PÁJARO DE CHINA
viernes, 12 de marzo de 2010
I.
Un hombre de dulzura extraordinaria
ora por mí, que no sé orar.
Un hombre de dulzura extraordinaria
pregunta al clérigo si puede resucitarla, a ella.
Un hombre de dulzura extraordinaria
no revela su propio diagnóstico.
Un hombre de dulzura extraordinaria
anota amorosamente los márgenes de sus libros.
Un hombre de dulzura extraordinaria
llama cada noche para preguntar cómo ha sido mi día.
Un hombre de dulzura extraordinaria
advierte los mínimos detalles nuevos de mi casa.
Un hombre de dulzura extraordinaria
me besa la frente, tomándome la cabeza entre las manos.
Un hombre de dulzura extraordinaria
memoriza los versos de la biblia.
Un hombre de dulzura extraordinaria
lleva un cuaderno de preguntas que lo atormentan,
un cuaderno de tapas despegadas,
un cuaderno de páginas rotas,
un cuaderno de caligrafía supuestamente desquiciada,
un cuaderno de palabras inconexas,
un cuaderno de razones para ser feliz
en el infierno que asedia su cabeza.
Un hombre de dulzura extraordinaria
intenta retener los nombres de quienes ama.
Un hombre de dulzura extraordinaria
puso su fe en mis venas, que no tienen su fe.
Un hombre de dulzura extraordinaria
leyó un poema en mi cocina.
Un hombre de dulzura extraordinaria
pregunta al doctor si puede irse tranquilo.
Un hombre de dulzura extraordinaria
está aterrorizado y besa su rosario.
Un hombre de dulzura extraordinaria
aplaca y sosiega mi terror.
Un hombre de dulzura extraordinaria
atraviesa tiernamente su soledad insoportable.
Un hombre de dulzura extraordinaria
es cubierto con una sábana.
Un hombre de dulzura extraordinaria
me ha dado a su hijo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Querido pájaro, acabas de hacer la oración mas tierna y sentida que he leído en mucho tiempo.
ResponderEliminarEse Hombre de dulzura extraordinaria te enseño a orar como lo haces cada vez que escribes.
Gracias por compartir. Mil besos
En este tipo de poemas, no es fácil averiguar dónde ni cómo detener el paso. Pero de ello depende no sólo el poder de convicción de la emoción humana que provocan las reiteraciones, sino la capacidad del poema para dejar de ser del autor y convertirse en tarea que nos toca concluir a los lectores. Tú lo has logrado aquí, enmascarando los momentos trascendentes en una red de momentos cotidianos de tal modo que de esta aparente ocultación surge, precisamente, todo su poder evocador. Te felicito.
ResponderEliminarCarlos
Cartas en la noche
Eso es un hombre, mejor dicho, un ser mágico.
ResponderEliminarun beso.
Un poema de dulzura extraordinaria se sienta en mi regazo y me susurra al oído.
ResponderEliminarSonrío...
Ese hombre parece mujer...o más bien tiene todo aquello que suele faltarle a los hombres...UNA DULZURA EXTRAORDINARIA.
ResponderEliminarQue belleza de poema para un hombre de dulzura extraordinaria, para el padre de quien supongo hace tus dias mas felices. Deduzco que la manzana no cae lejos del arbol pues de ser asi no estaria entre sus seres amados; que sos una constelacion de ternuras y verdades.
ResponderEliminarHermoso. No puedo decir más.
ResponderEliminarQue suerte la tuya, difícil Pájaro de China...
ResponderEliminarUna oración o, mejor aún, una letanía poetizada que sostiene y consuela. Para repetirla en silencio y bajito. para grabarla en la memoria y colocarla bajo el cristal de la mesa. Para encontrar fe y fuerzas.
ResponderEliminarBesos, Pajarito, que ando perdida con tanto lío que genera la vida.
Eso es poesía, cuando se la vive.
ResponderEliminarUn poema para leerse en el reverso de una estampita, o de una foto, que al caso, viene a ser lo mismo.
Abrazo
Querido Mariel, hace mucho que quería regresar a este cobijo, pero ya sabés, también hay tiempos que nos exigen estar en otras partes, entregarnos a otros latidos.
ResponderEliminarAún así, ¿cómo no querer sumergirse en esa dulzura orante, que revive nuestros muertos, que despierta lo que queda en los rincones huérfanos de nosotros mismos, haciéndonos creer otra vez en esas experiencias que dejan fecundar abrazos?
La gracia, al menos para mí, es ese otro que nos habita, incluso con su "cuaderno de preguntas que lo atormentan". Qué otra cosa es vivir, sino la promesa de dulzura y el desasosiego de caminar. Ahí está esa caligrafía, las roturas y también las costuras mínimas pero ciertas que abren a la incerteza de la felicidad.
Hay que repetir esa dulzura sin cansancio; y repetirla también con lo que ofrenda ese otro: un otro capaz de acompañarnos también en el dolor.
Va una abrazo inmenso,
Arturo
hermosísimo!!! me apabulla el hombre de extraordinaria dulzura que no encuentro...a vos Pájaro todo un abrazo de amor.
ResponderEliminarCuanta belleza!
ResponderEliminarSolo puedo decir que me has conmovido.
Bellas letras + bello sonido ambiente = este blog de Puta madre!
ResponderEliminarSaludo y beso
Un hombre con tanta dulzura tiene que haber sembrado grandes cosas. Y es magnífico que en esa labor generosa de siembra, también haya aparecido un pájaro tierno y sensible para acompañarlo.
ResponderEliminarBellísimo, Mariel.
Como un mantra, como una plegaria, como una oración. Doy pasos a tu lado, te beso delicadamente.
Ahora necesito darme una vuelta por el pasillo de mi casa. Abriré uno de sus balcones --mi casa está llena de ellos, para mojarse con la lluvia--y tomaré ese aliento que se me escapa. Miraré el cielo gris de este día, mientras tú cobijas la dulzura en mi alma. Apoyaré el codo en la barandilla, mi mano sostendrá mi mentón, y un pañuelo enjugará mis lágrimas a falta de alguien se las beba y me envuelva en un arrullador abrazo... Entraré cuando el frío haga mella en el marfil delicado de mi esqueleto, frágil como yo. Procuraré respirar profundo y sostener la vida con todas mis fuerzas, pese a la soledad de este pasillo largo que me pare donde me pare, es el gran revelador de mi existencia que necesito auto-afirmar para saber que sigo existiendo.
ResponderEliminarVos si que brillás, pero como mi estrella. Hoy formás parte de mi luz.
Y decís que no sabés orar?
ResponderEliminarY eso? qué es?
Qué lindo tener un hombre así...
Sana envidia.
Baci
¿Se perdió mi comentario? Era bonito...
ResponderEliminarEntonces no todo está perdido
ResponderEliminarUn abrazo
Te envidio.
ResponderEliminar