¿No hacen una parejita preciosa? Con esa musculatura cincelada digna de horas en Megatlon, esas texturas corporales que eclipsan los tatuajes tribales de la Bond Street y la proporción epifánica de sus facciones ... Pero si el plano continuara hacia abajo empezaríamos a preocuparnos, porque a estos dos los bajan al toque de las trenzas de cualquier desfile en la Cibeles. Altísimos como para perforar la pantalla y delgados como para pasar cual factura de gas debajo de la puerta, hay algo en el índice de masa corporal que no funciona.
Además de una oda a la anorexia (que quizá en el planeta Pandora no te mata pero no da, honestamente no da como arquetipo femenino apto para todo público), me pone nerviosa y me parece discriminatorio y excluyente que no haya un solo obeso ni un solo feo en la idílica tribu de los Na'vi. Porque ya es hora de que los incorporen a la república de los sueños.
Creo también que en dicha república debería haber putas, putos, lesbianas, travestis y transexuales. Porque sin las primeras el arte no existiría y todos los demás son los protagonistas de la auténtica revolución de la segunda mitad del S. XX. Agrego que la estructura patriarcal de los Na'vi atrasa siglos y que, aunque parezca que las chicas son terribles guerreras, viven en una estructura verticalista y patriarcal donde tienen que hacer (aunque bufen) lo que papá les dice y son elegidas por su futuro marido, sin derecho a voto. O sea que mucho anteojito para peli en 3D y artificios digitales multimillonarios, pero en términos socio-culturales estamos como en la antigua Roma.
La estética de la tierra prometida, con su flora flúo y su fauna vintage, me recordaron por momentos al peor Dalí, a los posters donde una rosa furiosamente roja se abre con trémulas gotas de rocío sobre un fondo dorado de atardecer playero o a las serigrafías supuestamente cheroncas del capot del Chevy o del Torino listos para salir a pistonear en los alrededores del viejo Bamboche, con tapizado de leopardo y palanca de cambio enfundada en peluche cual bondi bolichero.
Ponían a circular a los Na'vi delante de reproducciones a escala de pinturas del Aduanero Rousseau y les salía más barato y les quedaba más lindo. Todo esto me lo veía venir y sin embargo fui a ver Avatar.
No lo hice para confirmar las deprimentes críticas positivas. Esas que dedican, por ejemplo, una tapa y seis páginas -¡sí, es verdad!- a acumular una serie exasperante de adjetivos laudatorios sin revisar siquiera el diccionario de sinónimos para no repetirse, revelan una impotencia absoluta para sistematizar ideas y encadenar razonamientos y prodigan un derroche empalagoso ad nauseam de discursos humanitarios dignos de las encíclicas pastorales o el new age más berreta con los que hasta un torturador coincidiría, para después avisar que la crítica todavía la están pensando (¡Dios Santo, demoren la publicación hasta que la piensen y la escriban, o peguen un cartel en el kiosco con el aviso!).
Tampoco lo hice para confirmar las críticas negativas. Esas según las cuales la peli es un choreo bochornoso de diversas pelis precedentes, con una narración chata como el torso de Sigourney Weaver y 237 palos verdes encima en carácter de fuegos artificiales, como si el afano no fuera generalizado y la cuestión no residiera en su elegancia, su singularidad y su eficacia.
Fui a ver Avatar, en primer lugar, porque me acompañó Martina, que tiene 11 años y me deslumbra con análisis cinematográficos que estremecen mi sesera, del tipo "todas las novias de Drácula han sido emos" o, respondiendo a mi indagación acerca del éxito de la saga Crepúsculo, "ay, tía, es que ese vampi está más bueno que el pan". Como si esto fuera poco, le encanta salir del cine bañada en sangre (de terror de motosierra que salpica) o en amor (de comedia romántica que derrite hasta a Angela Merkel) y genera en las salas avatares auténticos y no de cartón pintado.
