PÁJARO DE CHINA

martes, 9 de junio de 2009

LAS AMPUTADAS

Hay mujeres que, por desperfectos técnicos o decisión soberana, hemos decidido no traer niños a este mundo, ni siquiera de Namibia o de Camboya. La tendencia va en ascenso en los países centrales, donde existen agrupaciones denominadas, por ejemplo, "No Kidding", pero en los arrabales del mundo todavía parecemos padecer una suerte de capitis diminutio involuntaria. Vemos así portadas de revistas semanales con títulos como el siguiente: "Este bebé me completó como mujer". Algo está mal, muy mal, en esta declaración. Los bebés no completan a una mujer. No son una pierna ortopédica que le permite salir a dar la vuelta al perro ni la figurita que faltaba en el álbum. Una mujer que necesita un niño para "completarse" ha vivido parte de su vida "incompleta", lo que realmente es una pena. Y las que no hemos arrojado críos a la existencia vendríamos a ser una especie de mutiladas permanentes, condenadas a la exclusión absoluta en esas amenas reuniones sociales donde las madres, vueltas una cofradía, intercambian interminables consejos y experiencias en materia de pañales, biberones, avances idiomáticos inolvidables y experiencia escolares varias.

De esas reuniones me autoexcluyo al instante, porque nunca pude comprender por qué las mujeres arman grupete por un lado y los hombres por otro. O sí. Supongo que porque esas letanías maternales inducen a un sopor terminal. Como los videntes acaban por olvidar a los ciegos y los oyentes a los sordos, por la única razón de que los videntes y los oyentes son mayoría, esas madres no perciben que a otras mujeres esos temas no les importan ni les interesan, por lo menos salidos de sus bocas. Es mucho más enigmático y revelador escuchar el discurso opaco e inconexo de sus propios niños, en los que puede asomar un diamante filosófico en bruto.

Otra categoría definitivamente insufrible, con honrosas excepciones, es la de la mujer embarazada. Sufre un ataque de pelotudización instantánea, oportunamente agudizado por el mercado al acecho. Se compra libros sobre maternidad (que es como comprar un libro sobre cómo coger o cómo respirar), libros con nombres con los que castigará a sus hijos in eternum (nombres indígenas fuera de contexto, nombres de garcas consumados o nombres inapelablemente idiotas) y no mide, juro que no mide, el alcance de sus soliloquios monotemáticos.

He visto manadas de embarazadas en éxtasis comparar panzas y mostrarse escarpines sentadas a la espera de su turno en laboratorios, frente a pacientes oncológicas físicamente devastadas y con signos evidentes de su patología. Las he escuchado hablar del probable color del pelo de sus hijos, frente a mujeres que probablemente acababan de quedarse con los mechones de su pelo en la mano el día anterior. Existen madres formidables, pero no tengo dudas de que parir un hijo es un acto de narcisismo primario. Y esas conversaciones han sido la prueba más dolorosa de esta certeza. Marguerite Yourcenar afirmó una vez que ella prefería parir libros, porque ya había demasiados niños a la deriva en este mundo hostil.

Puede parirse, también, dignidad y coraje. La sensibilidad no es patrimonio de un género y la femenina excede largamente la sala de partos. En cualquier caso, no necesitamos dar explicaciones. Toda situación (impuesta o elegida) merece ser respetada. Es una sola quien se completa a sí misma. Quien necesite un bebé-Rasti para completarse será siempre un sujeto amputado, a quien le han arrancado las alas, o la sesera.

19 comentarios:

  1. "He visto manadas de embarazadas en éxtasis comparar panzas y mostrarse escarpines sentadas a la espera de su turno en laboratorios, frente a pacientes oncológicas físicamente devastadas y con signos evidentes de su patología."

    Espeluznante! Mi compañera tiene también un fuerte desprecio hacia las embarazadas que se emboban y no paran de hablar de sí mismas y de su bebé, al margen de si la situación lo hace pertinente.

    Ni ella ni yo queremos tener hijos, es algo que tenemos muy claro, aunque aún temo el imperativo hormonal de los 30-40.

    La idea de que sólo una madre es una mujer "completa", es terriblemente obscena y entiendo que te cause esa indignación tan bien formulada: "quien necesite un bebé-Rasti para completarse será siempre un sujeto amputado". No dudo de que tiene que ser una experiencia impresionante, sentir como crece en ti un ser humano, pero también debe de serlo follar con cinco chicas a la vez o que te inserten un brazo por el orto (Mapplethorpe style) y no me siento menos hombre por no haberlo hecho.

