PÁJARO DE CHINA

domingo, 2 de mayo de 2010

EL NACIONALISMO AL PALO


Solo Mujer de Olé juega sin importarle el resultado.
Ella sí sabe de qué se trata. 

Solo Mujer de Olé (vuelvan a ella)
puede completar el círculo.  


Dos acontecimientos funestos se aproximan como el Tiburón de Spielberg bajo el agua: el Bicentenario de nuestra supuesta independencia nacional, como si Argentina hubiera nacido el 25 de mayo de 1810, y el Mundial de Fútbol en el continente donde los buitres comen la carroña de los desharrapados desde hace siglos. Dos siniestras jeringas de anestesia saludadas con fuegos de artificio.

Un "país" se funda, fáusticamente, sobre una cultura preexistente aniquilada y sobrevive en base a la noción de pertenencia y diferencia, de otras culturas a las que usualmente desprecia o ignora, o cuyos integrantes desearía moler o efectivamente muele a golpes. Un "país" es una máquina de triturar la polisemia y aplanar con bota de hierro el diccionario. Un "país" se especializa en devorar sin culpa a sus mejores hijos: los que ponen el cuerpo para construir otro país. Un "país" es un puesto de merchandising en el que las banderas y las escarapelas equivalen a vendas en los ojos. Un "país" es un manual escolar más eficiente que el tratamiento Ludovico.

Un país necesita un listado de próceres vaciados de miserias y funciona gobernado por miserables, altamente entrenados en la supresión de quien conserva al menos un jirón de pureza. Un país embarca a sus adolescentes en guerras demenciales y los devuelve a sus madres en un cajón envuelto con la enseña patria, cuando los devuelve. Cuando no los convierte en huesos arrojados en fosas comunes o cuerpos enterrados en una isla.  

El inminente Bicentenario será una excelente oportunidad para exaltar el sentimiento patrio con hipócritas y vacuos discursos de ocasión; cantar el himno con la mano en el pecho y la mirada perdida en un más allá que supuestamente está más acá pero nadie quiere explicar en qué consiste (con planes concretos, números y estadísticas); y organizar tranquilizadores festivales "nacionales y populares", en actos que deberían reducirse a un minuto de silencio para empezar a preguntarse por qué a doscientos años de ser supuestamente libres casi la mitad de los argentinos muerde el polvo y seguimos pidiendo préstamos, con el benéplacito de las corporaciones gobernantes de las que la dirigencia política es empleada a sueldo suculento.

Soy apátrida en términos del Bicentenario. Mi patria es una constelación de amores cuya nacionalidad es irrelevante.

La exaltación nacionalista con ávidos sponsors se viene en combo. En el césped sudafricano, frente a tribunas ocupadas básicamente por turistas adinerados (en el continente donde Santa Teresita de Calcuta, la devota aliada de los papas, curaba las enfermedades terminales con amor mientras los deshauciados se espantaban las moscas de la cara, nadie sabe qué es Internet ni tiene tarjetas de crédito para comprar entradas y mucho menos los billetes que cada entrada cuesta) se enfrentará una fracción de esa entelequia denominada "concierto de las naciones", alegadamente "hermanada" en una fiesta que recuerda las campañas de Benetton, mientras se frotan las manos los capitanes de la industria futbolística calzándose en los ojos el parche de gala del pirata.  

Ay, cuánto nos querremos entonces. Nos abrazaremos frente al Obelisco y los jugadores le darán a la gente, con viento y provisoria disolución de egos a favor, la alegría que tanto necesita. La misma alegría de las telenovelas y los concursos de baile televisados. La alegría provisoria que permite resistir la violencia de la miseria y de los hospitales y las subterráneas crisis de sentido. No hace falta mundializarla y mucho menos reproduciendo la infame lógica binaria de los ganadores y los perdedores, es decir, la lógica capitalista de la guerra.

Pero ya que estamos y si la cuestión es darle alegría a algún corazón, seamos solidarios y que gane el seleccionado de los más pobres. Soy de Ghana. 