Por ejemplo, excusa invariablemente su increíble torpeza manual con un "yo no sé qué le pasa a esta cosa". Para ver Avatar, en la que se te borra la raya del culo por la duración aunque venga con intervalo, es indispensable el balde de pochoclo y la Coca extra-large. Lo sabíamos. Minutos antes de que empezara el Avatar cinematográfico y mientras todos apagaban los celulares (sin los cuales ya sabemos que no se puede, no se puede vivir) y se esfumaban las luces, Martina murmuró "yo no sé qué le pasa a este pochoclo" y acto seguido el balde íntegro saltó disparado por los aires, desparramando pochoclo en cantidades tales para forrar la pampa húmeda.
Yo soy de su club y he adoptado su traslación de responsabilidad. Al instante volqué mi vaso gigante de Coca al intentar embocar la pajita (ahora le dicen "sorbete" para no evocar la paja, pero evocan el pete, que a las dos nos parece igual de atrayente pero más lascivo) susurrando "yo no sé qué le pasa a esta puta gaseosa". Como si las cosas tuvieran vida propia, digamos, hipótesis a la que adherimos porque cultivamos fervientemente el surrealismo.
Dado que sabemos que detrás del que ensucia viene el que limpia, intentamos desesperadamente recoger el pochoclo en cuatro patas y absorber la Coca (que no la sangre) derramada, con carilinas rescatadas del fondo sin fondo de nuestros bolsos. Dado que sabemos que todos se nos escapa literalmente de las manos, terminamos pateando el pochoclo debajo de la butaca y dejando reposar las carilinas sobre las manchas mutantes de Coca, dignas de un film de terror japonés. A todo esto la sala entera nos miraba impávida o aullando. Ya estábamos a la altura de James Cameron, por el precio de dos combos y un par de entradas. Nos sentíamos la Nefertiti de los Na'vi y queríamos firmar autógrafos.
La segunda razón por la que me avataré fue la presencia de la mentada Sigourney. Una catedral gótica sin tetas que logró calentar a Alien en el toilet de la nave Nostromo, con una inolvidable bombachita blanca que siempre imaginé encogida al extremo por un lavarropas ciberespacial. Una de las escenas románticas más deliciosas que el cine nos ha dado. A la teniente Ripley la banco a morir.
Avatar consuma la tendencia latente a pasarse asqueado al bando de los enemigos, los aborígenes eco-friendly del planeta Pandora. Jake Sully, un lisiado de guerra (Irak está en el aire) es contratado para infiltrarse en las filas de los Na'vi y negociar su retiro del bosque bajo el que están enterradas unas piedras extrañas que valen oro, antes de que los masacren conforme la lógica de la "guerra preventiva".
Que no siga leyendo el que quiera avatararse. Porque Jake, al que cínicamente le remunerarán el trip con una cirugía que no le cubre su seguro médico, cambia de bando armado hasta los dientes y su adorable Pocahontas, que de Na'vi y naba no tiene ni una trenza y cuando se calienta pega unos "grrrrrrr" que un pitbull es un caniche, termina liquidando al jefe de las fuerzas militares made in U.S.A. con su magnífica flecha. This is my girl.
Que el capitalismo sea calificado con todas las letras como demencial y homicida, que quede más claro que el agua que sus gobiernos laburan para los inversores, que sus víctimas (en comunión plena con la Naturaleza) no duden en arponearlo sin culpa alguna y que todo esto me lo dedique un blockbuster que es el último alarido de la tecnología y revienta la taquilla, es el regalo de Reyes que quise desde niña.
Es posible que el capitalismo genere perversamente sus propios anticuerpos catárticos y Avatar sea uno de ellos. Que la comunidad pochoclera (en la que me incluyo) esté más interesada en el anteojito 3D que en preguntarse por qué vivimos como vivimos. Pero también es posible que el trayecto de la flecha emplumada quede en el inconsciente de algún modo y que tanto vaya el cántaro a la fuente que al final se rompa. Una vez que un tema se instaló en la agenda, ya no se puede volver atrás. "No, ya no se puede", asintió Martina convencida, ya en la calle, mientras luchaba epopéyicamente con las mangas rebeladas de su sweater. Y si ella lo dice, habrá que creerle.
