Tira de la cuerda interminable.
Enrolla cuerda que se deja enrollar.
Porque esta cuerda sabe lentamente estrangular
el cuello del que enrolla. No le hables.
¿Qué te podría decir? No es responsable.
La repetición obtura su pabellón auricular.
Las teorías se enroscan en tu paladar.
No hay lector, no hay efecto deseable.
No hay efecto. No hay intersección.
La fractura se tragó el idioma
entre el hombre que va enrollando cuerda
y el que escribe sobre el hombre que enrolló
su presente a la cuerda que es un coma.
Sus lenguas se bifurcan. No concuerdan.
En esas lenguas cosidas no hay quien muerda
porque el coma se las come a las dos.
No se corta la cuerda. No hay cuchillo de voz.
Instalación: Liliana Porter, Trabajo forzado.
La opresión durará toda la vida? ¿Para ella no existe la muerte clínica, para desenchufarla de las máquinas y que se vaya a algún barrio muy lejano...como el fin del mundo?
ResponderEliminarTu voz le pone filo al cuchillo.
Un fuerte abrazo y besos
Se me ocurre que las cuerdas son inútiles, que jamás podremos asirnos firmemente a una para entendernos, a nosotros mismos y entender a alguien. Alguien miente o todos mentimos, o nos escondemos. Quizá, no querramos cuerdas, no entender nada.
ResponderEliminarNo hay cuchillo de voz! ¿Quizá nosotros somos el filo?
ResponderEliminarbesos
No hay cuchillo de voz, es cierto, pero hay palabras que liberan, que desatan y desenrollan. Lo que muchas veces no hay, es quien quiera escucharlas (porque tiene los oidos y pensamientos enrollados)
ResponderEliminarNo hay lector.
ResponderEliminarNo hay quién oiga.
No hay voz.
¿Para qué tanta cuerda?
La simulación, tal vez
...Chère Mariel...
ResponderEliminar...Vuelvo a darle de comer a tu pájaro después de meses encerrado en el laberinto del cabaret...
...Veo que el pájaro sigue saludable y volador...
...Te mando besos, abrazos y carantoñas a mansalva...
La tensión de las cuerdas, el cuchillo de voz sin filo, impotente, el coma que come y la obturación de la garganta. Debe de ser también impactante esa instalación.
ResponderEliminarUn placer como siempre leerte, y además con el Gloria de fondo...
besos, besos, besos
Además de todo lo que ya te han dicho, además de ese entusiasmado asombro por esos versos, el asombro aumenta cuando se considera que lo has hecho en soneto con estrambote, una de las cosas más difíciles, y que lo has hecho impecablemente.
ResponderEliminarUn gran beso, Mariel.
¡Cortad las cuerdas!
ResponderEliminarNo quiero los líos que lían
No quiero las cuerdas que atan
No quiero los ovillos que ovillan las almas y las derrotan.
¡Qué levante la voz el poeta¡ y afile su pluma para romper la soga.
Besos