemos vivido gran parte de nuestra historia en hospitales. Entre pérdidas. ¿Pero quién no es un sobreviviente? Las cicatrices jamás serán tan profundas como nuestra perseverancia en la alegría.
Cuando la ruta se puso violenta, nos aferramos a todo lo que amábamos. Hemos visto milagros, hemos temblado de emoción y la hermosura nos ha arrasado los ojos. Y se empecina en hacerlo, cada día. Esta orquídea se abrió recién desmesuradamente, mientras yo la contemplaba perpleja junto a una ventana en la cocina. No se puede ser tan, tan sexy. Pero qué bien que lo hace.
Insomne, rescaté desordenadamente fotografías de múltiples tiempos felices. Van revueltas y mezcladas. Dicen que en estos territorios es bueno mantener el anonimato o inventarse una identidad, para cultivar el enigma. Pero todos somos un enigma, aunque mostremos la cara y andemos en pelotas. Nuestras fotografías se parecen porque somos viajeros solitarios. El brazo de Hernán es más largo que el mío y él dispara la cámara.
Improvisé esta peliculita desordenada de nuestras epifanías, para estar más cerca de ustedes, más cerca, todavía. Escribo para entrar en comunión y para no enloquecer. En la escritura se me va hasta el cuerpo, porque escribir es para mí una experiencia física. Y lo que escribo es una criatura incompleta sin quienes la leen, que son quienes terminan de escribirla.
Quienes pasan por acá me dan mucho más de lo que reciben, lo sé. De algún extraño y extraordinario modo los conozco. A quienes pasan en silencio los presiento, los intuyo. Los necesito y los quiero, a todos. Ahora no solo arrecia la tormenta sino que además me seco los mocos.
Detenerse a leer es un acto de fe. Es un regalo. Me como el regalo que me dan, me lo guardo en el pecho.
Somos deseo. Estamos atravesados por el deseo. La lluvia y esta insistencia en la floración me estremecen los huesos.
Aun en verano, llevo botas de caña alta. Porque esto es una guerra. A medianoche levantaremos nuestra barricada, como todas las noches.
Nos diremos que somos más fuertes. Y será verdad. Porque hay una fe que sí, que profesamos, sí señor, y es la de la vida que nos pega imperdonable y espléndida en la cara, como el viento.
Hay relámpagos, en este instante, que agitan insolentemente el corazón.
Gracias por seguir enamorada de la vida.
ResponderEliminarMe has dejado sin palabras.
Sólo un abrazo.
Gracias por otra maravilla, pero principalmente gracias por tu humanidad (en el buen sentido de la palabra)
ResponderEliminarQue tengan buenas veladas, vos y todos los que te rodean (obvio incluyo a esas tres fieras hermosas)
Saludos
Mariano
A los cinco os abrazo, con toda mi alma.
ResponderEliminarcuanto amor en estas fotos..feliz navidad
ResponderEliminarfelicidades por vuestros colores, sonrisas y por vuestra vida :) un abrazo. felices fiestas tambien.
ResponderEliminarTengo 33 años y éste es el mejor regalo de navidad y año nuevo que he recibido nunca.
ResponderEliminarEs imposible superarlo.
"y la hermosura nos ha arrasado los ojos"
así arrasas, tú también, los míos, los nuestros,
los perros me los comería, no hace falta decirlo
al ver a Hernán he sentido una extraña familiaridad, como si lo conociera de siempre. a ti también, pero eso ya lo sabes...
te has agrandado a un extremo inconcebible a fuerza de hacerte pequeña. estás en el dar de la vida, sin reservas, a coeur battant, con ese "sagrado impudor" que tanto, tanto te agradezco,
lo que haces es indescriptible y necesitaría hacer estallar todas las costuras del lenguaje para traducirlo. tiene que ver más con epidermis que con los tristes fonemas androcéntricos que alcanzo a pronunciar...
aquí dejo tres galletas para los perrillos:
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y un abrazo sin letras para ambos
Mariel, siento tu entrada como un enorme regalo. Tu entrega de ti, de lo que vives, de tus espacios, de tus "terapeutas", de tu extraordinaria belleza, de tus enormes ojos -tan pintados como los míos ;o)- es de una generosidad increíble.
