PÁJARO DE CHINA

lunes, 14 de enero de 2013

LA EDAD MODERNA (ANEXO DE DAS KAPITAL)






Moctezuma domina el altiplano de Anáhuac.
Su imperio sobrevive inundaciones y hambrunas.
Sale a cazar la sangre 
que provisoriamente sacie la ira de los dioses.
Su ejército se marcha a las guerras floridas,
en busca de cautivos conducidos al sacrificio ritual.
Los astros rigen el emplazamiento de las pirámides.
Tenochtitlán brilla.
La tradición asegura a Moctezuma
que su dios volverá y llegará del Este.
Los aztecas no saben escribir,
esperan la llegada de Quetzalcoátl.
Hernán Cortés tiene sed de aventura,
sueña con embarcar rumbo a las Indias.
(Maldigo mi penacho de plumas de quetzal).
Los cronistas registran las expediciones en sus diarios.
Cortés conoce el riesgo del azar. Cortés calcula.
Moctezuma celebra al dios que ha regresado,
rodeado de exóticos arcángeles e intrigantes objetos.
Cortés rumia
la posibilidad del engaño y la conquista,
armado de caballos y cañones de bronce.
Moctezuma agasaja a Cortés en sus palacios,
su mercado y sus templos,
le obsequia antiguos atavíos sacerdotales.
(Maldigo mi penacho circular y dormido).
Cortés confía en declinar la historia,
para darle su nombre
adelantándose a otros nombres potenciales.
Tenochtitlán sangra.

(Si escribo puedo apoderarme de un reino.
Si entrego el reino al mito del retorno,
abro la puerta a la lengua del ladrón).


                                                        
                                                 (incluido en Rehenes, inédito)



4 comentarios:

  1. Tuyo es el reino, el poder y la gloria. Abrazo.

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  3. Tal vez sea ese el destino de quienes entregan su vida a los dioses, esos fantasmas de existencia tan deseada y tan temida.
    Se que no es creible, pero el dia anterior a que publicaras este poema, de manera compulsiva y en horas de trabajo, abri el browser de la compu y escribi: "quetzal". Y me quede por un tiempo mirando las fotos de sus plumas, y de como se ve al pajaro en vuelo.
    Entrego mi vida al quetzal.
    El no demanda mi vida.
    Te quiero tanto, sis. Tanto.
    V.

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