Bien ahí, Pájaro. Mañana subo mi post sobre avatar que anda en una sintonía parecida a la suya: por qué es la película más antiimperialista y anticapitalista nacida del seno de holywood de los ultimos 20 años.
ResponderEliminarComo sea, me la vendiste.
ResponderEliminarTENGO que verla!
y todavía me falta una semana para volver...
Baci uccello
Así es, Little Wing. A La Teniente la bancamos a muerrrrte. Nótese que omito el apellido. Como cuando se menta al General, quien quiera oir que oiga.
ResponderEliminarDiscrepo con lo de las tetas: tener, tiene.
Comparto lo de la bombachita: ícono fetish total, mi reino por un esnife.
Ahora bien...
Si lo que llamás el capitalismo empieza a dar señales de autocrítica feroz, cabe preguntarse qué se traerán entre manos, porque bobos no son. A veces, si les conviene, te la ponen con vaselina. O gel íntimo, que es mas moderno.
Como sea, en cuanto pueda me avatararé. Cameron es un capo.
Salute!
Creo que la crítica exacta para que yo vaya a ver una película es: ¿Hay más de dos tiros? Si ha más de dos, no voy.
ResponderEliminarEso no excluye puñaladas, muertes por golpes, suicidios, etc. De esos permito cuantos sean necesarios.
Martina, una genia. Los chicos te definen películas con la misma inteligencia que cualquier "(m)Amante", pero en tre spalabras exactas, sin necesidad de querer ser cools o cool-tos. Uff, ya parezco el Rabino Bergman escribiendo. El rabino Ingmar Bergman!
Jajaja, lo que me he reído con las novias emo de Drácula, mis reverencias a Martina... No sé si avatarme o no, supongo que al final lo haré, aunque me cuesta conectar tu implacable descripción de Pandora y sus habitantes como una especie de anuncio de champú, con una auténtica disección anticapitalista.
ResponderEliminarNo sé como alguien puede preferir un tanga después de ver las braguitas ochenteras de Sigurney en esa escena de Alien.
un abrazo fuerte
Te sienta de miedo la acidez. Me reí mucho pero el efecto ha sido tremendo. Tenía claro que no iría a verla: ahora ya dudo, fíjate.
ResponderEliminarSi es tan larga, no voy a verla. Soy un prejuicioso. Mejor me quedo en casa y vuelvo a ver "Ella se fue", que es una cagada pero me robó una lágrima cursi. Y además, John Cusack. Creo que soy un tipo muy antiguo, no?
ResponderEliminarLa verdad es que las imagenes me hicieron acordar mas a Magritte que a Dalí y me llenaron los ojos por unas horas,pero la historia en si me parecio una cagada. Hasta Terminator me parecio mas interesante. Y senti que la historia era una version mala de Pocahontas, a quien tambien nombraste. No he visto en los ultimos años ninguna pelicula de CF que pueda equiparar con Blade Runner. Por ahi tambien por la epoca en la que la vi. Avatar en muchos aspectos me parecio ridicula, infantil y tirada de los pelos. En sintesis mi puntaje a Avatar es sumamente bajo. La critica al capitalismo no puede ser creible, a mi forma de ver, viniendo de una pelicula que ha costado USD 280,000,000 de produccion en efectos especiales. Por ahí una critica a lo que esta pasando en el medio ambiente y la falta de unidad espiritual con lo que nos rodea pero no una critica al sistema economico en forma directa. Mas me parece que el boludo de Cameron, que ya cuando gano el Oscar con Titanic se autonombro el Rey del Mundo, no tiene nada de boludo y supo que tema le iba a producir mas ingresos a su cuenta bancaria. Los efectos un espectaculo. Pero para historias, me quedo con Walt Disney.
ResponderEliminarYo tenía y tengo claro que no iré a verla… 500 millones de dólares de presupuesto (sobre todo considerando el gasto en marketing). Con el historial de este hombre ya sería un atrevimiento. No creo que debamos dudar que el imperio se reserve cotas de oposición pactadas, eso está en las bases de la sociedad espectacular.
