Yo no sé qué hay del otro lado.
Pero lo he imaginado y lo he pedido.
Lo he esperado como quien da sentido
al óxido, a la aguja, al alambrado.
Soñé hasta sus tesoros enterrados.
Desenterré de mis sueños un vestido.
Un movimiento que brilla y no hace ruido.
El uniforme de los esperanzados.
Cruzo pensando que no quemará.
Arqueo el esplendor de mis huesitos.
El césped dice que no me soltará.
No alzo la vista. Lloro de alegría.
Que aparezcan los lobos. Los malditos.
No les habré regalado un solo día.
Foto: Serie "Las aventuras de Guille y Belinda
y el enigmático significado de sus sueños"
Alessandra Sanguinetti (1998-2006)
Después de leer el maaravilloso soneto yo que creo que soy antimuros, volvería a reconstruir el muro de Berlín, bendigo al que separa Mejico de los EEUU, aplaudo la frontera de Melilla...porque, creo que es un canto a la esperanza.
ResponderEliminarAsí es como se pide una firma a favor de la poesía: haciéndola y haciéndonos sentirla, gozarla.
Ya sé que no les regalas ni un día.
ResponderEliminarQue tu vestido sirva para disfrutar alguno de ellos, firme, segura, serena, al frente o al lado de los que combaten las alambradas, la miseria, la podredumbre.
Un abrazo.
Verde.
Como el césped.
Del otro lado esta algo que vos conocés.
ResponderEliminarGracias por la magia hecha palabras...
ResponderEliminar¡Qué fantástico soneto, Mariel! Puf, me has dejado impresionada (con lo difíciles que son). Pero no me extraña en ti. Eres mujer de múltiples recursos, gran empuje y alma noble, así que no creo que haya nada que se te resista.
ResponderEliminarMe pido un uniforme de esperanzada y hago fuerzas contigo, muchas fuerzas para conseguirlo.
Los deseos hay que vivirlos, aún a costa de perderlos o de que te pierdan...
ResponderEliminarMagnífico poema,con un valiente y rabioso verso final.
...plas plas plas plas plas plas plas plas plas...
ResponderEliminar...Mis aplausos, mi sombrero, mis respetos, mis abrazos, chère Mariel...
...Además, cada vez me haría más ilusión que tú y mi amiga Gabriela (http://www.verbobravio.blogspot.com/) os encontrárais en Baires y os tomárais un café...
...Moi aussi je t'aime...
De repente me dio escalofríos. Pensar en lo que hay y no saber hasta que punto valga la pena avanzar.
ResponderEliminarLindo.
Abrazos.
Los indómitos deseos y la gravedad del otro lado...muy bueno..
ResponderEliminarinvito a pasar..
http://periodismo-dialectico.blogspot.com/
o bien a
caos-posmoderno.blogspot.com..
Adieu!
Como siempre, muy profundas tus palabras cuando nos regalás poemas, Pájaro.
ResponderEliminarSalute.
No regalarles ni un puto día. De eso se trata.
ResponderEliminarAbrazo, LW.
No se lo que pasa, pero no puedo menos que sentirme enfermo. Qué pasa?
ResponderEliminarHay que tener coraje para llamar a los lobos y al miedo, yo les tengo pánico.
ResponderEliminarNi un sólo día regalado a los lobos, a los asesinos, a la mezquindad: ¿no es un proyecto fabuloso para una vida?
ResponderEliminarEstupendo poema, con vivencia, con vida real y Mariel dentro.
un fuerte abrazo
PD: me he acordado de las experiencias a las que sobreviviste tan poderosamente, al preparar la última entrada de mi blog.
Ja ja ja...ese comentario no iba ahí! Dice, que yo también quiero ese uniforme de esperanzado.
ResponderEliminarAlo Mariel, llego de la mano de Migue Maya, confiada, con los ojos cerrados y me embeleso.
ResponderEliminarCasi un credo eso de que "cruzo pensando que no quemará"... Besos Gab
Más allá del alambrado esta quizás la orilla de un mundo que no conocemos,o quizá solo siga la extensión de nosotros mismos,cualquier cosa que escribe es maravillosamente alada. Un saludo.
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