Esta noche te llevo a Katz. Prometo.
Para hablar de bobadas. Y pensar lo del gato.
Vamos con las bufandas y los gorros de lana.
Si te animás cantamos bajito nuestro blues
(el que inventamos mientras lavás los platos
y yo bailo y los seco con el repasador ... azul).
La señora de Katz nos dedica
una sonrisa enorme.
Le encanta señalarnos los salames.
Es su especialidad. Sonreír.
Señalar el botín y despejar
la mesa.
Tenés nieve en las botas.
Tenés nieve. Hasta el cuello.
Que el gato esté perdido,
así tiene un pasado misterioso.
Lo llamaremos Katz.
Cuando vuelvas del baño,
hacé como si no me conocieras.
Te sentás y me mirás a los ojos.
Con tus ojos de gato que no cesan
de arder, podés hablarme
en lenguas extranjeras.
Y yo en la servilleta te dibujo
un plan. Un tren, un libro,
una escalera.
Las cosas pueden convertirse en plan.
Las cosas pueden ser pan mientras se espera.
Migas que miran la ciudad desde el umbral
que antes fue precipicio,
duda o carta marcada, miedo a pensar.
A salir.
Miedo a que cierren Katz,
con nuestro gato olvidado
adentro de su nombre.
Ahora te enamorás
nuevamente de mí,
que claramente soy irresistible.
Rápidamente te empezás a derretir.
Te hago la mueca del chanchito Babe.
Escupís la Coca de la risa.
Me mojás la camisa a cuadros.
"Ahora me hablás en lenguas muertas
y escupís baba verde,
como hacía en El Exorcista Linda Blair".
Es que te sale fenómeno
el contorsionismo de los endemoniados.
Los vecinos se asustan.
"Ya se le pasa. Tuvo un día difícil".
"Finjo un orgasmo, mejor que el de Meg Ryan",
me secreteás, cebada, ya lo sé.
"Con Linda poseída es suficiente.
Si nos echan nos perdemos el salame"
Te hago la mueca de la rana René.
Te tirás un pedito silbador.
Estoy muerto de amor por esta chica
que se tapa la boca
(como si los peditos salieran por ahí).
"Es el gas de la Coca", me decís
(como si te creyera).
Estamos hartos de la literatura
que nos invita a tirarnos del balcón.
Hartos de los que recitan pero no estornudan.
Hartos de los que no paran de leer para avisar:
"me hago pis".
Hartos de los que no se saben
desvestir.
Piden salame desde el extranjero.
Señal de que nos quedan esperanzas.
Acunás mi dibujo en tu pollera.
Como si fuera Katz,
que lamerá tus dedos
cuando duermas.
Te abrazo antes de empujar la puerta.
Sé que no se abrirá si no te abrazo.
Es un truco de magia.
Es un truco probado de supervivencia.
"Quiero que me lleves a babucha".
Es como llevar la humanidad a cuestas.
La humanidad son tus brazos
que sujetan y esfuman
el peso insoportable de la realidad.
Lo convierten en avión de papel,
papel de servilleta,
cargado de planes que comienzan a planear.
Katz se acomoda sobre tu cabeza.
Tu diadema de gato rescatado
es mi modesto y entrañable talismán.
Yo diría que esto es la apoteosis de la cursileria. Si las cursilerias fuesen como ésta, habría un impresionante género de la literatura cursi.
ResponderEliminarTu vida en América tiene matices alucinantes, o alucinógenos. Como si cada "aventura" fuese un buen postre de peyotes.
Abrazo eterno.
Lo tuve que leer dos veces!
ResponderEliminarConfieso que me sacó más de una risita.
Lo de los mocos, lo de los pedos y el orgasmo de la Ryan...
Ta weno leer algo diferente cada tanto!
Y está bueno reir.
Gracias por hacerme levantar de la cama de buen humor.
Baci
Menos mal que Patti Smith no te dejo morir.....
ResponderEliminarTe quedaba tanto por reírrrrrrrrrrrrrrrrr
Mi vida en América es mi sección favorita. Cuando haya material suficiente como para llenar 400 páginas (a la gente que compras libros como si fuera a comprar a Easy les encantan las cosas voluminosas, no importa qué contenga) esto merece publicación.
ResponderEliminarMe imagino al lector bobo esperando un relato de un argentino que vivió en Miami en los '90, y encontrándose con éstas líneas repletas de ironía y talento.
Gracias por el link a mi música, ya llegará el disco completo durante 2010.
Beso!
Tu obra está resultando ser un cuadro de muchos y variados colores. Sin todos ellos falta algo al sentido global, porque se complementan las diversas intenciones. El de hoy es el color de la ironía, el juego de la niña sensible que juega a descubrir el mundo desde su óptica particular. Muy bonito, Mariel, y muy muy verdad.
ResponderEliminartu final de a~o es como el languido domingo de Wallace Stevens en Sunday Morning, saludos!
ResponderEliminarQue hermosa y cálida noche.Saludos
ResponderEliminarTus relatos son poéticos,....no dejes de escribir.
ResponderEliminarSe nota que estás en el verano Austral (que bella palabra).
un beso
Desde luego, tus días, divertidos y aventureros lo son, y mucho.
ResponderEliminarAbrazos
Presente y feliz de haber pasado por aquí.
ResponderEliminarSaludos.
Que Katz dure para siempre, con sus sonidos inflamables.
ResponderEliminar(contraseña de verificación: besonsea (;)) )
Me encantó, un beso!
ResponderEliminar...Querida Mariel, me gusta tanto lo que dices y haces, espero con tantas ganas que me desembuches tu crack up, que no sé hasta dónde pueden llegar estas historias entre desconocidos...
ResponderEliminar...He bebido vino, no me hagas caso, pues, y es tarde, y Beyonce canta en una entrega de premios, ergo quiere decir que estoy un poco nervioso, pero eso no quita para que trate de conseguir que mi abrazo cruce el Atlántico...
También elijo Mi vida en America como los caballeros amigos. Y brindo por todo lo que hace Meg en esa película, que es mi peli de cabecera por siempre, la se de memoria, puedo repetir cada diálogo, la vi más de treinta veces y no exagero, aunque me encanta hacerlo. Y brindo por las Sally Albright del mundo, las que fingen orgasmos para desafiar o entretener a su chico, las que saben lo que quieren cuando van a comer a Katz o a donde sea, no quieren cualquier aderezo lo piden exactamente como las hará felices, las que saben enamorarse, desvestirse y llorar, sobre todo llorar, por el hombre que quieren para el resto de sus vidas.
ResponderEliminarGracias Pájaro por este poema y por recordarme una vez más la (mi) peli que con más de veinte años encima no pierde ni un poquito de vigencia.
Besos y happy ending!
Me encantó tu truco de magia
ResponderEliminarpara abrir la puerta.
(Puerta de la ternura y el humor)
¡Que os divertais..!
Cuando la reflexión alcanza el infinito, se restaura la inocencia" "Heinrich von Kleist"
ResponderEliminarTu sabiduría y tu poesía, alcanzan la inocencia del infinito.
Gracias por ser. Disfruta de todo lo que tienes.
Un beso
Partisana
Maravilloso!....leerte es un placer enorme,me abre la espectativa de muchas cosas,entre ellas el amor,quizás aun tengo mucho que mirar,que sentir,que creer,dicen que aun soy muy joven,pero si sigo viendo la vida con ojos como lo tuyos,sé que será una mejor vida. Un saludo enorme,de verdad eres fantástica.
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