No me molesta tu cabeza al
peinarme
ni tu elección de
un peinado que limite
el ámbito de
acción de mi único brazo.
Porque el que
debería ser mi otro brazo
es en verdad el
tuyo,
como son tuyas
tantas otras cosas
que, en cierta
forma, también,
me pertenecen.
(Entibia el
corazón que me fue dado,
tremendamente
próximo a tu corazón).
No me molesta que
te corresponda
el pedal
izquierdo de la bicicleta
ni que sea solo
yo la que se ríe
si nos hacen
cosquillas en el perfil derecho.
Me alegra que me nutras de calcio,
porque detesto la leche,
o transmitirte vitamina C,
porque no soportás el jugo de naranja.
Nacimos bajo el signo de los peces.
Somos peces anómalos
anudados en un coxis mixto,
en un único cuello
que enlaza sin herir nuestras identidades.
La anomalía es una cuestión de cantidad,
que duplica la cruz de la bicefalía.
Sacamos dos entradas para el cine.
Soplamos velas en dos tortas de cumpleaños.
Usamos medias y zapatos de distinto color,
de los que sobra uno en cada par.
Me atrapan los laberintos matemáticos;
te hechizan las incertidumbres del lenguaje.
Somos negociación y acuerdo permanente.
Así supimos alinear nuestras cabezas
haciendo frente a las ecografías:
una se hizo invisible antes de nacer.
Nacimos condenadas a hacernos compañía.
Si nadamos recibo
el roce húmedo de tu rostro en el mío.
Al conducir le pido, al pie que te obedece,
que reduzca la velocidad.
Cuando te hirió la neumonía,
tomé tu medicina para verte sanar.
No lo hice porque si no sanabas me moría.
No se trata de que nos necesitemos
técnicamente para sobrevivir,
con nuestros tres pulmones inclasificables,
nuestro hacendoso torso,
nuestras hábiles extremidades compartidas.
Me armaré de pudor cuando duplique
nuestro único sexo.
Cuando te multipliques, mi amor se hará pudor.
nuestro único sexo.
Cuando te multipliques, mi amor se hará pudor.
¿Quién cerrará los ojos y se irá sin moverse
mientras la otra sea penetrada?
La carne alcanzará su grado cero.
(Custodiaré a tu hijo).
Cuando llega la noche
se extiende un solo cuerpo
debajo de las sábanas.
Siento cómo se aquieta el ritmo
de tu respiración.
Hago un esfuerzo y giro,
todo lo que puedo,
mi cabeza para contemplar tu cara.
Tu cara que guarda
los dibujos variables de otro día
seducido y robado
a la máquina tuerta de las predicciones.
(incluido en Rehenes, inédito)
(incluido en Rehenes, inédito)
"Somos peces anómalos
ResponderEliminaranudados en un coxis mixto"
Así somos, rehenes del otro yo. Una de las partes del todo que el tiempo va encajando, aun sabiendo que siempre quedará alguna pieza por poner.
Te abrazo!!
"Me armaré de pudor cuando duplique
ResponderEliminarnuestro único sexo."
Un amor madurado a fuerza de tormentas, el regocijo de compartir.
Abrazos
la carne siempre alcanza su grado cero. y de ahí, hasta el infinito.
ResponderEliminarpero eso es otro cantar.
te abrazo como pez anómalo.
Hacia tiempo ya que esperaba tanta fuerza,..vaya que echaba de menos tus versos.
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