Si esto es lo que tenemos, ansiemos lo que todavía no existe. Seríamos vasallos o señores feudales, todavía, si no colocáramos la reflexión delante de lo que tenemos a la vista y no a la par o detrás, aplaudiéndolo como serviles genuflexos o detestándolo sin buscar la salida.

El próximo 25 de mayo escucharé todo el día esta canción.



14 comentarios:

  1. Pensaba justamente qué difícil iba a ser vivir en este ispa este año...
    Habrá que apertrecharse, Pájaro, generar aunque pequeños, los espacios de resistencia, desplegar banderas de colores sobre la celeste y blanca, festejar cuando nada pase (o sustraerse).
    Un abrazo

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  2. Cuando decís:"Un país necesita un listado de próceres vaciados de miserias y funciona gobernado por miserables, altamente entrenados en la supresión de quien conserva al menos un jirón de pureza.", supongo que lo que querés decir es que un país gobernado por miserables es, en sí, un país de miserables.
    No lo puedo entender de otra forma, ya que los que nos gobiernan salen de nuestras entrañas, los que nos enseñan, los que nos curan y los que hacen arte, también.
    Yo creo en los países como creo en las convenciones que el hombre urde para existir, para ordenar el caos, o desordenarlo quién sabe. Como creo en el lenguaje o en las leyes jurídicas.
    Aunque claro, los sentimientos pueden estar expresados con claras líneas de hipocresía o cinismo. En ese sentido, puedo aceptar que éste sea un país de miserables, aunque no veo por qué deba ser así para siempre. Las cosas están para ser cambiadas, y se puede.
    Porque también creo en aquellos que aman a su patria o a una idea, sin tener que atarse a la condición del fanatismo o fundamentalismo.
    Un besho.

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  3. Gracias Pájaro.
    Siento que somos muchos los que jugamos sin que importe el resultado. En realidad importa, pero no supeditamos nuestro juego a eso, nos divertimos en el intento y disfrutamos el transitar el campo de juego batallando contra lo imposible.

    Comparto tu impronta, tu nervio y tu bronca ante la aceptación así nomás sin vacilaciones de circunstancias dadas. Pero no puedo decir que no soy nacionalista, simplemente porque no es cierto, me estimulan y me conmueven algunas cuestiones de pertenencia a esta geografía, a esta corta historia de injusticias, a este conjunto de miserables. Y me encanta relacionarme con otras culturas, con otras verdades, con otras ideas sintiéndome de acá y abriendo mi corazón curioso y argentino.
    El Bicentenario me importa nada pero no puedo decir lo mismo del mundial. El evento en sí es casi sagrado. Es un gran partido de fútbol compartido por muchos países, con los mejores jugadores del mundo. Que esté teñido de todas las cuestiones comerciales que rodean a casi toda cosa que se haga a gran escala hoy en el mundo, no es culpa del fútbol, sino de las reglas del capitalismo mundial que lo tiñe todo. El fútbol debería ser alegría, sólo eso. Me sumo a cantar la canción, imaginando y deseando que vuelva a ser eso.
    Suprimir la alegría tampoco garantiza mejores condiciones ni sociales, ni políticas ni económicas para nadie.

    Gracias Pájaro
    Sé que aunque no pensemos igual en todo, podemos llegado el caso armar equipo. Y está bueno.

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  4. Sólo sé que ojalá el mundo funcionara de otra manera y en Argentina se estuviera de otra forma. ...Sí no es mala idea escuchar esta canción de Lennon...mi querido Lennon.
    Abrazos y hazme un lado que yo también la escuche!

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  5. http://200.49.156.21/oxoadmin/mediamanager/media.view.php?idlink=a45613e8740

    espero que se pueda ver...

    a mí algo me moviliza el mundial, claro y el "bicentenario" me da pena.

    Besos Pájaro.

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  6. "Mi patria es una constelación de amores cuya nacionalidad es irrelevante."