ResponderEliminarRecibimos tanto, Mariel, en esta casa...! Tanto de cada uno de los vuelos que compartes...! Desde el más elaborado de los conceptos hasta la ternura más niña, desde la rabia más social hasta la mayor intimidad. Enseñas, entregas, nutres. Y, una vez se te conoce, hay que vivir 'rebozado' de Pájaro, envuelto en sus plumas, admirando su paisaje desde lo alto.
Un abrazo, amiga. Que tengas una Navidad no-religiosa magnífica, hermosa y feliz; como tú eres.
Por la floración, la lluvia, la tormenta, el deseo, el amor
ResponderEliminarFelicidades
Me emocionaste tanto...es un placer haberte conocido. Sos una mujer reversible, hermosa por dentro y por fuera. Una mujer especial sin duda alguna. Gracias por abrirte a nosotros, por entregar tu corazón sin mentiras. Te conozco apenas pero te quiero mucho, de verdad. Un abrazo enorme desde este lado del Mundo. Maia.
ResponderEliminarPájaro. Ahora que paré de llorar, ahora que he secado mis lágrimas y que puedo disponer de mis manos nuevamente para apoyarlas sobre el teclado, ahor así te escribo desde el corazón.
ResponderEliminarYo también vivo con mi hombre casi desde el día que nos miramos y besamos por primera vez. Yo estaba en otra situación conyugal, con papeles y todo pero con fecha de vencimiento, no me importó nada, lo dejé todo por él, y volvería a hacerlo. Eso pasó también hace siete años, en julio de 2002.
La vida, mi vida comenzó ahí.
Por eso no puedo parar de llorar porque muchas de las palabras, de las fotos y de las imágenes que nos regalaste me resuenan como parte de mi propia historia.
Me alegra que la vida y la blogósfera nos haya cruzado. Compartir mis impresiones, las futboleras y las otras con vos.
Me he regalado para estas navidades "LA CONSTELACIÓN DE ANDRÓMEDA", y me siento cerca, te siento cerca. Ahora también a Hernán a los cachorros y a las flores.
Adoro que te comas mis palabras y que formen parte de tu vida. Adoro tus intervenciones en Mujerdeolebajoelbrazo. Adoro a Patti Smith y aún más a partir de hoy.
Feliz vida nueva, año nuevo, palabras nuevas.
Siento que tenemos en común muchas cosas pero por sobre todo este culto de celebración de lo verdadera y esencialmente importante.
Un abrazo quemero, emocionadísimo, pero más que nada atravesado por el deseo. Siempre.
...eres valiente y sincera contigo, y en estos tiempos en los que el orden social nos somete, es una anomalía que une a los centésimos monos...que viven, aunque duela.
ResponderEliminarun bs
Que la vida enamora cuando se muestra tal y como es, con toda su jodidez, con todo lo que nos saca. Como si fuéramos sobrevivientes desde el momento mismo en que nacemos.
ResponderEliminarSe los ve a ustedes bien, muy bien. Yo sé porque estaba ahí, porque desde la primera frase, creo, nos sentamos en tu living.
Un abrazo fuerte
Muchas gracias por el bellísimo regalo. Y no es cierto lo que dices, no te imaginas cuánto das. Te dejo un gran abrazo, con mis mejores deseos para los dos en estos días, en los que vendrán.
ResponderEliminarLas más de la veces paso silenciosa por tu espacio, absorbo lo que ofreces tan magnífica y visceralmente y salgo sin palabras. He sobrevivido en el silencio y estoy aprendiendo a comunicarme con palabras.
