PÁJARO DE CHINA

miércoles, 27 de octubre de 2010

XXI.




Que el cable entre en mi boca,
anestesiada.
Quién sabe yo dónde estaré.
En esa parte de mi vida que ignoro
ruedan hojas irreales en un parque.
No se dejan asir.
Llevo un vestido con flores cosidas en la falda.
Que la cámara montada en el cable
filme inmutable los pequeños desastres
de mi cuerpo.
En esta parte de mi vida que intuyo,
no podría estar más cerca de mí misma.
Estoy hundiendo la cara entre mis órganos.
La proximidad es insoportable.
Mi inermidad me aterra. Esta irreversible soledad.
Mi inermidad me provoca cierta ternura.
El gesto de tener que dejar mi ropa afuera.
De bajarme despacito los pantalones,
doblar la camiseta lentamente,
acomodar mis borguecíes, vacíos,
bajo un banco impersonal y ajeno.
Juntarlos para que se hagan compañía.
Colgar el bolso de un perchero y cerciorarme
de que adentro quedaron los cuadernos,
los lápices con estampas de animales,
tu mariposa de papel.
Estar desnuda como cuando nací.
Cumplir la promesa de regresar a Marienbad.
Deletrear los nombres de las fuentes de Roma.
Elegir un color al que entregarme y declinarlo.
Todo mi tiempo suspendido,
mientras la cámara baja.
Pasan todas las fotos de mis días,
mientras la cámara captura fotogramas.
Después, que el cable tire y salgan por mi boca
los restos obstinados que se pudren.
Cada vez tengo menos carne.
Que quede lo que sirva para resistir.




6 comentarios:

  1. En noches así yo sé dónde estarás.

    En mi cuerpo adentro, en la piel profunda, en el límite en que uno se diluye en materia y el pensamiento descubre que el cuerpo no tiene fondo, y halla, en ese mismo vértigo, el reposo

    lo que quede servirá para resistir, y será tan hondo, tan sin fondo, será una urdimbre de colores con la que se podrá tejer un perro, o el mundo, o un poema,

    y sobrarán hilos, aún, para imaginar el bosque y perderse en él, inventar la desnudez y un naufragio de tiza en la pizarra reseca,

    desbautizar los nombres y devolverle al alarido su dignidad, al silencio su liturgia y al cuerpo su gozo (en lo calentito-mamífero de la lengua por venir)

    todo será sin tiempo. Tiempo fuera de la mente. Pero estaremos en un vaivén de adentro a fuera, velando mientras se cuece el barro,

    y no te dejaremos caer

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  2. aunque no hable...siempre estoy, leo, y me emociono como el primer ecrito que lei de tus patitas escrito.
    este particularmente me movio los organos..esta no es insoportable sino recorfontante sensacion de organos. que estan ahi y se mueven.

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  3. "y no te dejaremos caer" no en días como este no, ni en los venideros ni en el mucho futuro que está a la vuelta de la casa de color pastel.

    te queremos a lo bestia, querida mariel, y aquí tienes toda mi fuerza y toda mi debilidad para que la uses a tu antojo. todo lo que soy plural.

    sé que sí, es algo que sé, sin más, así que no hay preocupación. es una enorme intuición. confío en ella como en un animal, por eso.

    te queremos y te lo diremos siempre. hablamos pronto,

    besos,
    ò.

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  4. Extraño poema, amiga. Me ha dejado la sensación como si te hubieran pasado por un escáner, por si nos pasaran a todos por el mismo aparato.

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  5. Si puedo recoger alguna de tus plumas y con mi abrazo retornarlas al huequecillo de donde salieron.
    Si puedo con mi aliento dar calor a los borceguíes, fríos bajo el asiento.
    Si puedo con mi dentadura sonriente morder la vida y darte un trozo.
    Si puedo echar a volar mis besos en la madrugada.
    Y que te lleguen, indemnes.

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  6. Es el poema de la desnudez. Ata habla de un escáner, yo recuerdo esas viejas cámaras de súper8 que ofrecían imágenes levemente aceleradas y colores bastante vivos. Atesoran tantos momentos como la máquina de la memoria.

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