ResponderEliminarTantas cosas-flechas salen del vientre horrendo del enemigo, viven en el vientre, crean en el… que considerándolo un monstruo, como mucho le provocan una mala digestión, y eso habrá ocurrido un par de veces. Al resto se les han otorgado cotas, limosnitas, naderías. El monstruo los tiene a su vera. Y que no engañen, ni ellos-ni nosotros, no le importan-afectan una jodida mierda.
PD: Siento el ardor de mis palabras Mariel. Que conste que solo iría verla con Martina o un@ de sus semejantes :)
..vi la película y me parecen muy interesantes las críticas diferentes..esta es una de ellas.
ResponderEliminar..me has hecho ver cosas en las que no me había fijado...
..pero la tuve que ir a ver por segunda vez y me quedé dormido.....
un beso.
Hola, qué tal.
ResponderEliminarQuería hablar con Martina ¿está?
Ah, bueno sí, sí, te dejo un mensaje, cómo no.
Decile que la necesité mucho en el café post "Puentes de Madison" y para retirarnos juntas de "Amelie".
En fin, te la hago corta. Decile que si no se pudo antes, de ahora en más querré ir al cine sólo con ella.
Cariños.
Análisis jugoso, impecable,atractivo, excitante. Vi la película, la pensé, pero no del modo que planteás. Discriminatoria, sexista, elitista y cruel: si.En un principio me ilusionaba la película, al mostrar como estos crueles capitalistas destrozaban lo que quedaba de la pachamama.Después, fue una saga más, de guerra y "cualquierismo" hollywoodense.
ResponderEliminarEl cine es un ente cultural que penetra y graba.Martina es nuestra única salvación. Los AVTR.........son azules!!
Ya me avataré más que antes. No la vi pero está en mi agenda de pendientes.
ResponderEliminarA Cameron le pongo una ficha siempre. Tiene algo de locura ese tipo que intuyo puede hacerle patear el tablero de Hollywood con 500 millones y todo (o no... claro). Veremos.
Y qué decir de la gran Martina!
Catalina Dluggi, quiero tu renuncia para mañana en mi escritorio. Por tonta, burra y por tu falta de gracia u ocurrencia para hacer interesante cualquier película. Ni una pizca del encanto o la solidez de Martina, ni una!!
Besos con pochoclo!
Disfruté la crónica y me has convencido para ver el filme. Estoy muy de acuerdo con lo que cuentas y cada vez me interesa más el cine mainstream: no sólo como espejo de nuestras patologías, sino también como vehículo de una pequeña subversión controlada. Quizá algo está cambiando desde la desaforada testosterona de los ochenta, y si así se mueve alguna conciencia, con eso basta.
ResponderEliminarTu compañía ha sido, además, excelente. En pocas películas aprendo tanto como cuando las veo con mi sobrino de seis años, mucho más atento que yo (y sin el lastre de las enojosas categorías conceptuales que se interponen entre yo y el mundo).
Buenísimo,
te abrazo
Al menos la gente está hablando de Avatar, muy explícita para mi gusto esa relación con Eywa; I see you. Suerte.
ResponderEliminarLa vi, y también se me ocurrieron algunas de las cosas que planteas. Con lo de Dalí totalmente de acuerdo. Crítica al capitalismo, bueno, puede que sea para vender más entradas. Ahora si sirve de algo, bien está. Desconfío mucho de los ecológicos que quieren que no se destruya los paraísos a los que van de vacaciones, con su PIB repleto.
ResponderEliminarTú eres tú y Martina, no me engañas.El desdoblamiento es eficaz.
Una delicia el post.
¿Tanta admiración será buena...?
¡Una fenómena Martina! La peli todavía no la vi pero está en mis planes desde ahora. Me encantó tu crítica. La que vi es Delgo, la cual dicen que Cameron plagió y le hizo juicio (vi comparaciones de escenas, del arte y de planta de cámara y son muy parecidas, habrá que ver la historia). Besos.
ResponderEliminarHola Pajaro. Me encanto tu critica, te dejo al mia, que va por el mismo lado. Saludos.