ResponderEliminarLeer a otro es un acto de fe, dices bien, y la fe es abrirse a lo desconocido sin barreras. Tu entrada de hoy es un acto de fe. Y tú eres un milagro. Y el amor. Y sobretodo la vida. Por mucho que pueda doler.
Gracias.
9,30 de la noche/buena, para mí un día corriente. Sola, pero muy bien acompañada por ese mágnifico vídeo, el mundo contenido en vosotros dos y los otros dos animales que son tan personas como todos los perros.
ResponderEliminarMe ha gustado veros, os imaginaba, enamorados, apasionados, en el arte con arte. Y al fondo Nueva Nueva Tork, Venecia,el hogar,que no la casa.
Y el trineo de Beuys y la mujer siempre gorda de Niki de Saint Phalle, y vuestras ganas de ser dos, viviendo con otros.
Tengo una cursi noche, y escribo como siempre a borbotones, sin pensar, simplemente sintiendo.
El texto que acompañas, lo más. Y sí, la vida duele. Y yo también hace dos años que lloré y me quedé sin lágrimas-textual-.
Vivo rodando...y en Central Station, al contrario de vosotros, me senté y lloré.
Vosotros os besastéis.
Un abrazo
Mariel,
ResponderEliminarque tierna y emotiva tu entrada. Como decía Andre Guide, lo más profundo del hombre está en su superfície. Tu texto epidérmico me ha emocionado, yo que estoy entre el cerebelo y el cerebro así lo he sentido.
Felicidades por el parto, por lo que ha nacido hoy en tu blog.
Estáis guapísimos los dos. Os deseo lo mejor siempre.
Es muy difícil en este mundo virtual traspasar la frialdad de un ip y convertirse en unas indispensables lineas cargadas de sentimientos, emociones y sensaciones. Vos lo lográs con creces.
ResponderEliminarTampoco profeso ninguna religión, pero esta noche durante el brindis sabré que existe gente como vos y voy a sonreir un poco más
Feliz de leer el mejor blog del mundo. Felicidades(Esto es así por los malditos apuros navideños) Besos
ResponderEliminarTrate de decírtelo antes, por otros medios, nada más veros, me urgía ponerte al tanto de mi felicidad compartida. Os veía tan lindos…
ResponderEliminarY aquí, reiterarme en lo dicho por todos los precedentes. Porque esto es una guerra, y yo quiero estar en tu trinchera, porque hay muchas fes, y hoy nos has hecho participes de la tuya…
¿Debemos creer porque no podemos ver? Hoy no hace falta cheque blanco al cielo, lo he visto.
Un abrazo a todos.
beautiful. Felices fiestas!
ResponderEliminarPajarito, gracias por mostrarnos tu cotidianidad. Ahora estás aún más cerca si cabe, porque ya te llevo metida en mi corazón.
ResponderEliminarGracias por esas fotos, por esa sinceridad, por esas sonrisas que me iluminan el día.
Que seáis felices, siempre.
qué guapa eres
ResponderEliminarqué bonita casa
marido, perros
pelo corto o pelo largo
te sienta bien
habita el deseo
en tu hogar
tikkun olam
por suerte
un hilillo se desprende
y lo dejé pasar
shlm
Hermosa Mariel, sos hermosa, tu mirada del mundo, tu percepción, tu intuición... Bella historia, y sigo muy contenta de haber encontrado en la góndola de la librería a "la constelación andrómeda", y haber llegado hasta acá. Felicidades Mariel. Tu amiga de Córdoba, Miriam
ResponderEliminarYa os quiero a los dos
ResponderEliminarGracias por tu sensibilidad, Mariel. Conozco el sabor y la eficacia de esta cita dentro de mi: "Escribo para entrar en comunión y para no enloquecer."
ResponderEliminarNo sé si uno no ha enloquecido. Al menos no lo ha hecho en el sentido de perderse del todo. Y hay un punto de locura que nos hace casi demiurgos.
Tampoco entrar en comunión es fácil, pero sí, de algún modo es la Revelación. Y este algún modo me ha proporcionado feliz asombro, descubrimiento y generosidad, personificadas. No simplemente abstractas, con resultado de Comunión.