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  2. Rubén, bienvenido al club. A mí suelen mirarme ocasionalmente como quien mira a Balthazar (y no al azar), insistirme con el tema de la adopción como si estuviera obligada a ejecutar "el acto más generoso que puede concebirse" (pero que nadie que me lo menciona ha ejecutado, prefiriendo arrojar al mundo una prole propia numerosa) o sugerirme que sublimo el amor por los niños en el amor por mis perros, cuando para mí está claro que se trata de amores muy distintos y no excluyentes. Un cross a la mandíbula tu final. Chapeau!

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  3. jaja la comparación es un poco bruta, pero tampoco hay tanta distancia, son experiencias al fin y al cabo....

    besos de mediodía

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  4. Me alegra que hayas sacado un tema usualmente considerado tabú, y del que ya he aprendido a no hablar en público porque normalmente se me ha replicado con una extremada dureza e incomprensión.

    Mi postura es implacable: traer hijos al mundo es un crimen, y las justificaciones están sembradas de sofismas (el regalo de la vida, etc, como si la existencia tuviera que ser mejor que la no existencia; falacia desde un punto de vista lógico y, me temo, también existencial). Hay que parar la rueda de las neurosis que se encadenan de generación en generación, en esa apisonadora de vidas que es la familia...

    Tampoco oculto mis simpatías hacia el anarquismo y la extrema izquierda (matizadas por ciertas críticas, vale): traer hijos al mundo para que sean esclavos, no, gracias.

    Me alegra que el siempre clarividente Rubén no esté por la labor. Hay que vencer los instintos atávicos del cerebro reptiliano y pensar "racionalmente" (si es que esta palabra tiene algún sentido), al menos en lo que concierne a la gestión y transmisión de nuestra terrible herencia.

    Abrazos

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  5. Jodeer:

    blogger me pide "unwillin"

    Os lo juro, de piedra me quedo,

    más abrazos

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  6. "Unwillin", "unwillin", Stalker, no existe el azar. Besos y abrazos.

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  7. Hola Mariel: entro por primera vez a tu blog para indagar un poquito y he leído esta entrada y sus comentarios- entre otras cosas interesantes que has colgado. ¿De verdad que veis a la maternidad-paternidad así, tan implacablemente? Deja un poco azorada. Porque si bien es verdad que este mundo es un valle de lágrimas y error también es verdad que estamos aquí disfrutando la poesía, la música, el erotismo, esa herida insuturable de estar vivos porque otros fueron puentes. Respeto totalmente la decisión de no traer hijos al mundo ( tengo en mi entorno nuenos amigos que así lo decidieron) y para nada me parece una condición de carencia o amputación. Pero ver la concepción como un crimen... será que estoy más sensible de la cuenta.

    Un abrazo y un gusto leerte.

    Laura

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  8. Hola, Laura, mil gracias por pasar por esta casa. Yo pasé hace un ratito por la tuya y me gustaron mucho, muchísimo tus poemas. Salteaba los ajenos y buscaba y nadaba en los que te pertenecen. ¡Tenés que venir a leer a Buenos Aires! No, definitivamente no siento que la concepción sea un crimen pero entiendo los argumentos de Stalker. Lo que sí es un crimen, invisible e infinitamente doloroso, es el prejuicio que todavía se tiene por aquí algunas veces con quienes no hemos podido o sabido o querido parir y, más aun, la exhibición inconsciente de la maternidad, que es la definición bendita de la fertilidad y la buena salud, frente a aquellos que transitan por la enfermedad y la pérdida. Esa conducta de no poder ver más allá del horizonte de los hijos propios para percibir el dolor o, en otros casos, simplemente respetar y considerar también "normal" la decisión de los demás. Las tejedoras de nidos que aman y custodian la palabra, como vos, jamás incurrirían en esa conducta. Muchos besos.

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  9. Stalker, deberías conocer a mi chica (o mejor no, jaja), es increíble cómo concuerdan, casi literalmente, tus ideas con las suyas. Yo no soy tan radical, no pienso que el mundo ni nuestra herencia genética sea tan horrible, aunque no haya que ir lejos para buscar pruebas. El argumento de Laura "estamos aquí disfrutando la poesía, la música, el erotismo, esa herida insuturable de estar vivos" me parece de suficiente peso para no verlo así, y para mí ese goce es redentor.