    Mi patria es una mezcla de tierra y sangres que, a pesar de lo que se cocinaba y se cocina sobre ella, dio a luz hijos tan iluminadamente locos que fueron a buscar país por país una libertad que olían enterrada. Una libertad que antes corrió por las venas de gente hecha de sol y esa misma Tierra y se fue metiendo en otros escondida en el trigo con que amasaron su pan.
    Cada tanto los de mi patria somos mucho (como ahora, como antes) y entonces con el mismo pie, nos hacen desaparecer de nuevo bajo la tierra, en los ríos.
    Y siempre volvemos al trigo.
    Cada vez que la encuentro en ojos y manos le festejo lo milenaria y certera, porque aunque se cansan de matarla, respira.

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  7. "La patria son los amigos", decía Luppi en Martín H. Ya quisiera tener yo un amigo como Poncela!

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  8. Todo lo que arrastra la masa en detrimento de la conciencia nos trae unos resultados destructivos para el individuo y su tribu.
    Viví al lado de un gran estadio de fútbol y mis recuerdos de los domingos....uffff

    Dices:
    (Si esto es lo que tenemos, ansiemos lo que todavía no existe.)..exactamente, somos viajeros al infinito.
    Volemos alto, muy alto.
    un beso.

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  9. El mundo oculta sus máscaras de miedo. Abramos ventanas, puertas, corazones: Esperanza es el grito del espanto que clama el corazón para construir un mundo mejor.
    Gracias por este espacio.
    Un abrazo.
    María

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  10. Es natural que nos de un poco de miedo. Es el pasado lo que condena y el no saber aprender de los errores. Cómo puede costarnos tanto!?

    Aún así, queda mucho por delante.


    Besos Pájaro.

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  11. Yo, como mujer de ole, creo que el mundial es casi sagrado. Son puntos de vista igual...y entiendo que este pensamiento puede venir de mi pasion por el futbol...por lo del bicentenario...me hace tanto ruido, me da tanta bronca que se piense que antes de los españoles no habia nada...porque estan diciendo: nuestra historia cumple 200 años...perdon?! y todo el resto? terrible.

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  12. También "Mi patria es una constelación de amores cuya nacionalidad es irrelevante".
    Querido pájaro, es bueno saber que pisamos el mismo territorio aunque sea en continentes separados por océanos. Porque apenas tropezamos con las alambradas o el camino que termina en el acantilado, podemos compartir constelaciones.

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  13. Para ser país, hay un ingrediente primordial que no hemos logrado conseguir en 200 años: la identidad. Sólo sale en los mundiales de fútbol. Ahí, estamos todos fanatizados con la celeste y blanca. Ahora en los actos escolares, cada vez son menos las voces que cantan el himno. Hace rato que me considero una ciudadana del mundo, de este planeta Tierra que también estamos descuidando y negando. Pero todavía tengo fe en que las nuevas generaciones tienen lo que se necesita para cambiar al mundo. Por eso mismo me sumo y yo también voy a cantar:

    Imagine there's no countries
    It isn't hard to do
    Nothing to kill or die for
    And no religion too
    Imagine all the people
    Living life in peace...


    John puede haber sido un soñador, pero definitivamente no es el único.

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  14. Ay, que acertado y contradictorio a la vez, acertado porque dices verdades como puños y contradictorio porque como humanos caemos en esas lindezas de patrias irracionales y consumos lamentables, yo me enamore de una "argentina" y Gardel, Independiente y Piazzola entraron en mi como un sable que descuartiza. No se puede evitar, somos humanos, ratas imperfectas que necesitan selecciones y patrias para poder seguir tirando en este mundo que está tan lleno de "miserables" que mencionas, ellos son los más interesados en alimentar esas necesidades para que sigamos anestesiados y que no nos preocupen otras cosas. Importante medida la de dar los partidos en las escuelas. Tenemos nuestra propia “soma” para seguir felices.
    Pero como me ha gustado lo que has escrito, Mi Galeana particular, siempre pensé que llegarías a escribir para que te leyeran. Como me ha recordado a Las venas abiertas de America Latina. Es un placer leerte y más cuando bajas a la realidad, al estomago, a lo evidente, a la piel. Enhorabuena me ha encantado la reflexión.

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