A mi me pasa como a ti, Mariel. A estas alturas mis convicciones elementales, mis escepticismos varios y mis descreimientos radicales han logrado que supere la presión de la tradición cristiana. Y me siento bien por ello. Has elegido esta fecha para esta entrega a tus seguidores, pues vale, como otra cualquiera.
Eso sí, me interesa la alegría del día a día, cuyo patrimonio no está en manos de nadie, sino de todos y cada uno. Más allá de los límites de las ideas y las costumbres.
Creo que de alguna manera todos nos estamos encontrando ya en la República de los Sueños.
A mi la hermosura me arrasa el alma cada vez que te leo. Tus palabras son maravillosas, caricias al intelecto y al corazón.
ResponderEliminarNunca te lo dije, pero te quiero profundamente desde el primer instante en que te vi en la librería, con la mirada tímida, disfrazada, la chica rebelde en el traje de abogada bien.
Muchas felicidades para vos y Hernán. Caricias a los perros.
¡Y a ver cuándo nos vemos, carajo, mierda!
Me apunto humilde y agradecido a la cola de los besos, pago entrada, envidio y me envidio por poder envidiarte, salto de mi escritura a tu escritura (o vuestra escritura con perros guau guau en las teclas). Hermoso cuento de navidad.
ResponderEliminarBesos bicéfalos que, ya sabes, siempre incluyen un rasgado ras ras de los lienzos bellos.
Besos bicéfalos a los que nominastes hace meses como "ácido clínico" (o casi)porque me iluminaste el camino.
Besos bicéfalos para esos extraños ya no tanto - humanos y perros - que se han comprometido aquí ante este coro de lobos a cuidarte, Mariel, hasta el penúltimo día.
Besos marramiau para los perritos.
Latidos de ternura entre perros y música. Dos felices, bella mujer de ojos grandes, que miran, que dicen, que respiran, que leen, que cantan, que sueñan...
ResponderEliminarVenimos porque nos hipnotizas...
Te lo he dicho: vuelas alto, Mariel Y tu vuelo nos llena de cosas magníficas: Gracias, guapísima
Tus posts son tan precisos, tan personales y colectivos al mismo tiempo, que éste se ha convertido en el espacio en el cual más me detengo a pensar qué escribir, más allá de "genial", "perfecto", etc.
ResponderEliminarY día a día descubró, por tus palabras, por tus anécdotas, que nos han tocado pasar muchas cosas similares y que, tal vez por eso, cada vez que nos escribimos o leemos, uno siente como que está leyendo a alguien que conoció desde siempre.
Muchos saludos y felicidades para vos y Hernán. Hacen un gran equipo.
:)
ResponderEliminarGracias por compartir esa visión de la vida!
Abrazo!!
Mariel, gracias por la caricia de esta entrada. Hermosas las sonrisas.
ResponderEliminarTre-men-do! Cada vez que visito este nido por dentro se me mueven tantas cosas de forma vertiginosa,y por suerte, me siento cobijada. Gracias pàjaro por volar tan alto pero tambien tan adentro. Besoss!!
ResponderEliminarCreo en el amor por sobre todas las cosas,y en los ojos de ambos,se ve tanto amor...tanto que no quedan muchas palabras para describirlo,sin duda escribir es un talento que lleva muy bien de sus dedos,no deja de causarme todo tipo de emociones y ansiedades...por elegir el mejor camino...el del amor. Un saludo. Makeda.
ResponderEliminarQuerida Mariel: acabo de escribirte un comentario y no sé si ha caído en un agujero negro virtual, pero no logro acceder a él... hablaba de gratitud por este regalo entrañable, de guardar estos fragmentos en el corazón para que insuflen belleza a sus latidos. Y de lágrimas (no sé si lo confesé. lo hago ahora) al asomarme a tu balcón, a tus flores, al verte, al verlos tan hermosos con Hernán.