    Lo que sí me aterra y me disuade de tener hijos es formar a una persona, marcarla para siempre con mis errores e incluso con mis logros, si los hubiese. Culparle aunque sea inconscientemente del tiempo que me exija. Me asusta muchísimo. A veces me entristece porque es una forma de pesimismo e inmadurez (aunque ya sabes qué opino de ese concepto) y si todos pensaran como nosotros adiós a la humanidad, a Shakespeare y a Bach.

    Complicado, pues.
    Besos

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  10. Podría unirme a este rechazo...

    Pero... Mirar como Jade canta Magma (para los magmafans...)! Igual hay esperanza, jaja.

    http://www.youtube.com/watch?v=52vhtwuGjOA

    Salud!

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  11. Este tema me trae a la mente tantas cosas...

    Empezando por el principio, totalmente contigo Mariel. Me ha impactado lo de las mujeres que hablan sin tacto del cabello de sus futuros hijos frente a pacientes de quimioterapia. Tu última frase recoge toda la idea, y estoy plenamente de acuerdo con ella.
    Respecto a lo que dicen los compañeros, traer un niño al mundo bien puede verse como acto criminal si apelamos al malditismo que rodea al género humano, o como bencición, si saltamos este bache y nos fijamos en las ideas que nos trae Laura.
    Yo realemnte no sabría escoger entre estas dos caras de una misma moneda. Yo nunca quise tener bebés, pero no sé qué Hado me metió en la cabeza querer. Y sin embargo, no es esto lo más preocupante de mi dilema; lo que me carcome realmente es lo egoísta del asunto "yo quiero"/"yo no quiero". ¿Realmente puedo querer algo así, con todo lo que es la vida? tengo que replantearme lo que me pide "mon coeur".

    Aquí hay tema para rato, realmente estaré mascullándolo tiempo.

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  12. Lamento haber sido tan duro. Quería aclarar que mis opiniones son estrictamente personales y no aplicables a la humanidad en su conjunto. También son falibles, derivan de mis experiencias y no son transferibles. Además, el caso es que los niños me gustan bastante, y no encuentro contradicción entre el rechazo "filosófico" y esa simpatía instintiva.

    Me apena que Laura, que es tan tierna, haya presenciado este arranque de ferocidad stalkera...

    besos

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  13. Stalker: La ferocidad y la ternura pueden convivir, sospecho, a veces en el arco de un mismo día. Leí los poemas de Laura en su blog y siento que ella trabaja para suturar la herida, que simultaneámente a otros puede parecer intolerable e insoportable también. Y sí, las experiencias personales, sobre todo el dolor que puedan entrañar, es intransferible, creo que nadie lo puso mejor que César Vallejo en un poema. A mí me gusta tanto la ternura como la ferocidad, así que bienvenidos sean ambos (además, no sé por qué, mi nariz intuye que Stalker es muy, muy tierno ..).

    Portinari, auténtica caja de descubrimientos: Yo tampoco sé muy bien lo que es "querer" o no "querer". Quizá el tema sea del orden del deseo, como tu escritura. Tu escritura y las imágenes que se funden con ella y sus títulos alemanes destilan deseo. Se desea un hombre o una mujer o ambos, el mar o la montaña o los dos paisajes, niños para siempre o niños de a ratos. Se desea salir a la calle o quedarse en casa y a veces el deseo está tan enterrado y oprimido por las tradiciones y los mandatos que ni uno mismo sabe lo que lleva adentro, hasta que llega el día ... Es lo que vos decís, lo decide ton coeur, no tu cabeza. En cuanto al "querer", no creo que el "quiero"/"no quiero" sea egoísta, es un ejercicio de soberanía, de libertad individual. Claro que la vida vale la pena ser vivida (con el Shakespeare y Bach y otros amores de Rubén, la Jade que acerca Bash y tantas otras cosas), pero no creo que se trate de eso en este caso.

    Se trata del deseo de arrojar a otro ser a la existencia (así, brutalmente, en términos heideggerianos), aun cuando esa existencia sea una bendición. No creo que sea egoísta no desearlo. Egoísta es concebir hijos no acompañados ni comprendidos, hijos que puedan disfrutar de Jade o de Bach pero que crezcan solos o extraviados.