ResponderEliminarVino mi cuñado de visita a casa, y para no tener que recibirlo me fui al cine.
Fui a ver Avatar, del canadiense James Cameron, director del recordado y extenso bodrio melodramático Titanic; que antes ya había plagiado y dirigido la tambien taquillera Terminator, protagonizada por el hoy gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, quien trata de salvar de la quiebra al tesoro de su estado promoviendo los libros digitales, en el sistema educativo, y la despenalización del comercio de marihuana.
El argumento de la película es una mezcla de Pocahontas, Danza con lobos, El último Samurai, Dinotopia... etc, en un pastiche insufrible tipicamente Hollywoodense.
Es una de vaqueros ingenuamente revisionista, solo que en vez de indios, los buenos son los alienígenas. A los cinco minutos ya sabes quien es el bueno, quien el malo, quien se queda con la chica y quien tiene una muerte horrible, en justa retribución de su maldad. El capitalista, por supuesto, al final se salva: no tiene sangre en sus manos, para eso tiene a la policia , el ejercito y participación accionaria en alguna de las corporaciones dueñas Hollywood.
Está editada de un modo lineal, carente de cualquier originalidad y tan mal hecho, que en al menos dos oportunidades tienen que recurrir a una vos en off, que relata una escena que falta y otra que no se entiende sino se la explica. El desarrollo de la trama es chato, previsible y aburridísimo...!
... insisto: ABURRIDISIMO...!
Sigourney Weaver hace el mismo papel que en "Gorilas en la niebla", solo que esta vez trata de salvar extraterrestres en lugar de simios, y solo que esta vez está mas entrada en años, en kilos y cansada. Y ya no esta para cazar Aliens, tal vez por eso quiere haceres amiga de ellos...
Algunos detalles son francamente estúpidos, como que los alienigenas se conecten a sus caballos de 6 patas o a sus pterodactilos biplanos, con una especie de conector USB biológico que tienen en la punta del pelo trenzado.
El 3-D es intrasendente, a los pocos minutos te olvidas que está y solo queda la incomodidas de los anteojos. Los personajes digitales y el ambiente recreado no aportan mayor novedad, tal vez por lo intrasendente de la historia.
El cine 3-D no sirve, no hace falta, nuestro cerebro ya realiza el trabajo sin necesidad de artilugios, ¿o acaso cuando vistes Salvando al soldado Rayn, la sangrienta escena del desembarco del Dia D, pensastes: "a esta escena le falta profundidad, es muy 2-D..." ?
¿Hay que decir algo sobre ecología?, ¿es serio pensar que Hollywood, una industria corporativa, dedicada a la destrucción de la diversidad cultural en todo el planeta, como medio para maximizar ganancias, promueva valores de responsabilidad con el medio ambiente y solidaridad con los pueblos menos desarrollados? ...no jodas!
El tedio opera sobre la subjetividad del tiempo, por eso esta película se hace tan larga que a la mitad hacen una pausa, se encienden las luces, y el caramelero te despierta para tratar de venderte otro balde de palomitas de maiz, carísimo! ...mientras despertás, tenes la sensación de que te están asaltando.
26 $ la entrada!, la siesta mas cara de la ciudad...
No se cuando voy a escarmentar y dejar de caer en estas estafas yanquis.
Supongo que Cameron conseguirá con este nuevo engendro taquillero, dinero suficiente como para hacer otra serie de sus fanáticos documentales para el History Chanel , fundamentalistamente cristianos, en los que cree probar que la biblia es un texto rigurosamente historico.
Esta vez, tal vez trate de demostrar que Santa Claus existe, y nunca fue empleado de la coca-cola, y que los Reyes Magos no son los padres.
y ademas, tu lectura de avatar me parecio excelente, por todo las ideas que te dispara y por las valoraciones inteligentes y originales que ases.
ResponderEliminarAbrazo!
Patochadas, puede que lo que digas es verdad, pero...despierta!! es una pelicula, y quieras o no, las peliculas te acen soñar cosas que jamas o nunca vas a consegir
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