ResponderEliminarAhora podré visualizarte mejor y esta cuerda invisible se hace más tangible, encarna en un rinconcito tibio del mundo.
Cuida mucho a esas tres criaturas y a ese compañero bello.
Un abrazo muy fuerte y todo mi cariño.
Laura.
Hermosa ventana a lo íntimo querida Mariel...
ResponderEliminarEsta vez, sólo decirte que he ingresado a esa ventana reconociendo mucho amor.
Gracias por la desnudez...
Un abrazo inmenso,
Arturo
Te envidio sanamente.
ResponderEliminarYo no me atrevo aún a desnudarme así.
Me encanta todo lo que compartís con tu amado, es realmente envidiable.
Tendré la suerte de que algún día me toque?
A estas alturas, FELIZ AÑO NUEVO!!!
Hermoso regalo. Creo que nunca habrá mejor avatar que nuestro propio rostro (o máscara), ser uno mismo siempre será un regalo para los demás y, en particular para quienes nos quieren. Gracias.
ResponderEliminarAbrazos y más abrazos
Leonardo
Esta entrada es, como dice Susana, un regalo. Un gran regalo.
ResponderEliminarEres mujer valiente. Te desnudas y por ahí andas. Bien acompañada, eso sí. Por el señor del brazo largo que alcanza a hacer fotos magníficas y por la retahíla a cuatro patas y tantísimo cariño.
Lo bueno es que te hayamos conocido. Y lo bueno para ti, que estés tan bien acompañada. Piensa que ese igual es tu verdadero premio. Disfrútalo, sé audaz (sé que lo eres) y vive intensamente sé que lo haces). Pero sigue dándote a poquitos; aquí, en el blog, en tus textos, o en esa mirada que alcanza hasta la luna.
qué bonita familia, pajaro. Qué buen nido has formado... que bien nos hace encontrarnos felicidad, en cualquier parte.
ResponderEliminarUn beso grande.
Sólo una loca de remate escribe como vos.Sólo los locos cambian el mundo.Ojalá algún día compartamos un café así me contagias un poco de locura. Ni feliz año, ni feliz navidad. Feliz vida, así porque si, y sin razón alguna. Usted me enseñó de latigazos finales.
ResponderEliminarBesos.
Hermoso post Pájaro. Te fecilito. Y esa imagen con tu pareja es espléndida. Se los ve felices. Éxitos.
ResponderEliminarFue un placer descubrirte, Little Wing. Me has hecho reir, pensar, leer poesía (que no se cuenta ni se contará entre mis actividades favoritas) y hasta tratar de escribir mejor para no desentonar con el nivel general de los comentarios.
ResponderEliminarGracias, qué más.
Besos a esa hermosa familia.
Mujer, ya me hiciste llorar. Y tan cierto lo que dices sobre esos maravillosos hijos de cuatro patas.
ResponderEliminarNo dejes de escribir.
Mis abrazos.
Qué pasada, Mariel. Emocionante. Todo. Gracias...Un beso.
ResponderEliminarAnay
"Enamorao de la vida, aunque a veces duela"
ResponderEliminarHe vuelto a escuchar a Camarón. Otro enamorao de la vida.
Menos mal que cuando duele podemos agarrarnos a la felicidad ajena y con esa melancolía y esperanza seguir adelante.
Besos para todos
Eres parte importantísima de mi vida, soy como soy en parte porque me cruce contigo y me apasioné, y mis recuerdos más íntimos son recordando aquellos tiempos felices, generosos, juveniles e incondicionales. Te sitúo estas palabras en esta sección de “enamorados de la vida”, porque después de tiempos oscuros, me reconforta verte tan bien, tan llena, tan plena y tan bien acompañada con lo que tú quieres. Viva Hernán, Viva Valentín, Felipe, Cayetano y Camilo porque velan por ti y te hacen feliz, y eso es hacerme feliz a mí también. Estas en mí hasta que la parca me lleve.
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