    Ton coeur decidirá y quienes te acompañen en el camino.

    Feliz de tener tu faro y la espuma que lo envuelve en esta prolongación de mi casa.

    Hice muy bien en enlazarte.

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  14. Esta entrada se está conviertiendo en un bonito dulce. La vida es entrañable, en sus primeros años sobre todo.
    Llevo tiempo sintiéndolo, pero creo que no fallaré al decir (y ya va siendo hora de decirlo) que Laura es La madre, ella recoge el nido, ella regula las balanzas serena.

    Stalker, no has sido duro, a mi modo de ver; te has expresado como sentías sin ofender, dejando entrever lo que percibo como desesperada impotencia. Quizás me equivoque, probablemente.

    Mariel lo que dices es casi una cura; me viene a la mente el olor de la lavanda con la sensación que me traen tus palabras; es un "a pesar de todo", y por ellos siempre merece la pena.
    Gracias por tus palabras, restauradoras. Me alegra que te cobije la soledad de mi faro. Bienvenida al mar, de nuevo.

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  15. Portinari: Hace horas que conozco a Laura, pero su poema "Los ovarios" me hizo temblar. Y, es raro, temblaba serenamente.

    Y vos sos ... el mar entero dentro de una mujer. Ay, esas bolsitas con hojas de lavanda que ponemos en los cajones, para que la ropa no se ahogue ni se muera de aburrimiento o de tristeza en el encierro.

    Ahí tendrás al pájaro de China, volando hacia el faro cada día.

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  16. hola, coincido bastante con mariel en esto de que a veces me pregunto por que las mujeres que han elegido ser mamas, piensan, imaginan que a TODAS nos interesa lo mismo, pareceiera que de lo unico que son capaces es de parir, y necesitan todo el tiempo demostrarnos y demostrarse a si mismas que sirven para algo; y no lo digo de manera peyorativa, pero muchas veces te apartan si no se habla de cuestiones pediatricas, a estas señoras me refiero; donde no piensan que a algunas mujeres no han podido, o no han querido ser madres, y no señoras les cuento que no se es mas ni menos mujer por ser capaces de parir, tambien me pregunto que les pasara a estas madres cuando sus hijos las dejen, hagan sus vidas o no las aguanten mas y huyan, empezaran a molestar con los nietos?

    besos

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  17. Mariel... vuelvo a tu casita después de leer los comentarios tan cálidos que has dejado en mi blog y que contestaré allí (gracias por tu inmersión, de verdad). Veo que esta entrada se ha poblado de reflexiones y desnudeces. La que siente que stalker se haya entristecido soy yo, de verdad. Creo que por más radical que pueda ser una postura está la libertad entera para exponerla... la que personalizó y quizás no pudo discernir la fibra íntima de la idea expuesta fui yo y esta hipersensibilidad que estos días anda sin pellejo por el mundo.
    Así que tranquilos, especialmente stalker a quien siento también muy tierno en su urdimbre última. La ferocidad, la ternura. El amor y la ira van juntas.
    Mariel: te agradezco tus palabras y tu mimo, Pienso volver por aquí para ir leyéndote, estos son lugares que permiten respirar, literalmente.

    Portinari, Rubén, Stalker, Mariel...

    Un abrazo grande.

    Laura.

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  18. Mariana: Gracias por pasar, con tu determinación y tu fusil al hombro. No, no somos más ni menos por no asomarnos a la pediatría. Todas mujeres, cada una con sus razones y su historia, bajo el mismo sol. Sonoros besos.

    Laura: Realmente fuiste para mí un descubrimiento. Si pasás por esta casita, vos vas a hacerla respirar.

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  19. Ante todo geniales tus metáforas amiga, puro arte.
    Es verdad, la mayoría de las embarazadas son insoportables. Los cambios hormonales producidos por el embarazo sólo atienen a aumentar la inestabilidad emocional de la que de por sí ya son dueñas las mujeres.
    Me quedé pensando en el término "amputación". Me viene a la cabeza la idea freudiana (prácticamente universal) del complejo de Edipo. Según Freud la niña se siente castrada por no tener pene, entonces desea tener un hijo a través del pene de su padre (explicado muy simple). Tal vez sea por esta teoría universalmente aceptada (en desmedro de otras como la de Melanie Klein, que habla de una envidia social del pene)que el groso de la sociedad considera incompletas a las mujeres sin hijos.

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