PÁJARO DE CHINA

jueves, 6 de mayo de 2010

HANSEL & GRETEL


En puntas de pie, apoyaron las manos firmemente sobre el mostrador. Sabían que a esa hora el recepcionista dormitaba. Habían controlado sus movimientos en rápidas visitas clandestinas al hotel. “Mi nombre es Hansel”, dijo él, con aroma a colonia y peinado con raya al costado. “Yo soy Gretel”, susurró ella, con los labios pintados de rojo carmesí, jugueteando con un collar de perlas falsas. Habían ensayado la escena hasta el cansancio.

Inspeccionaron fascinados la habitación en la que solo se quedarían una hora. Una hotel desconocido era la primera escala, inútil pero hermosísima, del plan. Abrieron las dos maletas con rueditas.

Ahí estaban los camisones, el pijama de algodón, los pantalones de jean y los vestidos a cuadros, los libros de aventuras, una pelota de fútbol y un oso de peluche. Faltaba el contenido habitual: los manuales de historia, los diccionarios de inglés, las carpetas de lengua y matemática, la etiqueta que identificaba cada elemento como propio y, en cada uno de los múltiples cuadernos escolares, el cronograma de las actividades sucesivas de cada jornada completa, incluidos los entrenamientos deportivos y las clases de disciplinas artísticas.  

Contaron nuevamente los billetes. Los de sus propios ahorros incrementados en cumpleaños y navidades varias y los que habían robado de la caja fuerte de sus padres. No se trataba de un robo, sino de una compensación.

Se tumbaron boca abajo sobre la colcha descolorida de la cama y extendieron un mapa enorme de la República Argentina. Cerraron los ojos y contaron al unísono hasta tres, trazando círculos imaginarios sobre el mapa. Irían en tren, en autobús o en lo que fuera al bosque más lejano. El índice de Gretel se clavó en los árboles frondosos de Misiones.


Echaron candado a las maletas, se repartieron en partes iguales los billetes, los guardaron en unos sobres de tela que se habían cosido a la ropa interior que llevaban puesta y volvieron al mostrador con una seguridad aterradora.

“Cambiamos de idea y resolvimos hacer otro viaje. Por eso nos vamos tan rápido”, explicó Hansel con tono decidido. Gretel asintió con una sonrisa irresistible. El recepcionista se desperezó.

Frente al hotel había una oficina de correo. Dictaron, alternándose en perfecta armonía, las palabras del telegrama: “Carmen, gracias por cuidarnos tanto. Avisales a papá y mamá que se queden tranquilos. Ya no estamos secuestrados. Todos nuestros juguetes y la ropa que dejamos son para tus hijos. ¿Eran siete? Les van a sobrar. Nos fugamos”.


10 comentarios:

  1. Pájaro, tu no eres escritora. Tú eres una artista. Y a mí este cuento me encantó. Siempre te leo, no siempre comprendo, pero siempre te admiro. Un abrazo

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  2. La versión del cuento me gusta mucho más que el original. ¡quizás, el original era más perverso!
    No sé, después de muchos años de analizar las obras, los cuadros, la vida y la política, me he quedado sin criterio. Ahora admiro las posturas radicales y empáticas.
    Me iría al bosque con esos niños, pero claro ellos no lo aceptarían. Hacen bien.
    Mariel, tus noches son mejores que mis días.

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  3. odio tu página
    pájaro de china
    siempre me pongo en envidencia
    al leerte
    odio tu página
    porque sólo puedo amarla
    fuck

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  4. Que bueno que vengan a la Argentina. Es casi, después lo sabrán, un viaje iniciático.
    Y aunque se sabe que pocos han regresado del infierno, de tu mano alcanzarán la apoteosis.
    Besho

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  5. Queremos saber más. Sígueles en el viaje, por favor. Es un gran arranque para contar una gran aventura. Saber cómo se lo montan, como se cuelan en los trenes, qué comen, dónde duermen, cómo pasan inadvertidos o disfrazados entre los adultos. Es muy paradójico : parece el cuento contado al revés y sin embargo está del derecho

    Puedes llegar a Misiones con dos golpes de ala.

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  6. Reconstruyendo el mundo a través de los pasos.
    Dejarse atrás como sinónimo de esa construcción.

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  7. Ya no estamos secuestrados...
    Aunque la forma de redacción no es ese manantial imparable de algunas veces, el manantial de ideas no deja de estar. No sé incluso si somos capaces de captarlas todas, siempre me queda la interrogante de si no se me está escapando algo cuando te leo!!!!

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  8. Del secuestro pasaron a la aventura.
    El lobo los espera a cenar, la bruja los llevará a un karaoke y algún ave exótica les prestará su plumaje, tibio y suave.

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  9. Hoy mismo soñé con ese hotel y mi escapada pero no se me ocurrió ni lo del mapa ni lo del dinero. Sosprendido en mi penuria, carente de bienes monetarios y sin plan de viaje (si careces de mapa, ¿alguien va a creer que en verdad eres viajero?) la gerencia del hotel accedió a que pagara la deuda por la habitación usada (y los botellines consumidos) con el torpe trabajo de mis manos en los urinarios. Veo a tu Hansel y Gretel tan peinaditos y organizados que tomo conciencia de la diferencia de clase. Limpio el último pis de los niños aventureros en el hotel, la orina de su fuerza.Quizás la próxima vez no olvide ni el mapa ni el dinero.

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